Todos tenemos, o deberíamos tener, un campo en el cual busquemos un desarrollo óptimo para poder dedicarnos a él de por vida.
Esta búsqueda de desarrollo es una de las cualidades más adaptativas y necesarias de nuestra etapa del desarrollo (adultez joven) y nos forjará un camino en el mundo laboral y en nuestra carrera de autorrealización.
Para desarrollarnos al máximo nivel, hacemos de todo: carreras universitarias, cursos online, talleres especializados, investigaciones independientes, etc. Pero esas herramientas de aprendizaje, que resultan muy útiles, pueden convertirse en complemento de algo que yo considero aún más importante: la socialización.
La socialización no es más que el aprendizaje a través de la experiencia en el intercambio con los diferentes agentes sociales (familia, escuela, comunidad, universidad, mesa de tragos, etc.). Esto quiere decir que se aprende del simple hecho de ser un ser humano que actúa en sociedad; es decir, con el simple hecho de ser una persona.
Pero, una persona se puede rodear de distintos tipos de personas, y cada tipo de personas enriquecerán en diferente medida y ámbito su vida.
Esto quiere decir que, si se considera utilizar la socialización como herramienta de aprendizaje, lo más adecuado es rodearse de personas con intereses y motivaciones afines con los nuestros.
Recientemente, tuve una conversación muy interesante con uno de mis amigos más cercanos sobre este tema.
Ambos tenemos aspiraciones e intereses que se mueven en un mismo ámbito general: las artes. Yo intento escribir y él ya ha logrado hacerse su lugar en el mundo de la música nacional.
La cosa es que él me compartía algo que se le había compartido a él —no citó fuentes según normas APA, perdón— y que me encantó por su relevancia y aplicabilidad en cualquier ámbito de la vida y el desarrollo, ya sea profesional, artístico o humano.
Resulta que, en temas de búsqueda de aprendizaje mediante socialización, hay tres maneras de escoger el círculo al que suscribirse para aprender a costa de él, con él o de él; y esa es precisamente la clave.
Las tres maneras son: siendo un jugador tipo C, un jugador tipo B y un jugador tipo A (Yo sé que existe una teoría de Gestión del Talento Humano que utiliza esos términos, pero no es precisamente lo mismo).
- Jugador tipo C: Es aquel que elige rodearse de personas con un nivel de desarrollo inferior al propio, en cuanto a lo que el ámbito específico se refiere. Es rodearse de gente que admira tu trabajo porque ellos no pueden hacerlo mejor. La motivación principal para elegir a este sector es por inseguridad, búsqueda de aceptación y para recibir constante y reconfortante masaje de ego. Es un buen punto para empezar si se necesita nutrir la confianza en sí mismo con fines motivacionales; pero es una zona muy peligrosa debido a lo cómoda que resulta.
- Jugador tipo B: Es aquel que decide rodearse de personas con aproximadamente el mismo nivel de desarrollo en el ámbito específico. Es rodearse de tus pares. En este caso, no hay admiración ni menosprecio, y permite un aprendizaje y desarrollo constante. La naturaleza horizontal de las relaciones optimiza el crecimiento homogéneo del grupo y el fortalecimiento de la confianza en las propias habilidades. Es un excelente lugar para desarrollar aptitudes, habilidades y competencias tales como la tolerancia a la frustración, la motivación intrínseca, la tolerancia a la crítica y la humildad, factor indispensable para llegar al siguiente escalón.
- Jugador tipo A: Es aquel que elige rodearse de gente que se encuentra en un punto más alto de desarrollo en el ámbito específico. Es rodearse de personas que saben más, son más hábiles o tienen mayor experiencia en esa área. De aquí se adquiere el aprendizaje que realmente puede llevarte a la excelencia en tu campo. El mejor indicador de que estás consiguiendo ser un Jugador tipa A es la sensación constante de ser el menos capacitado del lugar, el menos desarrollado. Para ser un Jugador tipo A, es necesaria mucha humildad y grandes bases de motivación intrínseca y autoestima. No todos son capaces de llegar a esta categoría, es por eso que no todos son capaces de llegar a la excelencia.
Encontrar tu cuerpo de intereses y motivaciones es el primer paso. Yo, por ejemplo, soy aspirante a algún día ser alguna especie de escritor; ese es mi área de desarrollo.
El segundo paso es obtener el autoconocimiento necesario para conocer nuestras deficiencias, necesidades y fortalezas. Por ejemplo, problemas de autoestima, intolerancia a la crítica o confianza en nuestras capacidades; malos hábitos, falta de disciplina o interés inconstante; o, en mi caso, dificultades en cuanto a gramática, ortografía o lo que sea.
Identificar lo que necesitamos nos ayudará mucho a elegir la categoría a la que necesitamos suscribirnos para optimizar. Una persona con baja autoestima se vería sumamente frustrado y desmotivado como un Jugador tipo A, por ejemplo. Debemos conocernos.
El tercer paso es encontrar a las personas adecuadas y comenzar a crecer COMO LOCO Y SIN DETENERSE. Va a llegar el momento en que te vas a sentir en la plena necesidad de subir a la categoría superior, hasta que un día se te haga imposible encontrar a gente más desarrollada que vos.
En conclusión, envolvámonos en el entorno adecuado, volemos merengue y que nadie nos diga que no se puede.
Agarrá IMPULSO y vos dale.