Año con año se conmemora el 28 de junio el día del Orgullo LGBTTTIQ, celebración que trata de fomentar el orgullo de ser parte de la diversidad sexual y no avergonzarse por ello. Nicaragua no se queda atrás con dicho acontecimiento. En esta ocasión llegaron grupos de diferentes rincones del país, volviéndose así una celebración no solo de los managuas, sino de todas y todos los nicaragüenses.
El 28 de junio de 1969 la policía de Nueva York realiza una redada a horas de la madrugada en el pub Stonewall Inn. Ese mismo día, miembros de la comunidad LGBTTTIQ se movilizan y salen a las calles a manifestarse contra un sistema que los perseguía y discriminaba, logrando así una de las primeras manifestaciones masivas en pos de sus derechos.
Los años 60’s del siglo pasado marcaron un antes y después en la historia de la humanidad. Eran cientos los grupos contraculturales que buscaban un entorno de paz en medio de tanta turbulencia bélica y social. En un periodo lleno de revoluciones que cambiarían nuestra forma de pensar, ser diferente era un acto de rebeldía contra el sistema y muchas veces costaba el arresto y la persecución. Todo este contexto provocó que se formaran grupos de activistas en los sectores más marginados de la comunidad gay. Se despertó una comunidad que desde ese entonces permanecería unida por la lucha de sus derechos.
En nuestro contexto como país
La comunidad de la diversidad sexual en Nicaragua celebra todos los años este día. En esta ocasión hubo un derroche de colores, música, bailes y euforia colectiva.
A las 3:40 de la tarde, los grupos activistas se conglomeraron en la gasolinera Uno del colegio Teresiano. En el extremo de la gasolinera, mediante un parlante se gritaban consignas y empezaban las celebraciones. No pudimos pasar por alto un grupo de baile que llegó desde Puerto Cabezas, expresamente a la celebración. Con sus ritmos caribeños, movimientos de caderas y gran flexibilidad llenaron de sabor a todos los presentes. Por los altavoces se pasaron viñetas sobre la realidad que pasaban las personas homosexuales en el interior del país, donde por supuesto que existen. Se trató de dar a conocer que no solo el casco urbana necesita restituir sus derechos, también las comunidades rurales demandan herramientas para fomentar la educación sexual.
A eso de las 4:30 de la tarde inició la marcha, imperada por el orden y la buena organización. Se puedo apreciar una delegación con las candidatas de Miss Gay Nicaragua, seguida por operación Queer quien era encabezada por Fredman Barahona, con su estilo pomposo y llamativo.
El ambiente
La marcha avanzaba y la música no podía faltar. Las voces más emblemáticas de la diversidad sexual sonaron por los altos parlantes. La música electrónica con sus beats contagiosos se introducía en los cuerpos de los presentes. Provocaban suaves movimientos, apuraban el palpitar de los cientos de corazones que latían.
Entre los presentes, logramos hablar con Álvaro Morales, quien fue Miss Gay Nicaragua y afirmó sentir el apoyo y las buenas vibras en el lugar y se mostró sorprendido por la cantidad de personas que observó, incluso más que el año pasado.
Eran las 5:16 de la tarde cuando llegamos a la Plaza de las Victorias. Todavía faltaba un largo trecho, pero los ánimos no se agotaron en ningún momento. Las caravanas seguían su curso hacia la rotonda Rubén Darío. La gente había roto el hielo, se respiraba una camaradería, todos éramos amigos.
Rotonda Rubén Darío
A las 5:40 de la tarde la rotonda estaba llena de gente. La bandera multicolor del orgullo LGBT ondeaba junto con la de Nicaragua. Habíamos llegado al clímax del evento. Después de bailar, sonreír y disfrutar junto a la bella comunidad de la diversidad sexual.
La marcha del orgullo LGBT fue todo un éxito. Se logró crear un impacto y se marcó la presencia de una comunidad unida por un solo fin: exigir el respeto que se merecen por el simple hecho de ser seres humanos, como vos y yo.
Escrito por Franklin Villavicencio