Todo comenzó en secundaria, cuatro amigos se pusieron a inventar historias y de entre los cuentos hilvanados nació una novela de aproximadamente 280 páginas llamada Concepto Merodeador. Sin embargo, la historia todavía no estaba madura, pues solo relataba el devenir cotidiano de un joven llamado Bastián que estudia en una academia de arte.
Años después, esos cuatro amigos crearon lo que ellos consideran su obra maestra: la novela «A la luz de las velas», cuya trama llena de ciencia ficción los llevó a querer fusionarla con la historia de Bastián, hasta convertirse en algo más que una novela: un proyecto audiovisual con muchas ansias de abrirse paso entre la programación actual.
Arboleda Producciones es la productora creada para dar vida a la historia. «Es como llevar un anime a la vida real, de hecho esto estaba planeado para ser cómics originalmente», cuenta Manu Canales, diseñador gráfico de profesión que es director, guionista y editor de la serie, quien junto a Walter Zambrana, Jeris Hernández y Salvador Bello lograron materializar todas las ideas que compartían desde la secundaria. «Todo coincidió, yo acababa de perder mi trabajo y los demás estaban justamente desempleados y así dimos rienda suelta al proyecto. Yo quería hacer algo más allá pensamos un cortometraje pero es demasiada historia y ahí se nos ocurrió crear la serie, uniendo ambas historias: ¿qué pasaría si estos sacerdotes de la organización universal conocen a este muchacho que estudia en la academia de arte de Nicaragua?».
Es así como aterrizaron la historia a nuestro entorno, sobre todo porque la búsqueda de la persona encargada de proteger el planeta no solo es nicaragüense sino que incluso los antagonistas se hacen llamar la Orden de Xibalba y está conformada por criminales que llevan los nombres de los espantos nacionales como La Llorona, La Mokuana, La Carreta Nagua, etc. Todos presentados en una versión más realista, elegante y con una trama más profunda de lo que las leyendas cuentan.
Actualmente el equipo cuenta con cuatro capítulos de 25 minutos cada uno, casi dos horas de metraje en total. Sin embargo, cuentan con 60 capítulos, es decir 5 temporadas de 12 capítulos. La idea es conseguir patrocinio para que los actores vean el fruto de su entrega y esfuerzo pues hasta ahora todo ha caminado por ahorro propio, apoyo de los actores y lo que recibieron del premio al primer lugar que ganaron con Proyecto L por un cortometraje sobre libertad de expresión llamado Sin Dueño, que les permitió conseguir los equipos necesarios. «Cuando han visto los episodios piensan que estéticamente es perfecto, aunque como creador uno nunca está conforme. Por lo bien que lo miran piensan que también es difícil de mercadear porque automáticamente saben que tiene un valor agregado, no es como un enlatado. Los que nos apoyen estarán siendo parte de este proyecto pionero no solo en Nicaragua sino en Centroamérica», expresa Canales.
Apenas se llegue un acuerdo con algún canal inmediatamente retomarán producción, porque más que todo les interesa darle a los actores lo que se merecen. «En realidad no es que necesitemos dinero ya para filmar porque el equipo lo tenemos y las localidades están a disposición, pero no queremos seguir trabajando sin que los actores ganen».
Un dato digno de mencionar es que la música es original para la serie, creada por ellos mismos, pues también son un grupo musical. «Tenemos un álbum completo y hasta videoclips que pensamos lanzar con este proyecto ya que queremos que salga todo junto. Mezclamos ópera flamenco, pop rock y tecno», expresa Walter Zambrana, encargado del sonido de todo el proyecto.
Es así como nos dejamos llevar por la expectativa que han logrado dejar en el ambiente los jóvenes de Proyecto Merodeador, quienes desde ya despuntan como una promesa entre los fotogramas de la actualidad televisiva.
Escrito por Malva Izquierdo
Fotos por Malva Izquierdo