Escrito por Victoria Alegría
Para la colectiva de arte contemporáneo Nuestra, está claro que hay distintos caminos para la creación. Su labor por más de cinco años les ha permitido crear un espacio de “liberación artística” en el corazón de Ciudad de Panamá.
El grupo está conformado por cinco artistas de Ciudad de Panamá que formaron una amistad y vienen trabajando en conjunto desde el 2019.
- Andrea Santos (1991): artista visual, ilustra su propia mitología explorando su identidad y abordando temas como la feminidad, espiritualidad, la sexualidad y procesos personales.
- Carola Gelabert (1991) se destaca en la creación de collages, siempre con algo de sátira y usando elementos de la cultura pop recreando así realidades y clichés propios de la experiencia millennial latinoamericana.
- Christian Pérez Vega (1992) Por medio del dibujo explora la integración de los límites representado a través de la fragmentación del cuerpo humano. Con su trabajo indaga sobre el sexo y el género y la reconfiguración de la percepciones.
- Gabriela Esplá (1990) Artista plástica, desde la abstracción explora las formas de expresar estados de ánimo, la proximidad de la selva, inmersiones en procesos oníricos y la magia en la cotidianidad.
- Libertad Rojo (1992) artista multidisciplinaria enfocada en el proceso, con su trabajo se aproxima a la magia, las ideas de ‘futuros’, el deseo y la transformación. Por medio de estos temas procura cultivar conexiones profundas con contextos sociales y naturales con el objetivo de fomentar la reflexión y estimular la imaginación.
Nuestra Muestra
Durante la pandemia del COVID-19 la colectiva se dispuso a hacer arte contra todo pronóstico y así lanzaron Nuestra Muestra, es una exposición virtual que se dio durante el confinamiento y ‘distanciamiento social’ del 2020.
“Encontrar esa familia a través del arte en ese momento tan incierto fue un ancla a tierra porque fue algo que hicimos desde el amor y la amistad. Vivir en ese momento el amor a mi arte y al arte de mis amistades de una manera tan intencional fue un salvavidas en un mar de miedo. Conectar desde ahí me enseñó que lo que realmente busco como artista es esa magia y esa conexión, más que alguna ambición que tal vez tenía antes», cuenta Carola Gelabert.
Carola nunca había creado en colectivo de esa manera tan intencional, por lo que hacerlo durante «el principio del fin del mundo», y finalmente mostrar, exponer y crear, pues se sentía importante y valioso.
«Desde escribir nuestro propio texto curatorial hasta hacer nuestro propio sitio web y no depender de nadie nos daba un feeling de libertad y camaradería que creo que no habíamos sentido antes en un contexto de creación y exposición», agrega Carola.
Posteriormente en el 2021 el grupo hizo una residencia autogestionada que tenía como dinámica que cada uno propusiera “un juego” a realizarse durante una semana. Los resultados de estos juegos fueron presentados en el 2021, en una exposición muy genuina y divertida: 555.
Arcanos Cercanos
En julio del 2024 transformaron el espacio de La Bóveda del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá en Arcanos Cercanos, donde las personas que asistieron cruzaban un portal hacia símbolos y realidades usualmente reservados en los jardines interiores de cada una de las artistas.
Colectiva Nuestra también habilitó un espacio para que se atestiguara parte del proceso de cada una, desde cómo las ideas fueron transformándose, bocetos, conexiones entre ‘guillas’, revelaciones, afirmaciones y cambios de pareceres; hasta la muestra de piezas de exposiciones pasadas y una línea temporal donde se presentaban como un grupo de amigos artistas consolidado ya con cinco años.
Para Libertad Rojo la exposición Arcanos Cercanos fue un territorio compartido donde cada artista de Colectiva Nuestra depositó fragmentos de su propia búsqueda individual. Arcanos Cercanos es el resultado de este tránsito: un cruce entre lo individual y lo colectivo, entre lo visible y lo oculto.
