Este viernes concluyó la décima octava edición del Festival Internacional de Teatro «Monólogos, diálogos y más…» (FIT 2015).
Como habrán notado, hemos estado publicando bastante contenido relacionado al festival y a quienes se presentan en él, pero… ¿por qué es tan importante?
Verán, como bien apunta don Salvador Espinoza en su artículo de opinión que, por casualidad, fue publicado en vísperas de este festival, Nicaragua cuenta con una tradición escénica bastante amplia, sin embargo, quienes disfrutamos de este arte sabemos que las opciones para ver teatro el país son bastante reducidas. El FIT representa para muchxs la oportunidad de quitarse las ganas de ver tooodo el teatro que no pueden ver normalmente, y de paso, conocer las producciones teatrales de los países invitados.
Según la presidenta del FIT, Lucero Millán, el festival se ha caracterizado por tener una excelente curaduría, lo que nos quedó bastante claro durante esta edición, en la que se presentaron nueve obras de siete países, entre las que destacaron Escribiendo en la orilla, de Estados Unidos y Marx ha vuelto, de El Salvador, ambas despedidas con una ovación de pie.
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[restab title=»Conciertos y cuentacuentos»]
Al igual que en años anteriores, esta edición del festival trajo consigo 5 conciertos y 2 cuentacuentos, que se presentaron cada día después de las obras estelares y fueron gratuitos, en la cafetería de la sala de teatro, donde se creaba una íntima atmósfera de convivencia, en la que, poco a poco, quienes asistimos varias noches al festival empezábamos a reconocernos. El miércoles, por ejemplo, día en que se presentaron los salseros Vivian López y Luis Pérez, la gente pegó una bailada de esas que se recuerdan, luego le siguió Inez Barlatier, cantante de la obra Escribiendo en la arena, quien improvisadamente interpretó algunas canciones para el público. Para cerrar con broche de oro, Evelyn Martínez se sacó un tango a capela de la manga.[/restab]
[restab title=»Nuevo espacio cultural»]
Con el festival también se estrenó «Antesala, espacio cultural», una alternativa escénica que nace en la cafeteria de la Sala de Teatro Justo Rufino Garay. La propuesta del cafetín es crear un nuevo lugar para escena artística e independiente del país, generando una propuesta fresca para jóvenes creadores y encontrando un punto en común con la buena comida, nutritiva y a buen precio.[/restab]
[restab title=»Homenaje»]
Este año el festival estuvo dedicado al Dúo Guardabarranco; a Salvador Cardenal (en memoria) y a Katia Cardenal. El día miércoles, antes de que se presentara la obra estadounidense Escribiendo en la arena, Lucero Millán, directora del TJRG hizo entrega de una pieza artesanal, cortesía de la Galería Códice, como reconocimiento por el legado musical del dúo. Nina Cardenal, hija de Katia, también se presentó con un concierto realizado el martes después de la obra Variaciones, de Amanda Polo.[/restab][/restabs]
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[restab title=»España» active=»active»]
Un obra sin nombre reta a la identidad
Una obra sin nombre clausuró el FIT con la genialidad que se merecía un encuentro como tal, que ya lleva más de 18 ediciones de realizarse.
El grupo español Cuarto y mitad teatro presentó el viernes 31 de julio la obra “Escriba su nombre aquí”, que detalla un mapa de escenas con hilos de unión entre ellas, una serie consecutiva de situaciones y personajes que lo único que persiguen es cuestionar una sola cosa: nuestra propia identidad.
Bancos hechos con polines y luces es todo lo que adornaba a estos 5 actores y actrices que se mezclan entre diferentes personajes y situaciones, cuestionando todo aquello que algunas vez nos ha etiquetado, y en una clara burla a las fronteras y prisiones invisibles que construimos en la sociedad.
La obra, en sí misma, no deja de sorprender por las tan básicas preguntas a través de las cuales los y las personajes nos enseñan que nuestra vida puede ser solo la inmensa suma de una arbitraria y diminuta serie de decisiones: “¿Qué pasa cuando sólo nos define un número? ¿puedo cambiar ese número por uno que me guste más? ¿Por qué nací en este país? ¿puedo cambiar de nacionalidad? ¿y si hubiera un servicio de atención al cliente que hiciera eso? ¿Cómo me presentaría si cada parte de mi cuerpo tiene una historia distinta? ¿Según el saludo mi personalidad?”, son algunas de las preguntas que nos hace el grupo español en una obra que cuenta incluso con la participación del público en la historia.
Porque también está el público, claro está. El público es el otro gran elemento de la obra y con el cual las y los actores interactúan durante gran parte de la obra, lo que al parecer ha dado paso a una genial improvisación que quedó demostrada el viernes por la noche, cuando por una falla energética en el sector de Las Palmas, los actores tuvieron que actuar sin luces ni sonido ante un público inquieto por el calor y la risa que provocaban.
Más que aplausos, “Escriba su nombre aquí” se llevó la satisfacción de una obra muy bien montada, inteligente y perspicaz. Un espectáculo que sin duda alguna dejó pensando a más de alguno en la sala sobre cuáles decisiones de nuestras vidas han sido al azar, y cuáles definidas por la sociedad.
Por Rodrigo Rodríguez[/restab]
[restab title=»Estados Unidos»]
Escribiendo en la arena… una y otra vez
Tercera llamada. Se apagan las luces. Me pongo cómoda para revivir esos segundos de expectativas en la que mi capacidad de sorpresa puede llegar al limite o simplemente desmoronarse en las butacas del teatro. Esta ha sido una de las sensación más entrañables que me ha dejado el ser espectadora de teatro, la cual revivo una vez al año debido a la penuria de una cartelera teatral en nuestra capital.
