Kerstin Miranda está por publicar su primer poemario a los 17 años. La poesía fluye en ella de manera espontánea, como si fuera una condición natural en su ser. Para ella un poema es algo que existe en otro mundo y ella es la herramienta para materializarlo.
Nació en la cuidad de las flores, Masaya. Desde pequeña se ha impregnado en ella el ambiente cultural de dicha cuidad, desde su folclor hasta su historia. Todo este entorno le inspiró desde su infancia a conocer el mundo a través de las letras. En su casa hay un librero y por el lomo de alguno de ellos han pasado sus dedos y sumergido su mente.
A los 10 años tuvo su primer contacto con la literatura. En la escuela donde estudiaba, participó en un concurso de dibujo y poesía y posteriormente comenzó a estudiar a Rubén Darío. Afirma haberse enamorado de aquella poesía modernista, que hablaba sobre cisnes, reyes y princesas, pero también profunda, filosófica y a veces melancólica.
Cuando tenía 15 años y cursaba cuarto año, Kerstin se introdujo más en el mundo de la poesía. Deja por un rato a Darío e inicia a estudiar la vanguardia. Pudo sentir el gran cambio de aquella poesía preciosista de Rubén con aquellas libertades que tomaban los poetas vanguardistas.
Una poeta arquitecta
En quinto año de secundaria empezó a tomar en serio el escribir poesía. Sus poemas llegaban a su mente en forma de catarsis. Relata que gracias a ellos ha logrado sanar muchos episodios de su vida. A veces compartía sus versos con su profesora de Lengua y literatura, a ella le gustaban mucho y la animaba a continuar con su pasión. Luego de eso, empezó a llevar un registro en una libreta y nunca imaginó que en el primer año de la carrera que actualmente estudia (arquitectura), le publicaran su primer libro.
La poesía de Kerstin habla sobre el amor. Sus poemas manifiestan el amor de una manera más “espiritual”. Afirma haberse revelado a sí misma en sus versos, pues la mayoría de ellos han sido experiencias vividas, sentimientos e impresiones de la vida.
La próxima gran meta de Kerstin es utilizar su arte para ahondar en otras temáticas no solo personales, también sobre el contexto que estamos viviendo. Kerstin es una joven preocupada por su realidad y ella confía en que la poseía es un medio para hablar sobre los problemas que a nuestra sociedad asfixia.
Quiero llegar a un público joven. He podido hablar con muchos amigos y he notado que ellos ven la poseía como algo que solo crean las personas mayores. Uno como joven también puede crear. No es necesario llegar a los 50 para empezar a escribir.
El proceso de publicación de su obra
“Corazón desnudo” se titula su primer poemario de 35 poemas. La idea de querer publicar su trabajo nació en el taller de literatura de la Universidad Centroamericana, en el cual sus miembros ponen a crítica sus obras. Ella cuenta que un día, cuando ya tenía unos 40 poemas, se animó y le dijo a Rodrigo González, coordinador de los Espacios de Cultura de la UCA, que quería publicar un libro y si era posible recibir su apoyo. Ambos contactaron a la editorial Amerrisque, donde el borrador de su obra fue evaluado y finalmente fue aprobado.
Kerstin se siente orgullosa de haber llegado hasta este punto. El fomento de la cultura, muchas veces no está en la agenda de los medios ni tampoco de los gobiernos. Son cada vez pocos los espacios en los cuales los jóvenes se pueden sentar a crear lienzos, poemas y libros. En ellos hay una necesidad por aportar al mundo, por criticar al sistema, por hablar desde su corazón desnudo como Kerstin. No olvidemos la importancia de la juventud, sus aportes, sus ideas frescas y siempre acertadas. Recordemos siempre la frase de Rubén Darío: Juventud, divino tesoro.
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Corazón Desnudo se presentará el 2 de agosto a las 3 p.m. en la sala de cultura Lizandro Chávez Alfaro de la UCA. Habrá ejemplares a la venta y tendrá un valor de C$ 60.
Escrito por Franklin Villavicencio