Animales y plantas coexisten en los mundos paralelos que crea Daniela, ya sea en papel o en piel, su lienzo es el mundo.
Desde temprana edad Daniela comenzó a dibujar, y a lo largo de la primaria y la secundaria fue reconocida por su talento, además de su interés por la naturaleza, destacándose en biología, química y física.
Luego realizó estudios de diseño gráfico, temporada donde se dedicó al retrato realista y arte urbano como stencil y pegatina.
Posteriormente fue seleccionada para formar parte de los talleres de crítica y reflexión sobre arte contemporáneo (TACON).
La creación de DaDo
«Actualmente tengo una gran afinidad a las lecturas relacionadas a la naturaleza; además de mi pasión por las plantas que vinculo principalmente con mis pinturas, así como la música que es indispensable en mi proceso creativo», comenta.
Hoy en día se dedica a sus ilustraciones, de temática botánico-mágico-surreal, y a generar espacios y formatos donde pueda mostrarlas, ya sea en papel, pines, bolsos, diseño gráfico y tatuajes a través de su iniciativa llamada DaDo.
Los productos que autogestiona varían entre bolsos, pines y stickers donde ella está involucrada en todo el proceso, desde vectorizar diseños (pasarlos de papel a digital), tomar fotografías y diseño gráfico en general.
En el caso de los bolsos ella compra la tela y los tiñe o a veces los pinta. «Considero que mis productos son artesanales y los creo en cantidades limitadas».
La piel como descubrimiento de colores
Además de ser autodidacta desde muy joven, viendo tutoriales en youtube y preguntando a los tatuadores cuando la tatuaban, en el 2016 asistió a un taller impartido por Teresa Sharpe en Costa Rica, porque «además de aprender, admiro muchas mujeres en el mundo de tatuaje que desarrollan y expresan un estilo propio».
Su piel ha sido el oasis donde puede expresarse, pues comenzó a autotatuarse cuando era muy joven (tiene 11 autotatuajes), así mismo practicaba con calabazas, naranjas y piel de chancho.
Daniela considera que hay que resguardar la creatividad por sobre todas las cosas, luego de trabajar en un ambiente de oficina se sintió frustrada, por lo que buscó como emprender su propio proyecto de ilustrar y tatuar de lleno.
«Tengo en mis planes crear una alianza con una colega ilustradora que está aprendiendo y abrir un tattoo shop sólo de mujeres tatuadoras, ya hay mucho talento creciendo y sería genial unirse y ofrecer variedad de estilos de tatuajes», agrega.
Sobre el linchamiento virtual
Para esta joven artista el mundo del tatuaje está cada vez más abierto a que más mujeres se incluyan, contrario a la mentalidad externa de que los tatuajes son de hombres o de pandillas.
Y aunque la cultura patriarcal del país afecta cualquier aspecto, ella cree que ha tenido más aprendizaje y apoyo que malos ratos, eso sí, las redes sociales no son mucho de su agrado.
«Me impacta ver cómo dentro de esos espacios virtuales hay mujeres atacando/burlándose de otras mujeres. Es tóxico porque se viraliza el linchamiento virtual y en nuestra realidad hay tantos casos brutales de femicidios y violaciones que no aparecen en la colmena virtual del país con esa misma viralidad», finaliza.