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Conversaciones antes de la poesía: Crónica del Festival Amada Libertad 2024

Conversaciones antes de la poesía: Crónica del Festival Amada Libertad 2024

El Festival Amada Libertad (FIPAL) lleva 11 años reuniendo a poetas de todo el mundo y tiene un nombre que resuena con fuerza en los corazones de Latinoamérica.

furiaca.com Por furiaca.com
miércoles 4 de junio, 2025
en ESPECIALES, Literatura
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Escrito por Andrés Moreira

Amada Libertad es el seudónimo de Leyla Quintana, una poeta guerrillera de El Salvador. Esa conexión, esa raíz común en la poesía de resistencia, me hizo sentir que estaba tomando una decisión importante, no solo como poeta, sino también como ser humano.

El Festival Amada Libertad (FIPAL) en El Salvador no es solo una reunión de poetas internacionales, sino también un espacio de diálogo y de creación. Durante los días del evento, tuve la oportunidad de conversar con Alberto López Serrano, anfitrión del festival, la mexicana Indira Isel Crux y la guatemalteca Miriam Ochoa, poetas que representan distintas vertientes de la poesía latinoamericana.

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Alberto López Serrano por Caligari García

Alberto López: La gestión cultural y sus desafíos

“Si soy lo que hago, gestor cultural y lector, y lo que escribo viene a ser algo así como un puente de mis ideas y mis sensaciones, y corre el agua. Ya de los libros, busco que cada uno tenga su espíritu distintivo a partir de los temas que exponen”, me decía Alberto López en un restaurante de San Salvador.

Asimismo, Alberto nos comenta que uno de los objetivos de FIPAL es propiciar un acercamiento entre poetas nacionales y extranjeros con diversas audiencias en las diferentes zonas del país. Y a su vez la integración de autores locales según las sedes de las actividades.

Si bien los desafíos para este tipo de gestión y en general para muchas acciones culturales se centran sin duda en lo económico, Alberto considera que el festival también simboliza resistencia. “Cada año vuelve. Sigue amaneciendo”.

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“El FIPAL no es temático ni busca mesas acartonadas, es decir, cada poeta comparte lo que genuinamente escribe y de la manera en que guste presentarse, y en ese aspecto hay riqueza de escuchar y mirar la voz de cada poeta. Cada sede también tiene la posibilidad de hacer suya la actividad, de poner su sello. Y las sedes mismas son muy diversas”, expresa López.

“Ya con el 12 FIPAL en la mira, creo que este espacio literario y cultural representa una lucha por mantener o buscar una integración -que mucho nos hace falta-, y la poesía de Amada Libertad (1970-1991) y ella misma -que es la guía- siempre me está diciendo que siga adelante, ella me ayuda a resolver”, cuenta López.

Alberto López Serrano por Dylan Magaña, Fachada Teatro Nacional de San Salvador

Al ser poeta y profesor de matemáticas, Alberto López cree que estos festivales estimulan nuevas formas de explorar la poesía desde distintos campos del conocimiento.

Por ejemplo, explica que los estudiantes que son parte de las actividades del festival se exponen a distintas temáticas, estilos muy diferentes, maneras de leer distintas, interacciones distintas, formatos distintos, en fin, apreciar que la poesía no va ni tiene una sola manera de ser.

“La poesía está en todo, dicen por ahí. Por supuesto que hay vinculación, son lenguajes que dialogan, siempre hay un puente al menos. Y así en las distintas ramas del conocimiento o cualquier oficio. Va hacia lo mismo de la libertad de crear y exponer”, contesta López mientras dibuja una sonrisa.

Entre los retos y oportunidades de escribir en una era tan digital como la actual, López expresa que aunque existen muchísimas plataformas para difundir la poesía, no hay que asumir que todo el mundo te ha leído sólo porque tus poemas están en internet y tampoco hay que verlo como una competencia de likes o visualizaciones.

