El Colectivo Tonantzin – Gráfica de Mujeres es el espacio donde un grupo de jóvenes granadinas se toman el taller de grabado de la Casa de los Tres Mundos – Granada para aprender, practicar y plasmar sus propias obras.
El proyecto nace en el 2018 primero como un taller que hizo Google.org en Centroamérica donde se iban a graduar 100 niñas por país en cursos tecnológicos, pero debido a la crisis en abril los planes cambiaron.
«En Nicaragua no logramos graduar a las 100 niñas debido al conflicto político. Al final solo 21 niñas continúan en la segunda parte del proyecto que apoya la Cooperación de Luxemburgo», expresa Alicia Zamora, coordinadora y fundadora del colectivo.
La más grande satisfacción es que están sintiéndose útiles, están viendo por fin los resultados de su trabajo y la mayoría vienen de hogares muy machistas que ahora sus familias a través del desarrollo que ellas han tenido están aprendiendo a valorarlas como artistas», comenta Alicia.
Una oportunidad para crear
De los obstáculos nació una segunda fase del proyecto la cual buscaba unir el arte, la economía y la tecnología en medio de la crisis.
«Se me ocurrió enfocarme en el desarrollo cultural de estas jóvenes mediante las clases de arte pero que también puedan vender sus obras en línea», explica Alicia.
No estamos formando artistas, sino mujeres que a través del arte desarrollen ideas. Para que sean capaces de volar y que puedan aplicar el arte en su vida adulta, en sus carreras o trabajos», afirma Alicia.
El colectivo ya tiene una plataforma en línea donde se pueden comprar las obras del colectivo, gracias a la alianza con Conexión, una organización salvadoreña y de Costa Rica.
«Conexión busca sensiblizar a jóvenes en riesgo sobre el uso de la tecnología. Con ellos también hemos recibido talleres de fotografía para productos», asevera Alicia.
Asimismo, Conexión capacita a los familiares de las niñas en el proceso de compra y venta de las obras en línea y las implicaciones que esto conlleva.
«Para que una niña venda una obra tiene que pedir un permiso de salida de la obra que otorga el Instituto Nicaragüense de Cultura, luego debe pagar el servicio de envío y el tipo de empaque, entre otros materiales», explica Alicia.
Futuras promesas
El sueño de una plataforma
Aunque el Colectivo Tonantzin se mantiene de manera autosostenible, sí consideran que no pueden «dormirse en sus laureles», sobre todo cuando el turismo se ha vuelto a levantar en Granada.
«El 90% de los que nos han comprado son turistas pero, ¿qué pasa cuando muere el turismo en Granada? Para eso queremos tener la plataforma activa para que puedan seguir vendiendo sus obras en línea», explica Alicia.
Sin embargo, muchas de las niñas dejaron de estudiar o viven sin su familia pues muchos lo perdieron todo cuando la crisis y migraron. Entonces la idea es que puedan realizarse a través del arte y ver los frutos de su entrega y disciplina.
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