Hace 3 años Ana Laura Estrada usó su bicicleta para salir de Jinotepe hacia el mar, sin saber que desde entonces su viaje pedaleando aun no termina.
Ahora es una de las pocas mujeres que compite como ciclista, además que pedalea para transportarse a todos lados y como recreación en los recovecos del país.
«Si lo hacés de manera recreativa lo bonito es ir viendo el paisaje, te podés meter en cualquier lugar, conocés un montón de atajos, he andado en lugares de Matagalpa, San Juan del Sur y en toda la isla de Ometepe», cuenta.
Luego de un año pedaleando con Tortugas MTB, un equipo de su natal Jinotepe, comenzó a competir y se integró a Pro Raider en Managua, que es el equipo con el que está actualmente.
Es así como Ana Laura ya ha pedaleado en campeonatos nacionales de montaña, ruta y contra reloj. Ahora es parte de la Selección Nacional de Nicaragua.
«La bici de ruta es solo para carretera, la de montaña es para todo terreno y la bici que se usa en contra reloj es similar a la de ruta pero el manubrio es diferente. Yo hago estos 3 tipos de carrera pero me gusta más la montaña, es más individual, el paisaje es más bonito y porque el ciclismo te da libertad», explica.
El año pasado Ana Laura fue a República Dominicana al Panamericano de Ciclismo, la experiencia fue enriquecedora, porque la competencia en dinámica de ruta es compleja, se corre de manera grupal y requiere de más estrategia.
«Fue mi primera vez así en una competencia. Nunca había corrido con mujeres así de fuertes, no había nada que envidiarle a los hombres, es genial porque las ves y decis: sí se puede», recuerda.
Ver a tantas mujeres pedaleando con una velocidad mínima de 100 km/h, cambió su perspectiva de la situación en este deporte en Nicaragua.
«Acá ya hay un montón de mujeres pedaleando, pero de manera recreativa, no se involucran en competencias, no llegamos ni a diez las que lo estamos haciendo», cuenta.
Por eso mismo la manera en que se armó la selección fue difícil, el año pasado se hizo un torneo de apertura de la federación para que las mujeres que clasificaran fueran parte del equipo oficial.
«Éramos tan pocas las que terminamos la carrera que ni modo, todas entramos. Aun se piensa que los deportes lindos para las mujeres y los deportes rudos para los hombres y yo entiendo que se desanimen para competir en tenés que entrenar un cachimbo y es difícil», asevera.
Sin embargo, Ana Laura también argumenta que hay muchos elementos que no facilitan las cosas para que más mujeres se unan.
«El trafico es horrible, el acoso callejero y las carreteras están en contra de que las mujeres andemos en bicicleta, pero justamente por eso tenemos que recuperar esos espacios».
Por otro lado, como ciclista en general siente que su vida está siempre en riesgo pues la ciudad en sí no está construida para ser amigable con las bicicletas.
«Detesté con todo mi corazón las rotondas, la gente no es nada amable, si no avanzas básicamente te empujan me han echado cabezales, buses, taxis encima porque no hay ningún tipo de vehículo que te respete, aprender a pedalear aquí es estar a la defensiva y a la disposición de los conductores», expresa.
Aun así, no cambia su bici por nada y cree que mientras más gente se interese por impulsar este estilo de vida, será mejor y eventualmente se podrán ver los cambios en pro de un ciclismo más seguro.
«Si no ponés de tu parte para andar en bicicleta, intentando ganarte un espacio ahorita, no lo vas a tener en un futuro, porque no estás haciendo la lucha tampoco», enfatiza.