Cuando Marcelo Gutiérrez era niño las pinturas de su padre le rodeaban, pero no fue hasta hace poco que logró encontrar su propia pasión a través de los mosaicos.
A sus 26 años ha encontrado el trabajo ideal: le apasiona, le hace feliz y poco a poco le da frutos. Puede pasar más de 8 horas «enllavado» en su obra y es ahí cuando el tiempo se va demasiado rápido.
«Comencé hace 3 años, tenía una amiga que estaba haciendo uno y le ayudé como media hora, entonces llegué entusiasmado a la casa de mi mamá en Masaya y entonces ella me encargó uno en unas gradas. Ese fue mi primer mosaico y todavía está ahí», recuerda.
Aunque vivió 13 años en Masaya y un tiempo en Managua, se declara de Jinotepe donde actualmente está. Estudió Trabajo Social en la UCA y ha trabajado en temas ambientales y sociales. Pero desde hace 2 años dio un paso grande en su vida al emprender un negocio propio haciendo mosaicos.
«Gracias a esto he desarrollado mucho la paciencia, no solo a la hora de hacer mosaicos, sino en diferentes aspectos de la vida. Me metí en esto de lleno sin saber cómo le iba a hacer en el aspecto económico, pero yo dije esto es lo que quiero hacer y fueron momentos duros, pero ahora estoy viendo resultados y cada día tengo más trabajo, ahora solo me dedico a esto todo el tiempo», expresa entusiasmado.
Los diseños que hace son propios y únicos, siempre le ha gustado el arte, lee mucha poesía y las pinturas abstractas de su padre estuvieron presentes durante toda su vida, por lo que es muy observador y creativo.
«Estoy trabajando con fibra de vidrio, también con barro, sobre paredes o en maceteras. He hecho mosaicos que son portables, más fáciles de mover. El corte de la cerámica es pieza a pieza, no se hace con una tenaza, ni con martillo, por eso el diseño a la hora trabajar con la cerámica tiene que quedar perfecto con el boceto previo. He hecho otras obras con piedras de mar, con café, etc.», agrega.
Entre los planes a futuro le gustaría aprender a hacer vitrales y después esculturas, pero paso a paso. También le llaman la atención los retratos en mosaico a los cuales piensa dedicarse pronto. Por otro lado, el 27 de julio hará la primera de las 3 exposiciones que tiene planeadas para este año. La cita esta vez es en La Casa de los Tres Mundos en Granada. «Llevaré maceteras, cuadros, espejos y quiero ver qué más meto, estoy pensando en trabajar en unas sorpresas para ese día», comenta.
Y para los jóvenes que quieren emprender su propia aventura trabajando en lo que les hace felices Marcelo cree que tener miedo es normal, pero la clave es no quedarse en la zona de confort. «Hay que hacer las cosas, creer en uno mismo y si sale mal, es normal, pero esa curiosidad y perseverancia no puede perderse. Hay que creer en uno mismo y sentir que sí se puede, las limitaciones uno mismo se las pone, hay que lanzarse y amar lo que está haciendo porque si no es así, entonces mejor no lo hagás», enfatiza.