«Desde que comenzamos a trabajar en la Nuestra, ha sido fundamental entender que el proceso no es lineal, que las ideas se enredan, se confunden y se tensan antes de encontrar su forma. Arcanos Cercanos es el resultado de este tránsito: un cruce entre lo individual y lo colectivo, entre lo visible y lo oculto. Aquí, cada pieza es un umbral, una invitación a acercarnos a lo desconocido desde la experiencia sensible», comenta Libertad.
Libertad cuenta que le interesa especialmente cómo en esta exposición la transformación no es solo temática, sino también metodológica. «Nuestra forma de trabajo siempre ha estado marcada por la horizontalidad, por una confianza mutua que nos permite experimentar sin miedo a equivocarnos», agrega.
En ese sentido, Arcanos Cercanos no es solo un conjunto de obras, sino la manifestación de un proceso compartido, donde la crítica, el diálogo y la intuición han guiado las decisiones de les artistas, tanto individuales como grupales.
Esta muestra reafirma la idea de que el arte es, sobre todo, una práctica de revelación, opina Libertad. No porque ofrezca respuestas definitivas, sino porque les confronta con lo que no saben a nivel reflexivo.
«Cada obra en Arcanos Cercanos funciona como un espejo: refleja nuestras obsesiones, nuestras dudas y nuestros deseos, pero también nos ofrece una posibilidad de transformación. Al final, lo que me llevo de esta experiencia es la certeza de que el arte es un espacio de encuentro con lo que no podemos nombrar del todo, pero que aun así nos atraviesa”, explica Libertad.
Por su parte Carola recuerda que fue una exposición que le generó mucho orgullo, al ver todo lo que el proyecto despertó, tanto en la colectiva como en todas las personas que visitaron la exposición y que interactuaron y apoyaron de alguna manera con las piezas individuales.
«Fue un proyecto realmente hermoso (…) no me imagino un mejor espacio o contexto para hacerlo que junto con mis mejores amistades, fue un proyecto en el que nos encontramos realmente cara a cara con el poder transformador y la magia del arte», expresa Carola.
Intercambio, producción y afecto
Colectiva Nuestra creó un espacio de 5 ángulos, a suerte de forma de estrella quizás, desde la horizontalidad cada integrante aporta desde donde puedan. Y es que una de las cosas en las que destaca la colectiva Nuestra es que se manejan bajo 3 premisas: intercambio, producción y afecto.
Son una rareza dentro del contexto actual hiper-productivo, comercial y competitivo en el que se anima a les artistas a invertir toda su energía creadora. Desde el primer momento su invitación fue inusual, no era cualquier acontecimiento, era un nacimiento anunciado por la ilustración de una perra embarazada que mostraba sin pudor su panza.
Para Carola parte de esta singularidad radica en que Nuestra es como una banda más que un colectivo de arte, porque «no tenemos otro motor más que vivir nuestra propia expresión, crecer como grupo y lograr nuestro deseos y sueños como artistas».
En su manifiesto tienen una frase clave: Nuestra es el espacio que sucede entre nosotros cuando creamos y estamos juntos. Así pues, Nuestra no necesita una audiencia o un espacio y eso les da más libertad, sobre todo cuando es «difícil encontrar esas propuestas dentro del arte contemporáneo.”
Además no les interesa competir, esto no significa que se han rendido o que trabajan sin ánimo, sino que prefieren hacer la apuesta lúdica. Terminan igual con mucho cansancio, pero nadie pierde, sino al contrario, el resultado es gratificante.
“En Nuestra creemos en los grupos de estudio de procesos como un tipo de acompañamiento y de desahogo, un espacio seguro de preguntas, quejas, de consejos técnicos o una simple escucha, un grupo cómplice y transformador, con procesos desordenados e inciertos, donde es más valiosa la idea y el proceso que el resultado de una pieza concreta final”, afirma Gabriela Esplá.