“Siempre agradezco que alguien considere lo que escribo para promoverlo en diferentes vías, y por supuesto agradezco a quienes dan su tiempo para leer digitalmente o comprar un libro físico. La resistencia a través de la perseverancia [es clave]. Si yo lidero un proyecto, no será por un mes y ya. Cuesta, y creo en parte ese es el encanto”, agrega Alberto.

Escribir desde la rabia y la resistencia: Indira Isel Crux

A la poeta Indira Isel Crux la conocí en el bus camino la lectura en el Colegio de La Paz. Ella venía de otro festival en Chile y estaba lista para sumergirse en el Amada Libertad y escuchar otras voces que le ofrezcan “paisajes frescos, a menudo desconocidos, que inspiran nuevos alientos en mi propia escritura”.

Indira Isel Crux, Colima México, por Gustavo Vilchis

Indira explica que los chistes y las risas compartidas con otros poetas se convierten en una especie de rito, una celebración de la conexión que va más allá de la poesía. “Dice Marco Antonio Campos que los poetas nos queremos porque nos vemos cada tres años”.

Esta poeta mexicana se asume como una mujer que encuentra consuelo en el “agua, los ríos y la montaña, que son mucho más predecibles que mi estado de ánimo. La carretera  camino a Comala, es amiga incansable, me llama y me da un estado de espasmo, pero claro, no sin antes recordarme que jamás podrá escapar de mis propios pensamientos. Así, entre un río de confusión y otro de inspiración, sigo escribiendo, porque, al fin, se hace lo que se puede”.

Ya estamos frente a un atardecer en el mar luego de una intensa jornada de lecturas en colegios y ahí Indira me cuenta que escribe varios proyectos al mismo tiempo que van desde la poesía hasta el teatro.

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“Según Bob Dylan, la imaginación es un terreno sin límites donde todo lo que tocas se transforma, y ​​yo, en mi afán de escribir busco ese mismo trance”, expresa Indira.

Ella busca ese mismo trance: plasmar lo que contempla, lo que sueña, lo que se disuelve y se reconfigura entre sus manos, pues sus “proyectos son más que un cúmulo de palabras; son territorios en constante expansión, donde la escritura se nutre de todo lo que leo y de todo lo que siento”, me cuenta.

Conozco dos libros de la poeta De la fractura al festín y Bang Bang, donde creo que ella explora la identidad y la experiencia humana, pero para Indira estos libros más bien son un diálogo “en el sacrificio de la voz y la vida. La voz poética sale con rabia, como Centroamérica tiene rabia para contar lo que vive y lo que piensa. Mi obra dialoga completamente con este pensamiento”, explica Indira.

La poeta mexicana, no solo es una figura activa en el panorama literario, sino también una voz que resuena con fuerza en los festivales y encuentros literarios, tanto dentro como fuera de México. Su participación en estos eventos va más allá de la simple presencia; para ella, la conexión con otros poetas y escritores es esencial.

Indira Isel Crux, Monterrey, Nuevo León, México (archivo de la autora)

Sin embargo, después de estos intensos momentos de intercambio cultural, siempre llega un sentimiento de nostalgia. «El cariño se expande, pero siempre regresas con cierta soledad, después de tanto viaje, festivales, aviones, bailes y libros», comenta Indira.

Esa soledad no es sólo la quietud que sigue a la agitación, sino un espacio donde se encuentra consigo misma, un terreno fértil para el brote de nuevos poemas.

«Después de estos momentos tan intensos, me da por deprimirme. Y luego retomo el vuelo con más fuerza. A veces no quiero salir de mi ciudad ni ver a nadie, porque me dan brotes de escritura álgidos», dice Indira, con una sonrisa melancólica.

Artivismo desde las letras

A pesar de no sentirse como una activista cultural, su deseo de aportar algo a su comunidad, especialmente a El Trompe, su barrio en Colima, la mueve. «Es un espacio que me da esperanza», comparte, hablando con ternura sobre el lugar que la vio crecer.

Universidad de Colima donde Indira Isel Crux enseña escritura y literatura. Lectura en voz alta. (archivo de la autora)

La relación con su entorno y la lucha por su voz en el mundo literario, especialmente en la era digital, no han sido sencillas. En su ciudad, Colima, ha tenido que enfrentar prejuicios y barreras.

