La tecnología ha revolucionado el mundo del psicoanálisis y la terapia psicológica. Entre tanto movimiento: becas y estudios en el extranjero, mudanza a otros países por trabajo y por supuesto, la crisis sociopolítica que enfrenta Nicaragua, los/as profesionales de esta área de atendimiento han modificado la forma de tratar a sus pacientes, donde la distancia no es impedimento para atenderles, darles una mano y así brindarles acompañamiento en sus nuevas etapas.
¿Funciona?
Lucía Ramírez es una chavala que se fue a estudiar un máster en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de su partida de Nicaragua, recibía terapia psicológica regularmente con la Lic. Claudia Suazo en Managua.
La adaptación no fue fácil y Lucía tuvo que contactar a Suazo una vez por semana vía Skype para comentarle cómo se estaba sintiendo en esa nueva etapa de su vida.
«Al inicio fue todo muy bonito, muchos viajes, nuevos amigos; pero apenas llegó el invierno comencé a sentirme mal y aquí en España ir al psicólogo es muy caro y no daba para mi presupuesto. Tuve que llamar a Claudia y ella aceptó tener una hora marcada para mi primero una vez por semana y luego cada quince días y comencé a sentirme mejor y a disfrutar más del ambiente”, relata.
Por su parte, la Lic. Suazo comenta que no es la primera vez que atiende este tipo de pacientes, como el caso de Lucía. Muchos de los pacientes que ella ya había atendido vía videoconferencia por lo general son personas que trabajan en cuerpos diplomáticos o son extranjeros que establecieron un vínculo de seguimiento con ella.
«Para mí ya es algo natural y es hasta más fácil porque el paciente elige entre los horarios que tengo a disposición para este tipo de sesión y hasta el momento no he tenido ningún problema», comenta Suazo.
Caso contrario es el de Andrea Palacio, que estaba estudiando en la Pontificia Universidad Católica de Chile y al volver a Nicaragua, tuvo que «traerse» su terapia psicológica. «Al inicio fue difícil por la diferencia de horario, comenzar a trabajar llegando a Nicaragua, pero se logró. Mi psicóloga quería saber cómo era mi proceso de readaptación a mi país y como yo ya estaba tan acostumbrada a ella, decidí seguir la terapia una vez por semana por un año después de graduarme», comenta Palacio.
El exilio
En esta materia, no podemos dejar de lado los miles de jóvenes nicaragüenses que han tenido que exiliarse desde que comenzó la crisis sociopolítica en abril pasado. Unos han recibido apoyo y terapia psicológica en los lugares donde han recibido refugio, tal es el caso de Costa Rica, por ejemplo.
Otros/as, con más recursos económicos consiguieron seguir un proceso terapéutico en sus nuevos países de destino. Una joven quien pidió no ser identificada por razones de seguridad ha mantenido una estrecha relación con su terapeuta e incluso cuenta que fue ella la que le recomendó salir de Nicaragua por su seguridad.
«Ella ha sido una persona muy presente en todo este proceso duro. Que como estoy, que si como, que si duermo. Incluso nos comunicamos vía mensajes de Whatsapp porque mi salida de Nicaragua no fue muy fácil, pero he tenido el apoyo de mi familia y de mi psicóloga”, comenta esta joven.
Por otra parte, Suazo también dice que está atendiendo pacientes vía conferencia porque muchos de ellos tienen miedo salir de sus casas “desde las cuatro de la tarde” y ella ofreció esa opción. Actualmente trabaja con cinco personas que viven en Managua, pero encuentran más cómodo, por seguridad y confort trabajar desde su casa.
El “set”
Para Suazo, uno de los garantes del éxito de esta terapia es que se mantengan y respeten ciertas características: Un espacio reservado y acogedor elegido por el paciente que no provoque barreras en el compromiso, una conexión de internet estable y el cumplimiento de las sesiones agendadas y por supuesto, mucho silencio.
“El/la paciente asume responsabilidad en el proceso y eso es motivador para ellos/as, porque no es la psicóloga quien se encarga de todo, sino que el trabajo se hace a dos manos y eso refleja el interés de la persona en tomar la sesión”, explica.
Ayuda en redes sociales
Dentro de este tema es importante mencionar también cómo podés encontrar ayuda en tus redes sociales. Hay muchos psicólogos que podés consultar individualmente tanto en Facebook como Twitter y en esta última red social, está la cuenta @Sanar_Nic, donde un colectivo de psicólogos/as están dispuestos/as a ayudarte vía mensajes directos y una línea abierta de Whatsapp. De igual forma, ellos comparten en su timeline muchos tips de autocuidado que no sólo son seguidos por nicaragüenses, sino por ciudadanos de toda América Latina.
Romper paradigmas
Para Suazo, hacer terapia vía Skype, Google Hangouts o hacer consultas vía redes sociales es romper varios tabúes, el primero sería el recelo que tienen muchas personas hacia el tratamiento psicológico, el uso de las redes sociales para fines más allá de lo recreativo y el otro es tirar las fronteras del mundo. «No hay obstáculos para realizar un trabajo efectivo de psicoanálisis si todas las condiciones y voluntades están dadas. Esto no quiere decir que supere el contacto físico o el nexo ocular, pero hasta la fecha he tenido casos exitosos y eso me ha permitido ayudar a mucha gente», reflexiona Suazo.