Gabriela Baca Vaughan mejor conocida como Gaby Baca afirma que nació feminista en una época en que la mujer estaba relegada en tantos aspectos que a partir de esa situación definió su forma de ser, cuestionando y mostrando una posición férrea en la búsqueda de igualdad en derechos y oportunidades, sin saber que para dicha postura ya había un nombre concebido en los confines del mundo: el feminismo.
Ahora su vida gira en torno a la música como vehículo de sus ideales no solo en torno a la constante lucha por la posición política y social de la mujer sino también en su entrega por resguardar la naturaleza, la identidad nicaragüense y la música nacional.
Para empezar Gaby está en contra del malinchismo en todas sus manifestaciones, sobre todo en la manera en que nos expresamos, «Si nosotros hablamos de vos, ¿por qué hay un montón de gente hablando de tú e imitando el acento de otros países? Es nuestro idioma, lo que nos caracteriza, yo pienso que hasta deberíamos de rescatar el náhuatl en los colegios para enaltecer nuestra identidad».
Sirenas fue su primera canción en 1996, del cual hubiera sido genial tener un video pero que de todas maneras la aceptación que tuvo en las radios fue algo que no esperaba y la llevó más intensamente por el camino de la música, su gran pasión y su más aguerrida herramienta. «El chocoyito» es su sencillo más reciente y a su vez la última creación con video que también ha tenido gran acogida, «la rola ha sido una producción independiente con Rebeca Lane, rapera guatemalteca feminista que toca muchos temas sociales en sus letras».
Una canción simbólica para ella es Dura Emergencia, el video se hizo en Matagalpa en el 2013 y con ella quiso romper un poco los prejuicios del aborto «muchos creen que los feministas abortan por pasatiempo, así que con la letra plasmé un escenario donde el embarazo de una mujer estaba arriesgando su propia vida, fue estrenado en el marco del 28 de septiembre y Puntos de Encuentro, que maneja ciertos estándares de calidad, le hizo un reconocimiento y ha sido muy importante y valioso para las que trabajamos en el tema porque sabemos que lo que producimos no es comercial pero estamos comprometidas con un mensaje que apoye a los derechos humanos de las mujeres».
Para Gaby el feminismo ha sido puesto bajo un falso reflector de que en realidad todo gira alrededor de ir en contra de los hombres cuando no es ese el punto, pero socialmente la posición que hay que adoptar va en contra de la sumisión y la injusticia por lo que la idea se desvirtúa considerablemente. «Yo siento que esta posición defensiva es porque tenés que desplazarte en un mundo cada vez más agresivo y machista, es una defensa entendible, la guerra está en la calle, ellos juran que vos y yo estamos indefensas. Se trata de buscar una igualdad, ser vos misma y compartir deberes y derechos, si en la casa vivimos 5 personas colaboran 5 personas, no menos. Yo quisiera sentarme en un parque sin ser agredida, hasta hay machismo sobre ruedas. Entonces una mujer tiene que dejar bien sentada su posición política, una posición de poder, para luego salir a la calle y lidiar con su entorno».
Cuando el tema de las muertes de decenas de mujeres en lo que va del año forma parte de sus ideas al hablar, un ceño fruncido se le queda en el rostro a pesar del buen ánimo y el optimismo. «Me preocupa profundamente los femicidios, con la Ley 779 son diez pasos para adelante y 29 para atrás. No hay un apoyo cultural constante hacia un cambio de actitud, hay que apoyar la cultura de la no violencia y no está ocurriendo. Se ha visto como algo normal el ataque hacia las mujeres, un ataque constante hacia sus derechos».
Por eso es que la simple idea de no continuar su camino de apoyo y defensa a las mujeres es inconcebible, porque siente que ya es una labor más grande que ella misma. «Hay que probarle a cualquier mujer que no hay nada mejor que ser una misma, se debe pensar a nivel colectivo pues cada mujer es una inspiración para todas las demás. El compromiso más grande de mi feminismo es relacionado a la música y al arte», enfatiza Gaby, quien no siempre ha estado en el mundo de la música, pues fue publicista casi 20 años, estudió Ciencias de la Comunicación en la UCA y ética periodística en Florida International University.
Su lado ecológico se compara con el feminismo porque para ella la naturaleza misma comprueba que todo es un balance, una equidad, «lo bonito de hacer historias con animales es que podés traslaparlo con nuestra propia perspectiva como seres humanos».
«El reto de la nueva generación de feministas es no repetir los patrones patriarcales, además si tu trabajo es con una escoba o en un escritorio no importa no hay que segmentar, a veces las mujeres del campo vienen y son las que van adelante con las mantas y es necesario que la carguemos todas, que nos ‘asoliemos’ todas, que nos empoderemos todas», finaliza.
Escrito por Malva Izquierdo
Fotografía cortesía de: Prodymil, CCEN, Lesther Quiroz, Oscar Acuña