Luz Elena Sequeira es una ultramaratonista apasionada por los senderos y por la sensación de libertad que fluye por su cuerpo cuando corre. Desde que el asfalto de la ardiente Managua se adhirió a sus pies, no ha habido un ALTO que la detenga.
“Yo comencé a correr en octubre del 2012, una amiga me invitó a una carrera en apoyo a las mujeres que tenían el cáncer de mama. Lo curioso es que antes no hacia ningún deporte y mientras mi amiga no siguió corriendo, yo me quedé con las ganas de seguir cuando llegué a la meta de los 5 km y pensé ¿eso es todo?”, expresa esta enérgica ingeniera en sistemas que actualmente hace diseño moderno mientras se diluye entre las responsabilidades cotidianas y el oasis que la llama desde cada acera, carretera o sinuoso camino.
“Cuando a mí me preguntan porqué me gusta correr en la montaña, respondo que es una manera de liberarme a mí misma, y es hermoso disfrutar de los paisajes y la naturaleza. Es estar en conexión con la tierra y combina la rudeza del deporte con la belleza de la montaña”.
Es por eso que las carrera a las que se dedica son conocidas como ultramaratones, con tiempo límite y son en su mayoría en las montañas, “como soy aficionada a eso, 95% de los maratones son de 45 km o de 80 km en ese ambiente. En la última carrera que fue en Costa Rica para recorrer 50 km teníamos 7 horas, si alguien no llegaba a tiempo lo sacaban, para los 80 km yo la hice en 13 horas. El más largo fue aquí en Nicaragua y fue de 131 km, en los alrededores del volcán Mombacho, la mayoría de los corredores quieren saber cuánto pueden recorrer en 24hrs, yo pude recorrer 131km”.
Luz habla de sus logros entusiasmadamente, no cabe duda que le hace feliz correr, sin embargo, como buena deportista la disciplina es lo que la ha llevado a superarse a sí misma con cada reto. “Yo entreno 3 veces al día, a las 4 am hago mi primer entrenamiento de 4 a 6, yo trabajo de 7 y media a 5 y media, agarro mi hora de almuerzo para hacer otro entrenamiento. Hay días que me toca hacer entrenamiento en la piscina, en la mañana es corriendo, al medio día es en piscina algunas veces nadando y otras corriendo dentro de la piscinas con pesas para generar más estabilidad. Luego salgo del trabajo voy al gym y hago acondicionamiento físico, entre semana no hago más de 20 km. Los fines de semana son los días que nado o me voy hacia la montaña. Aunque todo depende de la carrera para la que me esté preparando, depende el tipo de terreno, la textura de la tierra y el clima”, expresa.
Eso sí, para llegar a ese nivel todo fue poco a poco, le tomó tiempo agarrar cada vez más resistencia, hasta que ya en el 2013 haciendo medio maratones que son de 21 a 25 km, luego en el 2014 se lanzó con los ultra maratones de 50 después los de 80 y así. “Yo aconsejo que siempre comiencen con distancias cortas, con distancias con las que se sientan cómodas, hay que encontrarle el gusto, sino no le sacás el mayor provecho, y luego tratar de seguir una buena postura y ritmos para evitar lesiones”.
Ahora que ya está en una etapa en la que hay que seguir siempre adelante, Luz tiene muchos planes. “Aunque he estado en un mes de reposo activo porque tuve un accidente hace poco, ya estoy recuperándome y pensando en la próxima carrera que hacen en Francia que es de 300 km por etapas como de 3 a 4 días. Yo necesito puntos para poder participar, iba a ir a Perú a ganarme los puntos pero con esto del accidente ya no pude. Entonces será el otro año que iré y lo bueno es que estaré más preparada”.
Sí, 300 km dijo, por más increíble que parezca a Luz le encantan los ultramaratones, siente que es un momento para estar consigo misma, pues es tanto tiempo que lleva corriendo que deja de ser algo físico y hasta mental y se convierte en algo más agradable, uno no se da cuenta de que termina hasta que pasa, “son tantas horas corriendo que una pasa haciendo y deshaciendo su vida (risas)”.
Su experiencia más bonita fue en México en el Ultramaratón Caballo Blanco donde tuvo la oportunidad de socializar con la tribu Tarahumara, conocidos por ser corredores de distancias largas en todo el mundo. “fue increíble, yo ya conocía de esta tribu por un libro que trata sobre su cultura, ellos corren con guarachas o caites y la ropa que usan día a día, el medio de transporte son sus pies”.
Para ella su pasión no solo ha sido gratificante, también ha estado llena de obstáculos como el acoso callejero y los estereotipos: “Yo fui la primer nicaragüense en hacer ultramaratones, ha sido difícil porque yo sola entrenaba ya que nadie más lo hacía y me decían ‘cuidado te pasa algo que andas ahí sola’, pero yo pienso que no hay que reprimirse, ahí en las carreras ves más hombre que mujeres y una tiene que promoverlo y demostrar que sí se puede, no dejarse llevar por cómo la gente piensa de las cosas. Y pues aunque hasta el momento no he tenido más problemas que los chiflidos en la calle, yo voy en mi mundo y ni cuenta me doy o no le pongo mente”, expresa.
Genial! Yo apenas he comenzado a correr un poco por invitación, pero ya me resiente un poco la rodilla porque como explica ella al inicio son distancias cortas y me toco un poquito largo, zapatos no adecuados, postura y bolso no adecuado. Pero si percibí lo que ella dijo, el ambiente de sendero y montaña es increíble. Como que vas muriendo y renaciendo a la vez. Saludos!