Con un cinturón marrón en karate, Diana Morales considera que este deporte le ayuda en todos los aspectos de su vida.
Hace 5 años Diana descubrió el mundo del karate a través de su madrastra, quien quiso inculcarle el deporte y la disciplina que conlleva.
«Al principio no me gustaba de que me golpeaban y eso, pero después uno agarra el sentimiento y se apasiona», cuenta.
Actualmente Diana es cinta marrón, solo le falta un nivel más para llegar a tener cinta negra en karate, pero confiesa que aun no está preparada para ello.
«Para ser cinta negra debo esperar como dos años, esto funciona por nivel y cada uno es más responsabilidad y disciplina. Tenés que ganarte a la cinta, por eso los exámenes son súper difíciles físicamente, requiere mucha resistencia, fuerza, técnica y concentración», argumenta.
El exámen para conseguir su cinta marrón duró toda la tarde y tuvo que ponerse en una posición de rodillas como por media hora, técnicas con ritmo y seguimiento llamadas katas, levantar en grupo una llanta de tractor, sentadillas con un poste, pechadas y darle 3 vueltas a la UCA corriendo.
Además Diana agrega que debe dar el ejemplo de una cinta marrón a los de cinta menor, pues a los que tienen cintas mayores se les dice senpai, son como guías para los más principiantes, mientras que un sensei es como el maestro fijo.
Esta joven comunicadora se describe como pacífica y disciplinada en el deporte, una de las cosas que le impulsó a seguir con el karate fue cuando en los juegos escolares centroamericanos del 2013 ganó primer lugar y le dieron la oportunidad de viajar a Colombia a representar a Nicaragua con un equipo.
«Hicimos kata y quedamos en segundo lugar y trajimos plata. Vivir esa experiencia me hizo pensar que quería volver a hacerlo y por mi esfuerzo obtuve beca deportiva 100% a cambio de entrenar 8 horas semanales que para mí no es mucho, yo quisiera poder hacer más», comenta.
Y aunque las katas se le dan bien, a ella le encanta el combate: «a mí lo que me gusta es probarme en combate con alguien más.
Sin embargo, nunca ha usado su aprendizaje para su conveniencia: «Las personas piensan que como sabés artes marciales, podés agarrarte con cualquiera y es más bien autocontrol. De hecho si yo me peleo con alguien en la calle, yo llevo las de ganar por la técnica y la base y si le pasa algo a esa persona, a la hora de poner una denuncia es como que yo tuviera un cuchillo».
Por ahora sus planes son formar parte de la Selección Nacional nuevamente, terminar la universidad y seguir en karate, ella cree que es posible mantener ambas pues ve muchos atletas que «después de su largo día de trabajo vienen a entrenar, es una forma de relajación y para desestresarse. Yo quiero seguir entrenando y tener ese estilo de vida sano», afirma.