Para Rebeca Lane la maternidad significó convertirse en una persona nueva y poner a prueba sus convicciones sobre la familia. La cantante, poeta y activista no pensaba ser una mamá autónoma o sola, pero las circunstancias la han llevado a analizar su linaje y a sanar las heridas y traumas de su infancia y las de las mujeres que la precedieron.
Para ello, la artista guatemalteca analizó los conceptos y etiquetas que la sociedad pone sobre las madres solas. “Me gusta el término mamá autónoma pero en mi caso al utilizarlo siento como si yo hubiera decidido serlo, y no que lo soy porque alguien decidió bajarse del barco. Yo uso mamá soltera porque causa más incomodidad, pero todavía no he encontrado una palabra que pueda explicar cómo me siento”.
Rebeca, confiesa que a pesar de esto, no se siente «una mamá sola» porque ha estado muy acompañada en su camino de sanación y en la búsqueda de recuperarse tras su separación.
Sanar el linaje
«Fue muy duro porque creo que una parte mía quería que la relación con el papá de la niña funcionara aunque realmente ya no funcionaba. Entonces yo creo que por estar forzando mucho ese vínculo y el estar en un lugar que claramente no me hacía bien por sostener ese modelo familiar al final que es heterosexual, muy beneficioso para el sistema, es donde descubrí algo bien profundo en mí: y es que cuando uno se toca las heridas, una cosa es lo teórico, las convicciones, los horizontes a los que una apunta como activista, pero no podemos pensar que eso se va a tranformar si no sanamos nuestros linajes familiares, nuestra forma de crianza», explica.
De ahí que le haya sido necesario entender que aferrarse a un vínculo o una idea de cómo debe ser una familia tenía que ver con la forma en la que fue criada y las experiencias de las mujeres de su familia.
«Tiene que ver con tantas mujeres, que durante mucho tiempo se quedaron en matrimonios que no las hacían felices pero que les permitían sostener la idea de un hogar y pensar en todo el estigma que tenían las mujeres que elegían, por ejemplo, tener un hogar solas. Ahora yo como mamá sola, no tengo ese estigma, a mí si me alquilan casas, yo si puedo optar a puestos de trabajo que son cosas que las mujeres hace 50, 60 años no tenían».
Analizar ese linaje y sanarlo, le permitió aprender de esas mujeres, entender las razones por las que han sostenido relaciones negativas para ellas, enraizadas en el modelo tradicional de la familia. Para ello, “tuve que voltear a ver a mi crianza, a mi niñez, a los patrones que vengo repitiendo».
Aprender a cuidarse
Rebeca asegura que ser madre transformó también su manera de trabajar. Al ser una madre sola, entendió la importancia del autocuidado para poder cuidar. «Antes yo podía decir ‘bueno que me importa, me voy a dormir en un sillón, voy a hacer tres fechas, cuatro fechas seguidas, voy a comer jamón con queso’; era un proceso en el que yo no era gentil conmigo misma».
Esa forma de trabajar, tiene que ver con la naturaleza de los procesos autogestivos, en los que se trabaja lo más ‘rude’ que se pueda. Pero el tener a su hija con ella, hace necesario cambiar prioridades y necesidades como tener que viajar con una persona que le apoye con el cuidado, no hacer fechas seguidas, dejar períodos para la lactancia, entre otros.
«Ya el hacerme consciente de mis limitaciones y de que el cuidado de otra persona también es importante, me ha hecho entender a mí como mamá que, si yo no como bien o no duermo bien, no puedo darle a mi hija lo que necesita y no puedo darle al escenario lo que se necesita», agrega.
No estoy sola, me acompañan mis amigas
En este renacer, Rebeca ha contado con el apoyo de mucha gente. A pesar de estar acostumbrada a siempre «hacerlo todo yo sola», continuar con su proceso creativo no es posible sin ayuda.
«Aunque tengo muchas ideas, no tengo la capacidad de ejecutarlas todas. Este ha sido un momento de muchas alianzas; el hecho de saber que tengo esta idea, pero no puedo ejecutarla sola porque no tengo el tiempo, me ha llevado a aliarme con otra gente que puede poner esta idea en práctica con la que buscamos fondos, aplicamos a esto o lo otro. Así es como he estado trabajando este último año», cuenta.
Es quizás ese apoyo lo que le dificulta identificarse como una mamá sola, «porque tengo muchos apoyos en la crianza, de mi familia, de Guadalupe, de mis amigas. Ha sido un camino de emprender y decir no puedo sola, tengo que confiar en que otras personas me van a ayudar en este camino».
De la idea de apoyarse en otros surge Nacer de nuevo. un live performance del disco Florecer. «Lo que sucedió fue que como no tenía el tiempo ni la capacidad económica para hacer videoclips de cada canción o de varias canciones, dijimos ‘hagamos algo completo’. Cohete Studio hizo un trabajo fenomenal que desde su lenguaje audiovisual le dieron otra vida al disco a partir de crear otro significado a las canciones.
Nuevos proyectos
Actualmente Rebeca Lane está trabajando en crear nuevas versiones de canciones que han marcado los 10 años de su carrera musical. El más reciente es Siempre viva, en colaboración con la marimba orquesta Sonora Concepción.
«Queremos que sea un homenaje a mis diez años de carrera con versiones especiales de canciones históricas que han significado algo importante en este camino. Queremos que sea un regalo para la mara», puntualiza Rebeca.