A sus 28 años de edad, Cristina Sandino Rossmann, mejor conocida por sus amigas y amigos como “Nina”, ha logrado vencer sus inseguridades y temores a través de la danza. Arte por el cual se encuentra en el Conservatorio de Danza de Austria.
Esta chavala de piel canela y ojos color miel es originaria de Bilwi, Región Autónoma Atlántico Norte. Y a sus seis años tuvo su primer encuentro amoroso con la danza gracias a su mamá, quien la llevaba los sábados a la Academia Nicaragüense de Danza a “entretenerse”. Sin saber que ese entretenimiento se convertiría en su pasión.
Y es que cuando se ve a la Nina bailar, se percibe que no son simples movimientos de pies, sino una coordinación casi perfecta entre su corazón, y todo lo que quiere expresar, con su cuerpo.
«La danza me permite conectar con mi interior de manera única, siento que hago comunión con la madre tierra a través de ella; al bailar cada parte de mi cuerpo comunica todo lo que no puedo decir con palabras”, afirma Cristina.
Abandonó la Academia de Danza decidida a prepararse para ser arquitecta. Pero tuvo la oportunidad de unirse al Ballet Folklórico Tepenahuatl y sin pensarlo dos veces se aventuró. Desde ese entonces sus pies no han dejado de bailar.
«Jamás me imaginé trabajando en el arte, pero cada vez que asistía a una presentación de baile se incendiaba algo dentro de mí, sentía una gran ansiedad como un hueco en el pecho que nunca se llenaba“, comenta Nina.
Logrando lo imposible
Sin conocimiento del idioma ni del país, Nina decide irse a Viena, en Marzo de 2011, por motivos personales y desde su llegada al país «le echó el ojo al Conservatorio».
No obstante entrar no le fue sencillo. En el 2012 hizo su primer intento pero no lo logró, porque pasaba la edad admitida que era entre 18 y 25 años y en ese entonces Nina tenía 26.
«Luego de eso desistí. Pero por casualidades de la vida un día recibí un correo sobre un Curso de preparación para la carrera de Pedagogía en Danza contemporánea. Decidí llevarlo como un reto personal. La profesora del curso me insistió en ir nuevamente al Conservatorio y explicar mi situación: el porqué ahora con 27 años decidía estudiar danza.»
Y así lo hizo. Nina no se dio por vencida y expuso su caso ante el Director del Departamento de Danza, quien le dio ¨luz verde¨ para audicionar, pero el estrés, por el contrario de terminar, aumentó. Desde Octubre del 2013, comenzó una preparación intensiva que incluía pesas, estiramiento, acrobacia, ballet, improvisación y yoga.
La audición fue en marzo de este año a una semana de cumplir sus 28 años. ¨En la primera ronda tuve que demostrar mis capacidades audititvas y motoras: seguir el ritmo de las congas y reconocer las notas del piano con solo escucharlas. También tuve consulta con una fisioterapeuta que revisó mis pies, columna y caderas ¨. Y así entre más pruebas y entrevistas, por fin Nina quedó seleccionada.
¨Fue la validación a todos mis años de sacrificio, de llantos y de inseguridades. Cosechaba los frutos de mi arduo trabajo. Salí del conservatorio con ganas de correr y gritar por las calles. Esa noche no pude dormir¨, cuenta Nina con entusiasmo.
Ahora la responsabilidad de Nina se ha vuelto grande, porque además de mantenerse actualizada con todo lo que concierne a la danza y entender mejor su cuerpo y sus capacidades. Quiere utilizar su talento para ¨experimentar y ahondar en diferentes temáticas que me apasionan, como la reivindicación del cuerpo femenino fuera de los estereotipos y de los convencionalismos sociales¨, mediante el performance. Asimismo transmitir sus conocimientos a aquellos que no han tenido la suerte de viajar fuera del país.
¨No veo las artes como algo destinado exclusivamente para artistas e intelectuales, sino como la oportunidad de incentivar por medio de éstas la narrativa propia y el pensamiento crítico. Todos debemos ser capaces de ser los artistas de nuestras propias vidas y nuestras comunidades¨, expresa Nina.
Actualmente además de estar en el Conservatorio, forma parte esencial del Grupo Sacuanjoche, pues es la directora artística y coreógrafa. Esta compañía busca preservar y promover las tradiciones y costumbres de Nicaragua y Centroamérica, tanto en el arte popular de la danza como en la música y en el canto; además, de incentivar la convivencia multiétnica por medio de actividades culturales orientadas al rescate y fortalecimiento de la identidad de origen de los ciudadanos centroamericanos que viven, trabajan y/o estudian en Austria y resto de europa, comentó Sandino.
¿Qué le dirías a las chavalas y chavalos que aman la danza pero no siguen con su pasión, porque no es una profesión “rentable” y por las escasas oportunidades de crecer artísticamente?
Muchos creen que solo la vida de artista es difícil, pero la verdad que hoy en día en toda carrera se hace difícil y pesado el trabajo si no te sentís verdaderamente apasionado por lo que haces.
Si me preguntas como me miro en 5 años como arquitecta automáticamente siento pánico y mi cuerpo se tensiona. Si me preguntas como me veo trabajando en danza, no tengo duda alguna que todo estará bien…por qué? Siento que lo hago con pasión, finaliza Nina.
Felicidades por todos tus logros, que nos enorgullecen a todos los que te vimos crecer. Te hemos visto como un capullito llegar a ser una Hermosa Flor llena de colorido.
Extiendo las Felicitaciones a tus padres. Con mucho cariño.
Estás casada con el arte, es increíble como conjugas éste, con tu fragilidad, belleza y tu audacia , sin duda eres un ejemplo para imitarlo. Abrazos desde Viena (el Patrón)
Felicidades Nina preciosa, todas y todos los Sacuanjoches estamos super orgullosos de vos, sos todo un ejemplo a seguir y la inspiración de todos, está de sobra decirte que contás con nuestro apoyo incondicional mi preciosa, JAMÁS tuvimos duda que lograrías entrar al conservatorio y vamos a seguir juntos trabajando hombro con hombro para llevar a cabo nuestros proyectos Nina para todos y todos para Nina!!!