«Uno de los mayores retos es convencer que no soy vaga, me aburre convencer. La poesía y la escritura siempre han sido consideradas una falsa liebre”, confiesa, con un tono de cansancio.

A menudo se enfrenta a la incomprensión de ciertos sectores de la comunidad que buscan cerrarle puertas, pero Indira no se deja desanimar. «No lo logran. No me desaniman», asegura con determinación.

Galera teatro San Salvador, durante el Festival internacional de poesía Amada Libertad 2024. Foto de Alberto López Serrano

La era digital, a pesar de ser una fuente de nuevos retos, también le brinda el ánimo necesario para seguir promoviendo su trabajo y el de otras poetas latinoamericanas. «Sigo estudiando y amando mi decisión de ser escritora con más alegría y furor», añade, mostrando la fuerza que la caracteriza.

Mirando hacia las nuevas generaciones de escritores, especialmente en Centroamérica, Indira tiene un consejo claro: «El tiempo es sagrado».

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La escritora considera que el aprendizaje de la escritura llega en el momento preciso, sin apresuramientos. «Tuve la oportunidad de escuchar a poetas jóvenes de El Salvador y quedé muy motivada. Me encanta poder leerles», expresa con admiración.

En sus palabras, se percibe una conexión profunda con la poesía de esos poetas, cuyo acento, lucha y pensamiento se convierten en una ventana que abre nuevos horizontes. «El mundo es maravilloso porque hay café, limas, pupusas y tacos», dice, evocando con cariño la riqueza cultural de la región. Para Indira, la escritura es una oportunidad para resistir y soportar un mundo que a menudo resulta injusto.

Así, en cada palabra de Indira se refleja un compromiso inquebrantable con su arte y su comunidad, un llamado a la resistencia a través de la poesía, que, como ella misma dice, sigue siendo una herramienta poderosa para soportar y transformar el mundo que nos rodea.

Arrancar poemas desde la raíz: caminar con Miriam Ochoa

La poeta guatemalteca, Miriam Ochoa, y yo tuvimos una participación conjunta en la Universidad Don Bosco donde leímos en la pinacoteca. Luego de ello, y de perdernos para llegar al BINAES en San Salvador, hablamos sobre el trabajo de gestión editorial en nuestros respectivos países. Ella tiene una editorial, le toma fotos y videos a todo lo que ve, mientras escucha la calle de San Salvador.

Miriam Ochoa por Luis González

En sus palabras Miriam Ochoa se presenta “como una poeta que ama mucho la narrativa y cuyos poemas son demasiado prosaicos, y que siempre verán en ellos trozos del universo y el lugar donde crecí y vivo por el momento”.

Miriam Ochoa, poeta guatemalteca, no solo ha hecho de la escritura su medio de expresión, sino que la ha convertido en una forma de resistencia y reflexión sobre su entorno. En su vida, la poesía es un acto constante. Siempre está creando, siempre está escribiendo, y esa práctica no es solo una costumbre, sino una necesidad.

Miriam es también una artesana de sus propios textos: «Tengo la costumbre de crear mis propias libretas de forma artesanal que la mayoría de veces se convierten en libros», comenta, con una sonrisa que refleja el proceso íntimo que implica la creación de cada obra.

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Actualmente, está sumergida en el pensamiento profundo de su primer libro de cuentos, un proyecto en gestación que espera ver la luz en algún momento cercano, aunque aún lo mantiene en sus pensamientos y reflexiones.

Festival Amada Liberta 2024

La participación en el Festival de Poesía Amada Libertad 2024 es una oportunidad para ella de intercambiar y crear comunidad. «Compartir, conocer lo que se está escribiendo en el país vecino y en Centroamérica en general», es lo que espera Miriam de su participación.

Más que una simple exposición de su obra, el festival representa una forma de acercarse a otras voces, otras perspectivas, y ampliar la red de escritores de la región.

Miriam no es sólo poeta, sino también organizadora del Festival Internacional de Poesía Ostuncalco, y actualmente forma parte del proyecto editorial Poe Editorial.

