Juan Carlos López nos compartió satisfecho el documental audiovisual que, entre pre y post producción, le llevó nueve meses de trabajo. Fue su curiosidad que lo llevó dar con una comunidad caribeña que vive en Puerto Sandino, en el pacífico de Nicaragua. Juan Carlos y Bryam, su compañero de tesis, empezaron a ir a la comunidad en busca de conocer y hablar con la gente, «queríamos que sintieran que éramos sus amigos y no desconocidos que llegaban a saber de sus vidas», nos cuenta. Así nació «Puerto Sandino: la escencia del caribe en el pacífico», documental que pronto les compartiremos.
De su vida estudiantil le queda de recuerdo el premio María José Bravo, que ganó con otra producción audiovisual llamada «Lo visible en lo invisible», alrededor de la influencia de los dibujos animados sobre los roles de géneros en los niñas y las niñas. «Mi parte investigadora siempre está dirigida a la producción audiovisual. Es lo que me gusta», dice.
¿Por qué lo audiovisual?
Creo que a la gente le gusta más ver que leer. Con las imágenes he podido transmitir el mensaje que no he podido transmitir por otros medios. Todos mis trabajos han sido con mis guiones.
¿Qué te llevó a la investigación?
Primero curiosidad, el preguntarme cómo pueden esta comunidad, por ejemplo, mantener su cultura caribeña en el pacífico. Quise conocer, saber más y compartir ese conocimiento.
Hablanos sobre Puerto Sandino…
Todo empezó en nuestra clase para la culminación de nuestra carrera. Mi compañero y yo nos dimos cuenta de que existía esta comunidad. Viajamos como ocho veces, primero para observar a la comunidad, luego para grabar tomas de recursos y seleccionar a los personajes principales del documental y por último para presentar el trabajo.
Paralelo a eso, también trabajaste el reportaje ganador del María José Bravo…
En ese fueron dos meses de trabajo. Pasamos un taller de género y para graduarnos teníamos que hacer un producto de comunicación. Primero definimos los estereotipos y conceptos presentes en los dibujos animados, luego buscamos testimonios de niños y puntos de vista de especialistas.
¿Qué otros temas te interesan?
He querido trabajar temas como la homosexualidad. Vi un documental de carácter antropológico —Nanuk, el esquimal— y me llama mucho la atención, porque lo que yo hago siempre es observar a la gente, después de eso detectar lo más importante y lo que yo puedo transmitir en mi documental. Me gusta mucho la cotidianidad y trato de reflejar eso en mi trabajo. En cada persona hay algo que contar.
A pesar de que siempre le atrajo la televisión desde que veía Sábado Gigante con su familia, la primera vez que Juan Carlos jugó con una cámara fue a los 15 años —la de su celular—. «Toda mi infancia me dediqué a vender en el mercado de Masaya, vendíamos frutas, mi mama se quedaba en el tramo y yo vendía dentro del mercado». A los 13 años ya compraba sus propios productos y eso, el ser independiente, ha sido la clave para lograr lo que califica como «pequeños triunfos».
Nuevos emprendimientos
Después de producir audiovisuales para Conexiones durante un año, terminar su carrera y hacer prácticas como asistente de producción en Esta Semana, Juan Carlos está listo para emprender sus propios proyectos. Lop Photography es su marca fotográfica personal, con la que pretende hacer fotografía de turismo y fotoperiodismo. Asimismo, emprendió en compañía de cuatro amigos un proyecto de producción audiovisual independiente llamado Set Producciones.
¿Cómo te va trabajando en equipo?
Nos consideramos una familia y creo que esa ha sido la clave. No tenemos un líder, todos proponemos, respetamos nuestras opiniones y estamos abiertos a más gente a la que le guste la producción.