El feminismo no solo es para mujeres, también es para hombres. Muchos hombres no se dan cuenta de que ellos mismo también están siendo beneficiados por las luchas feministas. Apoyar la lucha feminista es tarea de todxs. Aquí presentamos 10 puntos dirigidos, especialmente, a los hombres y cómo éstos pueden convertir el feminismo en una acción diaria.
1) Desarrollá un análisis interseccional del feminismo.
Hay que reconocer que no solo hay un feminismo, hay muchos feminismos: cada uno dependiendo de la cultura, el tiempo, la clase, la habilidad, la raza y el género. Y todos éstos también están conectados con otras luchas: como la lucha contra el racismo, la lucha contra la pobreza, la lucha contra la xenofobia y también la lucha contra el capitalismo. Como hombre, hay que investigar sobre todos estos feminismos: sus perspectivas y posiciones para poder llegar a entender lo complejo y lo maravilloso de la lucha feminista. Eventualmente llegarás a reconocer tus propios sentimientos sexistas, enfréntalos. Un paso sencillo puede ser prestar atención en como los medios de comunicación (televisión, canciones, comerciales, etc.) describen e ilustran a diferentes mujeres. Conversa de esto con otros hombres y mujeres; escucha y aprende.
2) Aprendé sobre el impacto de violencia de género
No solo la violencia contra mujeres sino también contra la comunidad LGBTQIA. El patriarcado es violento y éste afecta a demasiadas personas. Es muy posible que alguien muy cerca de ti haya sufrido por la violencia de género. Aprende a reconocer la violencia de género y a combatirla.
3) Definite como feminista.
No tengas miedo de hablar sobre el feminismo con mujeres y hombres. Explora tu relación con los hombres y las mujeres y di algo cuando percibas algo sexista. No tengas miedo a la palabra feminista. Identificarse como feminista implica apoyar a las miles de mujeres que han luchado para cambiar la sociedad, y, gracias a ellas, ahora gozamos de una sociedad un poquito más libre.
4) Desarrollá una conciencia sobre roles de género.
El trabajo reconocido tradicionalmente como el de la mujer y haz parte de este trabajo en la casa, en el colegio y en las calles.
¿Son las mujeres las que lavan los platos en tu familia? ¿Quién plancha? ¿Quién cuida a los niños? ¿Son las mujeres las que limpian la casa? Analiza estas situaciones, pero, sobre todo, participa en estas labores como un acto de apoyo, solidaridad e igualdad. Este trabajo también incluye el trabajo emocional.
5) Creá oportunidades de educación.
Participa en talleres, visita los centros comunitarios, conoce las diferentes ONG’s, platica con líderes feministas, comparte vídeos, documentales, canciones que empoderen a la mujer. Te darás cuenta de que hay muchos recursos disponibles si estás dispuesto a buscarlos.
6) Estudiá movimientos sociales liderados por mujeres.
Nicaragua está llena de guerrilleras, aprende sobre estas mujeres y su rol en la historia. Ponle énfasis a las luchas indígenas. Investiga cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las mujeres hoy en día.
7) Pensá en personas importantes de tu vida.
Aquellas personas que puedan ayudarte a exaltar y explorar tu feminismo. La lucha feminista no es algo individual, se tiene que trabajar en conjunto, y personas cercanas a ti, como familiares, vecinos, y amigxs, pueden ayudarte a fomentar tu feminismo.
8) Participá apoyando el sexo seguro.
Como muchas feministas dicen: “¡La revolución comienza en la cama!” Es muy importante practicar la comunicación activa, el consentimiento y apoyar los métodos anticonceptivos. ¡Mientras más se establezca una práctica respetuosa y saludable del sexo, más sabroso éste se sentirá!
9) Utilizá tu privilegio.
Los hombres gozan de muchos beneficios sociales, algunos bien obvios y otros implícitos. Aprende a reconocerlos y utiliza tu privilegio y posición social para ayudar a las mujeres. Esto puede ser desde acompañar a las mujeres en la noche para que no caminen solas hasta demandar igualdad de participación en el trabajo. Habla con otros hombres sobre el feminismo. No creas que es trabajo solamente de la mujer la de educar a los hombres sobre este tema.
10) Reconocé cuándo se puede y cuándo no se puede participar.
Como hombre, hay que aprender a ceder espacios para las mujeres. Por ejemplo, cuando se trata del cuerpo de las mujeres, es mejor quedarse callado y escuchar. Cuando estás siendo parte de una conversación o debate intenso que involucra a las mujeres, pregúntate lo siguiente: ¿Realmente tengo que decir esto? ¿Realmente tengo que decir esto ahora? ¿Realmente tengo que ser yo el que diga esto ahora? Hay que aprender a escuchar. Los hombres tradicionalmente son los que siempre hablan y proyectan su autoridad, hay que saber escuchar atentamente las voces y perspectivas de las mujeres.
Siguiendo estos diez puntos, encontrarás otros 100 puntos y le harás la vida más fácil a millones de personas. Pero recuerda, no se trata de que las mujeres hagan espacios feministas para los hombres, se trata de que los hombres utilicen los espacios que ya ocupan para volverlos feministas. Y una cosa más: son las mujeres las que van a determinar si eres o no feminista.
Escrito por Yarince Perez