A sus 21 años Casiano Cabrera tiene casi asegurado el éxito con su talento como cellista y una beca para estudiar música por 8 años.
Este joven oriundo de Granada cuenta que fue gracias a su mamá que entró a clases de música, aunque primeramente estudió guitarra por muchos años, para luego encontrar en el sonido del violincello su amor incondicional por la música.
«Yo me salí de estudiar guitarra y no he vuelto porque siento que con el violincello conocí más el universo de la música, me apasioné más. Empecé a explorar otros mundos, otras maneras de hacer música y mis posibilidades se ampliaron», explica Cabrera.
Así fue como su incursión por las cuerdas del cello y su actitud perseverante lo llevaron a tocar para la orquesta juvenil del Teatro Nacional Rubén Darío y luego en la Camerata Bach como cellista oficial.
8 años para estudiar lo que ama
Los días de Casiano transcurren alrededor de la música y aunque tiene novia, una familia y amigos, su mundo es el violincello.
Es esta entrega a su instrumento lo que le ha dado la oportunidad de clasificar para una beca completa en Costa Rica, donde estudiará por 8 años todo lo que comprende el mundo del violincello.
Todo surgió sin que él lo esperara cuando lo invitaron a Costa Rica para hacer una gira centroamericana y junto a dos músicos más tocaron junto con el proyecto de la Sinfónica Nacional de Costa Rica, sin saber que era el preámbulo a una audición.
«Querían que hiciera audición para darme una beca para estudiar, yo estaba nervioso porque no íbamos con esa idea, según yo solo íbamos a tocar. Me agarró movido porque no me sentía preparado, pero clasifiqué», recuerda.
Su plan a futuro es regresar a Nicaragua y dar clases de violincello o crear cátedras de cuerdas donde haya también violín, viola y contrabajo.
Aunque le emociona saber que ya estará en clases, sí admite que extrañará la experiencia como músico de orquesta. Lo que le gusta de ser parte de una orquesta es la sonoridad, «la polifonía de todo y cómo se une, cada instrumento lleva una voz diferente, pero la convergencia de todas las voces es genial», expresa.