Este último ha experimentado transformaciones, como la suspensión del festival y su reinvención como el festival de arte permanente Súper Nova, que ahora se presenta en ciclos de poesía. Estos ciclos movilizan a poetas nacionales e internacionales por todo el país, acercando a los poetas y al público, generando un impacto profundo en ambos.

«Es increíble verlos acercarse a los poetas y decirles un ‘me encantó tu poema’ o ‘eso lo he sentido'», relata Miriam, sobre la interacción que tiene lugar en estos eventos.

La respuesta del público es tan significativa para ella como la propia escritura, pues, en sus palabras, esos momentos refuerzan la importancia de crear espacios donde la poesía y la escritura puedan respirarse y compartirse.

Miriam Ochoa. Autorretrato. Palestina de los Altos Quetzaltenango.

Preservar la oralidad y aportar a la memoria colectiva

Quetzaltenango, la ciudad en la que vive, tiene una profunda influencia en su proceso creativo, pues para Miriam estar en un punto estratégico la hace sentir conectada con todos los escritores y poetas.

La tradición literaria de su país y las huellas de grandes como Humberto Ak’ab’al y Otto René Castillo se perciben en el aire mismo de Quetzaltenango. «Pensar en un Humberto Ak’ab’al que escribe desde un pueblo del occidente, sobre un Otto René Castillo caminando por estas calles», comenta, con un aire de respeto y nostalgia.

Miriam Ochoa por Ingrid Díaz

La poesía de estos poetas ha dejado una marca imborrable, y Miriam siente que esos pasos siguen resonando en los vientos de las montañas que rodean su ciudad.

Para ella, la oralidad juega un papel fundamental en la difusión de la poesía. Aunque en sus primeros años se dedicó al arte de la declamación, ahora siente que la lectura en voz alta de la poesía sigue siendo un acto vital. «Es de suma importancia preservar la oralidad y alzar la voz siempre que se pueda», afirma.

En un país con altas tasas de analfabetismo, la oralidad es un vehículo de transmisión cultural indispensable. «Muchos hechos antes de la invasión han permanecido gracias a la oralidad», reflexiona, resaltando cómo esta tradición se mantiene viva en la memoria colectiva.

La era digital, aunque diferente de sus primeras experiencias literarias en papel, también ha sido una oportunidad para Miriam. «Estoy acostumbrada mucho al papel, a escribir desde el papel», confiesa, lo que le ha causado cierta timidez al trasladar su voz al ámbito digital.

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Sin embargo, se ha dado cuenta de que los videos, aunque no sean su medio favorito, tienen un impacto inmediato. «Muchísimas personas ven un video y le prestan buena atención», comenta, reconociendo que las nuevas tecnologías han abierto espacios de difusión que, aunque diferentes, también tienen un valor significativo.

Por otro lado, Miriam recomienda a las nuevas generaciones de escritores en Centroamérica “buscar en su origen, hacer las paces con su historia».

Solo a través de la comprensión de su pasado podrán entenderse en el presente y “contar con sus manos escultóricas de palabras las maravillas de nuestros pueblos centroamericanos (…)Escarbar hasta encontrar ese sentir”.

Miriam Ochoa, en cada palabra y cada gesto, refleja la urgencia de una poesía que no solo se lee, sino que se siente, se vive y se transmite de generación en generación. Su compromiso con su obra, con los demás poetas y con la historia de su país, la convierte en una voz esencial dentro de la literatura centroamericana.

Es así como el Festival Amada Libertad sigue siendo un espacio de resistencia, encuentro y poesía. En cada edición, la palabra se levanta como un estandarte en medio de las dificultades económicas y las barreras culturales, reafirmando que la poesía sigue viva y aún resiste. Estamos todos en el evento final y mi bus hacia Nicaragua sale a medianoche, me regreso con el corazón lleno y con la poesía renovada.


El Festival Amada Libertad (FIPAL) regresa en noviembre 2025. Más detalles en la página oficial del festival.

Etiquetas: El SalvadorGuatemala
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