¿Qué tienen en común una chef, una arquitecta y una instructora de yoga? Pues las ganas de converger en un mismo espacio para crear una conexión poderosa sobre 3 pilares: sanación, arte y alimentación.
Cristina, Helena y Laura son 3 amigas cuyas vidas coincidieron convenientemente para emprender un proyecto juntas. “Helena y yo estuvimos viviendo juntas en México ahí hablábamos mucho de que en Nicaragua no había un lugar donde expresarse, un punto de encuentro donde la gente pueda manifestarse, renovar la consciencia sobre lo que queremos ser como jóvenes. Cuando nos devolvimos casualmente nuestra amiga Cristina estaba renunciando a su trabajo. Así se armó todo”, expresa Laura Sofía, quien se encarga del área de sanación.
Para las chicas el nombre lo encierra todo, la luna con toda su connotación de luminosidad en lo oscuro, la relación de los ciclos en todo lo que nos rodea como la vida, la reproducción, la menstruación y el renacer. Mientras que la palabra casa representaba para ellas el lugar cálido de desahogo y relajación que quieren crear.
Helena González está detrás de la remodelación del espacio, la casa en donde creció y que ahora se ha convertido en el engranaje central de Casa Luna. También trabaja en la gestión cultural y para que todo fluya eficazmente: “Si bien cada quien tiene su área fuerte, todas vamos a estar vinculadas en cada una de la áreas. Creo que la idea inicial de donde surge esto es para poder albergar diferentes iniciativas que girarán en torno al tema de la sanación y el bienestar individual y colectivo, la expectativa es que acá coincidan iniciativas de diferentes índoles para mutar hábitos y erradicar acciones que tenemos como sociedad autodestructiva”, comenta.
Por su parte Cristina ve esta oportunidad como un proyecto esperanzador y al tomar un nuevo rumbo en su vida la idea de formar parte de un colectivo enfocado en un despertar a través del amor, es simplemente emocionante. Asimismo, para ella el hecho de encontrarse con sus dos amigas era algo “ya escrito”, pues las 3 buscaban lo mismo y estaban en el momento justo para compartir el sueño entre todas. “Yo estoy a cargo del barco de cocina o Media Luna a como le llamamos, dentro de Casa Luna la alimentación representa una parte esencial en el proceso de sanación. Vamos a tener clases de Cocina Saludable y trabajaré de la mano con una querida amiga nutricionista, María Martínez, para acompañarnos en el camino de la alimentación consciente. Cursos de cocina para niños y adultos, cocina creativa, liberando el artista culinario que todos llevamos dentro. ¡Vamos a divertirnos!”, asegura entusiasmada Cristina.
La idea es que también tengan un huerto medicinal, en un ambiente con muchos detalles sensoriales, “queremos enamorar a la gente a través del paladar, la vista, el olfato, en fin, todos los sentidos”, comenta Laura.
El 3 de octubre es la apertura de Casa Luna, las chicas piensan hacer una gran inauguración, que sea un resumen de todo lo que quieren hacer, pues las ganas de trabajar y crear, están ahí a flor de piel. “Esto va a crecer en arte, en sanación, queremos que sea un oasis espiritual”, enfatiza Helena.
Foto por Malva Izquierdo