Por Elvin Guerra
La Colectiva Libre Como las Gallinas es un espacio que se dedica desde hace aproximadamente dos años al desarrollo de espacios artísticos dedicados a las artes de la diversidad sexual, además que integra un componente económico creando mercaditos donde las personas creativas cuir puedan exhibir sus productos y contribuir a la justicia económica.
Libre Como las Gallinas nace dentro de un contexto muy difícil para el arte diverso y disidente en Honduras. Los objetos artísticos y culturales cuir apenas se ven reflejados en la historia del arte hondureño y es poca su documentación.
Y es que, una de las preocupaciones constantes del arte hondureño ha sido la historia y la identidad, esa necesidad de reafirmación masculina del ser y la idealización de una comunidad imaginada, donde las diferencias son temidas.
Desde Arturo López Rodezno con sus alegorías sobre Honduras, pasando por los heroicos murales de Álvaro Canales, la representación de las artes cuir se ve invisibilizada es un intento de unificar el ser hondureño.
En cambio, lo cuir se ha ridiculizado, como en la obra de Julio Visquerra, que representa a una mujer trans y justifica su representación con el intento de descubrir los rasgos psicológicos del personaje, aunque lo que destaca el pintor es el cuerpo masculino y una cara grotesca que poco nos avisa de la realidad de las personas trans.
«Son espacios alternativos como Colectiva Libre Como las Gallinas las que potencian la oportunidad de integrar otros discursos estéticos en Honduras, además que, estos espacios proporcionan un lugar seguro a las juventudes cuir que acuden a los eventos», según señala Andrea Fonseca, artista visual e integrante de la Colectiva.
Exposición Punto Visible
Una de las iniciativas más sobresalientes de la Colectiva Libre Como las Gallinas es la exposición Punto Visible, que cuenta ya con dos versiones y se realizan en enero dentro del marco del Día de la Mujer Hondureña y que reúne a artistas mujeres LBT con el fin de reflexionar desde cuatro ejes temáticos:
- El erotismo lésbico como una revelación de la diversidad sexual.
- Reconocer el pensamiento indigenista feminista del cuerpo-tierra a la tierra cuerpo.
- A pensar-se el placer como un acto revolucionario ante la violencia patriarcal racista y colonial.
- Politizar las reflexiones feministas sobre la feminidad, como una construcción simbólica diseñada por la masculinidad y contenida en ella como parte integrante.
La inauguración de la exposición, el 25 de enero, tiene un significado político, ya que conmemoran el legado de las sufragistas que lucharon por los derechos civiles y políticos de las mujeres en el siglo XIX.
En palabras de la Colectiva: «Inspiradas por estas mujeres históricas que surcaron caminos para las siguientes generaciones, las artistas contemporáneas retoman estas luchas a través del arte feminista, plasmando sus utopías como mujeres en un país donde ser mujer representa un alto riesgo”, expresan.
Es así como esta colectiva no solamente es un lugar donde se promueven las artes cuir en sentido tradicional, sino que también es un espacio donde se puede concretar la representación no sólo en formas plásticas sino en la participación directa de las personas diversas.
Gracias a estas iniciativas es que podemos, parafraseando a Linda Nochlin (historiadora del arte y estudiosa de la presencia de la mujer en las artes), evitar una práctica que rescate talentos ignorados y poco relevantes, sino más bien, en estos espacios alternativos ir revelando las debilidades institucionales e intelectuales del arte oficialista. Ya que lo cuir aquí se asume como cuestionamiento y no como una reivindicación de un conjunto de temas.
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Escrito por Elvin Guerra. Fotografías por: Ariel Martínez.