A puerta cerrada sollozan en secreto mujeres, niñas y niños la desdicha de los delitos sexuales que azotan sus hogares. Bajo instrucciones de juego, manipulación y engaño, los agresores -que suelen ser padres, esposos o parientes- perturban la historia de personas inocentes que se ven marcados para toda la vida.
Juguemos a la casita antes de que venga tu mamá, la abuela de tus muñecas…
Si todas las experiencias, aunque breves, nos marcan por el resto de nuestra existencia, la violencia sexual arrebata a las niñas, niños y adolescentes la paz y sus derechos esenciales.
“Se le llama Abuso Sexual Infantil, a todo acto ejecutado por un adulto o adolescente que se vale de un menor para estimularse o gratificarse sexualmente. Se le denomina abuso en la medida en que, pudiendo realizar tales actos con o sin consentimiento del menor, son actos para los cuales éste carece de la madurez y el desarrollo cognoscitivo necesarios para evaluar su contenido y consecuencias.”
Save the Children
El fenómeno de la violencia sexual en nuestro país es el más invisible de todos los delitos y uno de los más complejos de resolver, debido al silencio y falta de denuncia. Sin embargo, los números cada vez más, van en aumento:
Dejar de jugar a la mamá para convertirse en una
¿Recuerdan a Rosita, la niña violada que abortó a los nueve años y que provocó un escándalo en la región? Tristemente una vez más fue abusada por su padrastro, quien siempre abusó de ella en su propia casa bajo el consentimiento de su mamá. El final del embarazo de Rosita, fue huir a un albergue, junto a su bebé, hija que su padrastro le engendró.
En el año 2012, el Ministerio de Salud publicó el informe Análisis estadístico de salud 2000-2011 en Nicaragua, el cual reveló que una década hubo 1.3 millones de partos en el sistema de salud pública, de los cuales 367,095 correspondieron a adolescentes mayores de 14 años y 172,535 fueron de niñas menores de edad.
Ese informe reveló que el 27 por ciento de los embarazos registrados en el país son de niñas y adolescentes, de las cuales 47 por ciento tenían entre 10 y 14 años.
El Código Penal de Nicaragua establece que toda relación sexual con una persona menor de 14 años, aun cuando ella alegue consentimiento, es considerado delito de violación y debe penarse con prisión de entre 12 y 15 años.
Las secuelas del maltrato infantil
Los primeros años de la vida de una persona son fundamentales en su desarrollo cerebral, es una época decisiva a la hora de moldear el cerebro, maltratar a un niño en sus primeros años de vida, deja alteraciones bioquímicas y neurobiológicas que afectan de forma negativa su funcionamiento. Desde el punto de vista científico no hay duda en que los abusos sufridos en la infancia dejan unas secuelas que, en gran medida, son irreparables.
Muchos de los casos de abuso sexual infantil en Nicaragua no se denuncian, por lo que será difícil obtener cifras que nos acerquen a la realidad que vive nuestra niñez.
“Las secuelas del abuso sufrido en la infancia pueden manifestarse a cualquier edad y de modos diversos. Interiormente aparecen en forma de depresión, ansiedad, pensamientos suicidas o estrés postraumático; también se exteriorizan a través de la agresividad, impulsividad, delincuencia, hiperactividad o abuso de drogas. Una de las perturbaciones psiquiátricas más desconcertantes, muy asociada al maltrato en la edad infantil, es el trastorno de la personalidad esquizoide”. Martín H. Teicher, profesor de Psiquiatría en Harvard.
El agresor se disfraza de mejor amigo de las niñas y niños. Les manipula y les miente para cumplir su objetivo. Muchas de las víctimas son amenazadas para ocultar lo sucedido. Te invitamos a leer sobre Señales y síntomas del abuso. También les recomendamos leer Mitos y verdades sobre el abuso sexual infantil.