Saliéndome un poco de la secuencia de nutrición y alimentación consciente les traigo esta semana un post de interés para todos, sobre el consumo de azúcar.
«Date el placer de ver morir a tus vicios antes que tú»
Sócrates
Supongo que es un cliché que escriba un post abordando este tema, si hay miles de investigaciones en todo el mundo que aclaran que el consumo de azúcar es malo. En Nicaragua todos tenemos uno o más familiares con padecimientos a causa del consumo de azúcar y varias investigaciones en todo el mundo han coincidido al determinar que el azúcar es el alimento de las células cancerígenas. Por lo tanto les pido que después de leer este post hagan lo drástico y boten -literamente- a la basura su azúcar, sus panes, gaseosas y galletas refinadas.
Pidan de ahora en adelante frescos sin azúcar y hagamos una nueva cultura de consumo. Recuerden que nosotros tenemos la responsabilidad de alimentarnos y es lo único que realmente podemos decidir. FLEXIBILIDAD MENTAL le dicen a sus papás, a su compañero de vida o al que le pregunte por que tomaron la decisión de botar el veneno blanco no solo de su alacena si no de sus vidas.
Azúcar
Hace unos días empecé a reflexionar sobre qué se puede comprar por menos de 1 córdoba, que es el precio de un caramelito que le das a tus hijos.
Bueno empecemos con que el azúcar es sacarosa refinada (C12H22O11), producida por un proceso químico múltiple del jugo de caña o la remolacha azucarera en donde se elimina toda la fibra y la proteína, las cuales forman el 90% de la planta natural. En este mismo proceso químico se usan como coadyuvantes tecnológicos sulfato de calcio, ácido sulfúrico, cal (hidróxido de calcio) y dióxido de carbono.
Éstos cumplen diferentes funciones, como purificar el jugo de difusión, evitar el desarrollo de microorganismos durante el procesado, evitar la formación de espumas, etc. Ahora bien, hay que tener presente que esas sustancias no son ingredientes del azúcar, sino coadyuvantes tecnológicos. Es decir, se trata de compuestos que se emplean durante el procesado con alguna finalidad tecnológica y luego se retiran, de manera que no aparecen en el producto final o, si lo hacen (en caso de que sea imposible retirarlos totalmente), se encuentran en cantidades ínfimas que no representan ningún riesgo para la salud (aunque depende de la cantidad que consumas en tu día a día).
Hay que tener en cuenta que no todos los azúcares son iguales. El tipo de azúcar que puede afectar gravemente la salud es el azúcar blanco refinado. Sí, ese que tanto encontramos en los supermercados, que está presente en panes, en las comidas procesadas, galletas, o pasteles, entre muchos otros alimentos.
Cada vez que ingerimos azúcar, aunque sea un poco (dos cucharadas), las proporciones de minerales entran en desbalance. Este desequilibrio a su vez, en personas enfermas puede durar horas o ya no se puede recuperar. Cuando los minerales del cuerpo están es desbalance día tras día y año tras año, posiblemente por generaciones, la habilidad del cuerpo de volver a su homeostasis está agotada. El cuerpo, simplemente, ya no puede volver a su armonía.
Muchas investigaciones aseguran que después de ingerir azúcar el resultado es igual que al ingerir cocaína, la fórmula química de la cocaína es C17H21NO4 y desde el punto de vista práctico la diferencia es que al azúcar le falta el átomo del nitrógeno, pero amabas se derivan de fuentes vegetales comunes, las dos son sustancias químicas poderosas que producen fuertes efectos físicos y emocionales y tanto el azúcar como la cocaína producen dependencia psicológica, más no adicción. Se entra en una energía nerviosa debido a la reacción instantánea en el cerebro, pero cuando se termina el efecto de ésta, nos enfrentamos a efectos desastrosos.
- Se calienta la sangre, engendra obstrucciones, desnutrición, desgastes, pudre los dientes y ennegrece y provoca mal aliento, entre otros síntomas.
- Trastorna el metabolismo del calcio provocando desequilibrio del sistema nervioso ya que roba al cuerpo la vitamina B5 y va debilitando el páncreas hasta causar la diabetes, con el abuso continuo conduce a la hipoglucemia y casi todas las enfermedades orgánicas.
- Fermenta el bolo alimenticio y altera de tal modo la química del cuerpo, que una vez consumida, todo lo que se coma se fermenta.
- Se roba el calcio del sistema ya que al consumir azúcar el cuerpo elimina el calcio en mayor cantidad de tal manera que el cuerpo se ve forzado a tomarlo de los huesos y de tejidos que son la única reserva que tiene, lo que al final produce osteoporosis.
- Afecta al sistema endocrino y sus glándulas ya que atrofia la secreción de hormonas o altera la composición de las mismas, así como el metabolismo, pues este depende de los minerales, asi mismo afecta el trabajo enzimático, afecta también la digestión y puede causar alergia. Y como si fuera poco una ingesta inadecuada de azúcar deteriora nuestro sistema inmunológico.
Y eso sin hablar de que obvio subes de peso, ya que el azúcar refinado solo aporta kilocalorías libres o vacías, es decir simple y llanamente azúcar.
Recuerden que el consumo en exceso de azúcar desarmoniza el trabajo de los minerales pues si hay deficiencia de uno el otro no cumple su función y si hay más de uno, esto se vuelve tóxico.
Resulta increíble que las autoridades de salud nos sigan manteniendo en «ignorancia», pues lo único que por regla general les hacen colocar en su etiqueta nutricional es mostrar cuantos carbohidratos totales tiene el producto y no les exigen mostrar cuanta azúcar aporta a la dieta. Si un producto aporta más de 20 gramos de carbohidratos totales por 100 grs de producto se considera azucarado, así que a leer nuestras etiquetas.
La pregunta del millón: ¿Qué puedo hacer?
Y ahora, ¿qué consumo de ahora en adelante? Bueno como siempre yo les traigo una solución:
- Polen.
- Miel.
- Stevia.
- Banano.
- Jugo de manzana natural.
- Azúcar morena.
- Jarabe de maple.
- Raspadura de atado de dulce.
- Azúcar de coco.
- Ciruelas o uvas pasas.
- Sirope de agave.