Desde Managuafuriosa.com promovemos a los artistas nacionales, incentivamos el diálogo entre jóvenes y fomentamos el debate sobre temáticas sociales que nos afectan y nos hacen reflexionar. La situación con este artista vuelve a poner el tema en el tapete y nos obliga a dar nuestra opinión sobre este desatino, que sin duda alguna es una lección de cómo un artista joven se puede desprestigiar a sí mismo.
Hemos seguido la trayectoria de su banda muy de cerca y le hemos acompañado en los conciertos, giras, lanzamientos de discos y hasta en sus «loqueras» que nos comparte en redes sociales a todos/as sus seguidores/as. Sin embargo, se le olvidó la repercusión que pueden tener sus acciones y comentarios, en uno de los medios más banales, pero poderosos a la vez.
Su comentario y los bandos a favor y en contra nos dejan al descubierto la violencia que habita dentro de nuestros cuerpos. Por un lado muy buenos amigos, hombres y mujeres lo defienden y le dan ánimos con chistes sobre el tema porque «la vida sigue», y por otro lado, están quienes defienden mas allá de ser o no feminista, el respeto hacia las mujeres. Desgraciadamente broder, se te olvidó que sos figura pública y que a las mujeres se les respeta.
Por la noche del miércoles, cuando el tema era más recurrente en las redes, apareció una disculpa pública en su perfil de Facebook, que fue compartida en su página de artista. Uno/a podría predecir lo que viene, una disculpa muy bien elaborada, verosímil, fundamentada, casi institucional que no deja lugar a dudas que hay un ser humano detrás de ella, que comete errores, se arrepiente y lo reconoce. Pero no, no es este el caso.
Como bien enuncia Alberto Sanchez Argüello en su post sobre este asunto, «la conducta de Monroy no es extraordinaria -ojalá lo fuese- lo que sí es extraordinario es su posición en nuestra sociedad, como artista, como líder de una banda, como figura pública».
Creemos que los artistas en nuestro país juegan un rol fundamental en la creación de una cultura de paz, y el trabajo de este artista nos inspiraba, hasta que nos encontramos con este comentario que nos hace denunciar la violencia y misoginia que existe en algún lugar de su inconsciente. Acciones como esta, nos dejan un mal sabor del quehacer artístico en nuestro país ¿Para qué hacemos música? ¿Hacia dónde están dirigiendo sus audiencias estos artistas jóvenes? ¿Se darán cuenta del poder que tienen sus palabras y la incidencia social que tienen sus discursos?
Les compartimos algunas de las reacciones que la publicación de Monroy ha generado en Twitter:
El drama de Monroy no es un caso aislado. Tristemente es la manera de pensar de la mayoria, solo que este maje es una «figura publica»
— Nada (@NadaMasSandra) 15 de junio de 2016
A ver hasta dnd te lleva la perica y el machismo, Monroy.
— Luiz Bravo B. (@Chechonoizer) 15 de junio de 2016
Ven lo que deja el guaro, preguntenle a Monroy.
— lula (@lulasoltw) 16 de junio de 2016