A lo largo de mi vida he tenido muchas etapas musicales y gustos. Recuerdo que de muy niño en los noventas me gustaba mucho el pop latino que escuchaba en la radio y veía en la TV.
Me sabía de memoria las canciones de Chayanne, Paulina Rubio, Lucerito. Coleccionaba cassettes con música de Bronco, Cristian Castro y Shakira.
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Probablemente muchos de los que están leyendo esto no saben qué es un cassette, o incluso algunos nunca usaron un CD, pero así consumimos música los últimos 20 años del S XX.
Un mundo de posibilidades
A medida que fui creciendo fui poniendo más atención a la música que escuchaba mi madre, canciones de los Bee Gees, Los Beatles y Camilo Sesto formaron parte del soundtrack de la última parte de mi niñez, ponía una y otra vez los discos de mi madre y me los aprendía de memoria.
Ya en la adolescencia descubrí el rock en ingles y en español, el grunge, el metal; géneros que de niño me asustaban un poco, pero que con doce o trece años me mostraban un mundo completamente desconocido hasta entonces y mis gustos cambiaron.
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Creo que a partir de esos años, y en compañía de un VHS comencé a descubrir música por cuenta propia, ya para entonces el internet empezaba a ser residencial y aunque tardabas a veces horas en bajar un MP3 por un módem que se conectaba a una línea de teléfono haciendo ruidos extraños, ya podías encontrar cualquier tipo de música.
Empezó la época Napster, Ares, Limewire, que yo siendo un adolescente de 14, 15 años fue una revelación que estoy seguro influyó fuertemente en decidir dar el paso de dedicarme formalmente a la música.
Ya entrando a estudiar la carrera de música en la universidad el mundo se transformó completamente. Recuerdo que yo no escuchaba salsa, de niño como que me caía mal, hasta cierto punto la veía con cierto desdén, hasta que un maestro de ensamble me invitó aun concierto donde él tocaba el bajo y quedé con las tapas abiertas.
Hay que llevarlo con calma
Fue en ese entonces que decidí no subestimar ningún tipo de música, con 17 años me propuse escuchar toda la música que cayera en mis manos, incluso si de primeras a primeras no me gustaba, como fue el caso de Jimmy Hendrix, cuando lo escuché por primera vez no entendí un carajo y su sonido sucio y viejo no hacía click con la información musical previa que tenía en la cabeza.
También con el jazz, que se me hacía un montón de garabatos sonoros a los que no les encontraba ni pies ni cabeza.
En ese momento entendí que si quiero iniciarme en algún tipo de música que no estoy acostumbrado es importante llevarlo con calma; y es lo que siempre sugiero a personas que quieren adentrarse a música nueva o desconocida.
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La música es una disciplina artística gigantesca, con tantos exponentes de diferentes géneros, épocas, contextos y especialidades.
Si por ejemplo alguna vez sentís la espina de empezar a escuchar música clásica te sugeriría empezar leyendo un poco al respecto, la música clásica es de las más diversas, variadas y mejor documentadas de la historia de la humanidad, con tantas épocas muy diferentes entre sí que es importante entender para poder contextualizar lo que estás escuchando.
Es como escuchar música regional mexicana, si entendemos el contexto de las personas, la sociedad, la historia e incluso el clima de dónde se originó, entenderé mucho mejor el por qué esa música es como es.
Estancados en el pasado
Una gran cantidad de personas se quedan estancadas en la música que escucharon en la adolescencia, esto es muy común, de la misma forma que yo descubrí el rock y sentí que descubrí el mundo.
Ciertamente al tomar conciencia de tu posición en la vida, la música teva a acompañar a cada paso, como una especie de soundtrack de tu propia existencia.
Por ejemplo “Creep” de Radiohead, es la canción más popular en Spotify entre hombres y mujeres que hoy en día tienen alrededor de 38 años.
El periodo más importante al formar los gustos musicales en la edad adulta es entre los 11 y 16 años. En otras palabras, los adultos no escuchan mucha música nueva.
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Pero quedarse en ese mismo sitio diez o veinte años después es dejarse vencer por la nostalgia y limitar mucho tu experiencia con la música con el contexto que estás viviendo actualmente.
Que nos volvamos unos eternos adolescentes y nos desvivamos por el último disco de My Chemical Romance (cosa que está pasando ahora con muchos ex emos que ahora tienen 25-30) dependerá mucho de nosotros.
Estar abierto a escuchar música desconocida y nuevos gustos es un proceso que se puede lograr de una forma consciente, a manera de ejercicio artístico. Así nutrimos más no solo nuestro soundtrack personal, sino nuestra vida misma.
¿Cómo adquirir nuevos gustos?
Acá te dejo unos 5 pasos que pueden ayudarte a armar playlist con música desconocida y adquirir nuevos gustos:
- Identificá a los exponentes más representativos. Por ejemplo en la música brasileña: Chico Buarque, Carlos Jobim, Caetano Veloso, etc.
- Escogé un período específico de esa música, no es lo mismo decir música clásica que decir Barroco, Romanticismo (temprano o tardío), etc.
- Empezá escuchando las piezas más digeribles y sencillas, no te recomendaría para empezar a adentrarte en el jazz escuchar a Eric Dolphy o Charles Mingus sino tal vez a Louis Armstrong o Billie Holliday.
- Separá las cosas que más te gusten y armá una playlist. Escuchála en diferentes contextos: en la playa, en la carretera, echado en la cama con audífonos, haciendo ejercicios. Mucha de la música que nos gusta es porque nos recuerdan época felices de nuestra vida.
- Platicá con amigos, familiares o conocidos tus hallazgos. ¿Recordás cuando escuchaste el último disco de Green Day cuando tenías 14 y llegaste emocionado al colegio a compartirlo con tus broderes? Pues compartir y platicar sobre música es y será siempre una de las formas más maravillosas de asimilar y legitimar lo que estamos escuchando.
Donaldo Sevilla, conocido por su columna como El Melómano, es fundador del Centro de Estudios Musicales, para más información de los cursos que ofrecen seguilos en sus redes sociales.