Y comienza. Una dramaturgia plagada de nostalgia, convoca a tres mujeres migrantes de diferentes culturas en el escenario con una puesta en escena multidisciplinar, donde la danza, el canto y la actuación abrazan la búsqueda de una metáfora: la del exilio.
-Estamos cansadas de tener las manos alzadas… adiós coño, adiós.
Tres cubos. Un escenario limpio de parafernalia, innecesarias para un trío de actrices que resuelven sus historias con una impecable limpieza actoral, creando así, escenas de una bella plasticidad poética.
En la medida en que la puesta iba in crescendo, el publico intimaba más con la obra. El no sé si reír o llorar, está latente en los monólogos de la actriz cubana Mabel Roch, quien nos hizo pasar por mil sensaciones: La risa, el sarcasmo, la sorpresa e interminable nostalgia; emociones contrastadas con un teatro físico carente de palabras revelado por la bailarina brasileña Lucía Aratanha y complementado con la exquisita voz de la haitiana Inez Barlatier. Todo este collage con el implícito sentimiento de exilio que todos sentimos alguna vez en nuestra vida. Un exilio emocional, físico y sentimental, latente en todo el continente.
Y de nuevo vuelve la oscuridad. Muchas veces el público se levanta por inercia a aplaudir como foca. Pero presiento que esta vez no fue así. Nos levantamos a agradecer colectivamente con una lluvia de aplausos una puesta en escena que nos dejó afectados.
Por Greta Cisne[/restab]
[restab title=»Argentina/México»]
Variaciones de Amanda Polo
Amanda Polo Millán presentó el día martes 28 de julio su obra Variaciones (o poética de una irregularidad), un recorrido por las vivencias de seis diferentes mujeres, distantes y cercanas, inexplicablemente conectadas, o, como plantea la misma descripción de la obra, una sola mujer en seis diferentes dimensiones de su ser.
Amanda en el escenario, Amanda en un televisor y el televisor fueron los elementos fundamentales para la ejecución de la obra y sus seis personajes. La parte audiovisual complementaba enormemente la obra, presentando recuerdos, duplicando la realidad o enlazando una videollamada con Amalia (mujer revolucionaria que nunca está de manera física en la obra) para ser entrevistada desde el escenario.
Durante el transcurso de la obra, el público se va adentrando cada cierto tiempo en la historia de una nueva mujer, aparentemente inconexa a la anterior, que lo lleva a recorrer aspectos superficiales o significativos de sus adentros. Por ejemplo, la personalidad extrovertida de una presentadora de televisión contrasta mucho con la de la mujer revolucionaria, que expresa las percepciones de vivir en un país con un pasado político y una capital sin centro de una manera más bien seca. Un momento sobresaliente es el testimonio de una prostituta, que constituye la catarsis de la obra, en el que vemos a un personaje muy bien caracterizado que explora las profundidades de su marginación. Como público nos quedamos con el sabor de este personaje, así como con el de la presentadora (a pesar de irritante, muy divertida) y nos es más fácil olvidar a los otros. Sin lugar a dudas estos personajes brillan mucho más que otros, al igual que la actuación de Amanda Polo sobresale ante las producciones audiovisuales del televisor.
Esta obra sorprende por su formato novedoso y la versatilidad de la actriz, en la que reconocemos, además, cierta similitud al particular estilo del Justo Rufino Garay, tal vez porque parte de la formación de Amanda Polo fue en esta escuela, por el vínculo familiar con Lucero Millán o por ambas razones, lo que sí podemos asegurar es que Variaciones fue recibida con los brazos abiertos por parte del TJRG y el público, dando así la impresión de que se presentaba, por primera vez, en casa.
Por Francisco A. Soza[/restab]
[restab title=»El Salvador»]
El mismísimo Marx en el FIT
El jueves 30 le tocó el turno a Marx ha vuelto, a cargo del Grupo De Los Sinvergüenza, que propone sobre las tablas el regreso de un Marx intacto, que por razones burocráticas llega a Nicaragua, al FIT, para ser exactos.
Un aturdido Marx comienza a contarnos su vida personal, cómo llegó a desarrollar sus teorías y las dificultades que vivió con ellas, sin dejar de sacarse de la manga ideas marxistas que le dan lo que la hace genial: es una obra que llena intelectualmente.
Llegamos a la obra y no paramos de reír. Ver a ese enorme y gordo Marx deslizarse de un lado a otro del escenario, haciendo chistes de sus desgracias, de sus teorías y de nuestra sociedad no puede más que hacernos reír, llevándonos sin darnos cuenta a una reflexión sobre nuestra realidad. Marx ha vuelto es una obra propositiva y, además, interactiva, que desploma la cuarta pared desde el momento en que a Marx le corta la luz, y necesita recurrir al público para encender sus velas, mismas que después apaga como metáfora de la muerte de sus hijos, que, a pesar de ser un monólogo, siempre están presentes corriendo por la casa.
Nunca nos explicaron mejor la plusvalía. Cuando se encamina el final de la obra Marx pide a seis voluntarios que hagan de obreros, mientras él mismo, en representación del capitalismo, se infla sobre una silla. La genialidad del autor/actor nos llevó a la reflexión al final de la obra, en el que nos increpa reiteradas veces: «¿y ustedes cómo le van a hacer?».
Una obra excepcional que puede resultar pesada para algunos, pero de ninguna manera aburrida.
Por Francisco A. Soza[/restab]
[restab title=»Nicaragua»]
Puede leer la reseña de La ciudad vacía aquí[/restab][/restabs]
¡Fue un festival furioso!
Nota colectiva hecha por Rodrigo Rodriguez, Greta Cisne y Francisco A. Soza.
Fotografías de Rodrigo Rodríguez.