Escrito por Samantha Castro
A través de los años y el pasar de complejos contextos sociopolíticos (36 años de conflicto armado, Acuerdos de Paz y re-construcción sociopolítica), las mujeres guatemaltecas se han organizado y han elegido las prácticas artísticas como estrategia de transformación social para alcanzar la justicia y el bienestar común.
En este contexto complejo nació un nuevo escenario artístico, que partió desde el arte comprometido, político y de denuncia, con el fin de explorar lo propuesto por la época de «posguerra».
Por ello, existe una sólida vinculación entre el trabajo artístico y los problemas estructurales e históricos que atraviesan a las mujeres guatemaltecas y a sus comunidades.
Este reportaje explora la labor de 11 agrupaciones de mujeres que son un ejemplo de cómo emplean las prácticas artísticas como una de sus estrategias de acción. Estas guatemaltecas ofrecen una plataforma de expresión, sanación, liberación y recuperación de sus voces para fortalecer su acción colectiva en defensa de los derechos humanos, las mujeres, los pueblos originarios, la vida, la tierra y el territorio.
1994-2008: el poder reivindicativo de las artes escénicas
Mujeres
Mujeres o Mujeres de Xela fue una colectiva de teatro de mujeres de diferentes edades (18 a 78 años aproximadamente) con raíces hispánicas en Quetzaltenango. Su trabajo inició entre 1995 y 1996 en el Comité de Damas de la Sociedad Española del Instituto Quetzalteco de Cultura Hispánica en dicho departamento.
El grupo se conformó por 19 mujeres, entre ellas amas de casa, trabajadoras sociales, maestras, ejecutivas, laboratoristas, hasta artistas plásticas y estudiantes. ¿Su objetivo? Abordar conflictos «íntimos» de las mujeres, tales como el matrimonio, prejuicios, estereotipos y roles de género impuestos hacia ellas por parte de la sociedad.
Cabe resaltar que la colectiva no contaba con experiencia o conocimientos actorales, por lo que, en 1998, la actriz y directora cubana Mercedes Blanco, impartió talleres de actuación, dicción, movimiento corporal y escénico, y cursos de las diferentes disciplinas teatrales a la colectiva. Luego, Blanco permaneció como directora escénica hasta 2004.
“Mujeres empezó siendo algo que mataba el ocio. Era como un grupo de mujeres que se iban a tomar el café de la tarde, pero en la medida que se fueron involucrando en el teatro y presentándose, se fueron profesionalizando a través de la experiencia”, expresa Blanco.
Esta colectiva no se creó a partir de un propósito sociopolítico o se nombró feminista, pues sus deseos de hacer teatro prevalecieron fundamentalmente por la amistad sostenida entre ellas. Sin embargo, los temas de interés partieron de su experiencia de ser mujer, como los roles de género y violencia contra las mujeres.
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La colectiva llevó a cabo un repertorio de 38 montajes, entre ellos obras y monólogos, rescatando así textos dramáticos de la cultura hispanoamericana. Algunos de sus montajes fueron «Comisaría especial para mujeres», adaptación del texto de Alberto Miralles, y «Ofelia», versión de Marco Antonio de la Parra.
Actualmente, Mujeres de Xela se encuentra inactiva.
Las Poderosas Teatro
La Asociación Artístico Cultural Las Poderosas Teatro fue formada en la Ciudad de Guatemala, en 2008 por mujeres sobrevivientes de violencia.
Ellas se conocieron en el Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer (Cicam), espacio que las motivó a emplear las artes escénicas como herramienta de sanación.
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De acuerdo con Lesbia Téllez, integrante de la colectiva, desde ese entonces, han trabajado con el teatro debido a su elemento transformador y multiplicador, con el fin de ser una red de apoyo.
Su labor se basa en la creación de montajes escénicos, talleres de teatro y género a nivel país basados en una metodología de la sanación emocional a través de la teatro-terapia con enfoque interseccional.
“En el momento en que estamos en el escenario, es una oportunidad de poder expresar, de poder decir lo que quieras y no vas a ser censurada. Encontramos el poder a través de la colectividad”, indica Téllez.
Las Poderosas se fundamenta en lo personal como espacio político, por lo que se posiciona como una organización feminista. De este modo, abordan temáticas como la violencia de género, la sexualidad, la autonomía de las mujeres y el fortalecimiento de la memoria histórica con el fin de buscar la sensibilización, sanación y transformación de las mujeres, principalmente para las que han atravesado círculos de violencia.
Su línea de trabajo se basa principalmente en el teatro biográfico documental; sin embargo, han experimentado también con la ficción.
Hasta ahora, han llevado a cabo tres obras de teatro («Las Poderosas», «Naciendo» e «In la k’ech»), una radionovela llamada «Volver a florecer» y un cuento ilustrado titulado «Cuento Poderosas».
Actoras de Cambio
Actoras de Cambio es una colectiva feminista creada en 2004 que impulsa procesos de sanación, autoconciencia y autoafirmación con mujeres sobrevivientes de violación sexual durante el conflicto armado en Guatemala.
No obstante, entre 2013 y 2014, la directora de teatro, Paula Acevedo, diseñó e implementó el Laboratorio Escénico para la Sanación de las Mujeres con el fin de trabajar con ideas, dibujos, emociones, palabras, rituales culturales y principalmente la experiencia física para pasar la sanación por el cuerpo de las mujeres.
Su propósito se basa en crear obras como herramientas de memoria y de acompañamiento para ellas y sus comunidades.
“Uno de los elementos principales en los procesos de sanación ha sido la recuperación de la memoria de las mujeres. La versión de las mujeres sobrevivientes de violación sexual no es una versión oficial, por lo que Actoras de Cambio pone en el centro la memoria de las mujeres para resignificar los hechos, como parte del proceso de sanación. Trabajar la memoria significa también reorganizar el orden de las cosas”, define Acevedo.
La metodología se construye por sesiones de investigación-creación en la que las mujeres expresan sus sentimientos, entendimientos y experiencias a través de diversos ejercicios que permiten el paso de la sanación por el cuerpo y poder crear conocimiento colectivo a partir del mismo.
En este sentido, abordan temas relacionados con la memoria histórica, la violencia patriarcal y la sanación, con el objetivo de poner al centro a las mujeres desde el trabajo con el cuerpo, puesto que buscan recuperar la vida, la memoria y la justicia mediante la reconexión con la corporalidad y la Cosmovisión Maya.
Además, establecen que el arte, en especial el teatro, es una herramienta de denuncia para ponerle un alto a la violencia sexual.
El Laboratorio Escénico para la Sanación de las Mujeres inició con el grupo de mujeres Ix Saquil Ik’. No obstante, Acevedo ha producido y acompañado seis procesos de investigación-creación con mujeres mam, chuj, ixiles y k’iche’s, entre ellas: «El despertar de las mujeres muertas», «La mujer montaña», «Chibichil: Estemos Contentas», «Metamorfosis» y «Qya Witz Nan Pï’x: abuela cerro, corazón de la lluvia».