Cada artista en Nuestra tiene sus prácticas individuales, pero el trabajo que hacen en colectivo es casi insólito. En cada una de las exposiciones que han hecho, las piezas toman fuerza en su conjunto, son una declaración de amistad y compromiso con su quehacer. Ponen las entrañas, sueños e inquietudes sin pudor frente a la mirada de cada integrante de la colectiva y cada persona que ve sus obras.
Creación sin miedo
Cuando Nuestra apela a la ‘producción’ no es literalmente la elaboración de la pieza, sino a los procesos singulares de colectivizar sus interiores, todo el trabajo que se recorre hasta el resultado.
Para Libertad Rojo la producción es el proceso, pues lo hacen desde la vulnerabilidad, la sorpresa y les gusta pensar que se toman el juego en serio.
“No limitamos la producción a la materialización de una idea o concepto, tampoco a ejecutar una fórmula establecida. Sería más que todo encontrarnos juntas en un acto profundamente humano, crear sin temer a la fragilidad o lo fragmentario, donde no aparecen obstáculos, más bien se perciben partes esenciales de la obra en desarrollo”, puntualiza Libertad.
En Nuestra entienden la belleza, pero su intención no es decorar, su propuesta apela a otro movimiento de cosas más allá de lo estético porque sus obras son mucho más que atractivas.
Desde reírse de lo irritante, tender puentes con las palabras, materializar las intenciones, hasta entregarse a la mirada del otre sin poses y permitirse tergiversar lo cotidiano.
Así le arrancan su practicidad para que pertenezcan a este mundo donde quedan anulados los ‘¿para qué?’. Son estos juegos muy serios y, como vimos en Arcanos Cercanos, también rituales muy profundos.
“Algo lindo de Nuestra es que siempre ponemos por delante la elaboración conceptual, la intención, el propósito y eso nos da un ritmo constante, pero sin expectativa, ni presiones de producir. El proceso es primero y realmente es un poco de rebeldía o anti lo-que-se-espera-ahora, todo inmediato. Creo que tomarse el tiempo de reflexionar y vernos, conversar y apoyarnos, intercambiar ideas hace todo más integral y rico”, explica Andrea Santos.
Planes a futuro
No está demás aclarar que si bien, como grupo no se suscriben a ningún ¿para qué? instrumentalista no es que detrás de tanto trabajo no haya razones. Entonces ¿al servicio de qué se siguen confabulando?
Con el atrevimiento de asignarme la respuesta a esta pregunta, adivino primero que es por puro gusto, por afinidad y por cariño. Por supuesto, han conformado un equipo de juego y quieren disfrutarlo, quieren retarse, quieren salirse de los lugares que ya les son comunes.
Saben lo que hacen, pero se han juntado a imaginar lo que pueden hacer “en cualquier formato, sin reglas ni ataduras”. En medio de esto probablemente ríen y lloran y esa es la ganancia. Afectarse en este espacio que han creado para poner tripa y alma. Trabajan para el gozo.
Asimismo, Libertad considera que en un ecosistema donde lo normativo es la competencia, la acumulación y la búsqueda de reconocimiento individual, lo verdaderamente disruptivo es trabajar desde el cuidado mutuo, desde la confianza en que el arte no tiene por qué encajar en lógicas externas para ser válido.
«En este sentido, Nuestra Colectiva no es solo un grupo de artistas que exponen, es un gesto político, una declaración de intenciones que insiste en que hay otras maneras de crear, de pensar y de habitar el arte y desde allí vamos a encontrar fomas para seguir creando y compartiendo”, finaliza Libertad.
Del mismo modo que tienen la premisa “intercambio, producción, afecto”, la colectiva Nuestra dice con orgullo: autogestión. Han logrado mantenerse y evolucionar como grupo, así como financiarse manteniendo una energía sincera y desnuda que vibra, y que, al encontrar resonancia, se expande.