Básicamente una curaduría es una selección de obras para una exhibición de arte. La curaduría es un arte en sí mismo, involucra saber organizar muchas obras de arte, poner atención a los detalles, tener buena comunicación con las/os artistas y mantener una visión.
La curaduría es sumamente importante porque nos invita a reflexionar en temas y en elementos que por separados no tienen sentido, pero en conjunto nos presentan una narrativa.
Una exhibición de arte no es buena por las obras que tiene, pero es buena por las preguntas y temas que plantea en su totalidad. Es fácil distinguir la intención de una exhibición organizada del caos de una exhibición desorganizada.
Aquí te compartimos algunos puntos para tener en cuenta cuando estés organizando tu propia curaduría.
1) Decidí un tema
Para curar arte tenés que ser fiel al tema que estás curando. Este puede ser bien específico o muy general. Lo importante es mantenerte en este tema e investigarlo, ¿cuáles son las principales preguntas que querés plantear? ¿Por qué elegiste este tema? ¿Qué dato curioso surgió en tu investigación?
Por ejemplo, el tema de la exhibición puede ser “Arte Feminista Digital después de abril 2018 en Nicaragua” y querrás mostrar las variadas maneras de hacer feminismo en las redes, o también puede ser “Arte Contemporáneo de Matagalpa” y podrás jugar y mostrar diferentes trabajos.
En estos dos ejemplos existen obras que definitivamente no encajan en las exhibiciones, como curador, necesitás mantenerte en el tema y asegurar de hacerle justicia al tema sin mostrar prejuicios. Entre más investigués mejor lograrás presentar el tema.
2) Conocé las historias de los artistas y sus trabajos
Para hacer una curaduría de calidad tendrás que ver muchas obras de arte y conocer a muchos artistas. Esto involucra conocer sus historias, sus espacios de trabajo, sus metodologías y sus aspiraciones.
Tenés que aprender a escuchar y crear un mapa mental sobre todos los trabajos y artistas que estás investigando.
Estarás visibilizando el trabajo de alguien, esta persona puede ser muy conocida, controversial o recién graduada de la universidad, como curador/a tenés el poder de apoyar el arte y la carrera de las/os artistas y esta es una gran responsabilidad.
Existen curadoras/es que solo trabajan con mujeres, hay otros curadoras/es que no trabajan con artistas que causen problemas. Tu labor es también negociar todas estas historias.
3) No tengás miedo de pedir ayuda
Si en algún momento te abruma el proceso no tengás miedo de pedir ayuda. La curación no siempre tiene que ser el trabajo de una sola persona. Existen curaciones grupales y también curaciones participativas.
Podés crear una convocatoria o un concurso, incluso podés consultar a otras/os artistas y curadoras/es, pero también podés consultar con personas que trabajan fuera del mundo del arte, desde adolescentes, profesoras/es, escritoras/es, etc. Te sorprenderás lo mucho que podés aprender si colaborás y ampliás tu visión.
4) Organizá el espacio
Ok, ya tenés las obras ahora tenés que organizar el espacio. Pensá en las obras, sus tamaños, sus colores, sus estilos, sus contenidos. ¿Qué obras se complementan? ¿Qué obras dialogan entre sí? ¿Qué obras son ruidosas y que obras son calladitas? Si te sentís estancada/o siempre pensá en tu tema, ¿cómo querés que este espacio sea leído? ¿Qué elementos querés visibilizar?
¡Todo esto depende de vos! Si querés tener un espacio balanceado asegurate de distribuir las obras de una manera equitativa donde ninguna esté compitiendo por la atención de otra.
Si querés crear una experiencia más caótica, podés jugar con los tamaños y los colores de las obras y contrastarlas de una manera especial. Finalmente, para organizar el espacio te recomendamos hacer bocetos en un papel en blanco donde podás mapear la exhibición y tener una visión mental antes de montar las obras.
5) Pensá como el público
Una sugerencia muy recomendada es siempre ponerse desde la perspectiva del público. ¿Qué público tenes en mente? ¿Qué tipo de personas estás invitando a esta exhibición de arte? ¿Cómo crees que el público reaccionará a esta exhibición?
La curación no se hace por un capricho personal, la curación se hace para el público, es una experiencia pública. Más aún, pensá en cómo el público se moverá en el espacio.
Pensá en la entrada y la salida de cuarto en cuarto, pensá en cómo se moverán sus ojos y cómo procesarán las obras.
La reacción del público siempre será inesperada y no podrás leerle la mente a todas las personas que verán la exhibición, pero si podés tenerlas en mente cuando diseñés y conceptualicés la exhibición.
6) Establecé una buena comunicación con todas las personas involucradas
Para hacer una buena curaduría tenés que poder comunicarte en varios niveles con el museo o las personas encargadas de la galería, con los artistas, con el público, y hasta con las personas que te ayudarán a montar y a mantener la exhibición.
Por eso necesitás tener una buena comunicación para poder ser fiel a tu visión y a las expectativas de las demás personas.
La curaduría puede ser una experiencia muy difícil, recordá, estás tratando con obras de artes que son muy personales y a veces muy costosas, trata a todas las personas con respeto. Es un estereotipo decir que los artistas son personas bien sensibles, pero es verdad.
Comunicá tus necesidades y tu visión de la mejor manera y lograrás crear buenas experiencias para todas las personas involucradas. Finalmente, establecé una buena comunicación con el espacio que estarás ocupando, ya sea con un museo, una galería, o una habitación en un cuarto, hablá bien de tus expectativas como curador/a y de las expectativas que tenés del espacio.
¡Buena suerte montando tu primera exhibición de arte! La práctica te llevará a la perfección y entre todas/os estamos construyendo el futuro del arte con todas sus posibilidades.