Dentro de la escena de nuevos exponentes de la música contemporánea nicaragüense se encuentra un joven que está dando mucho de qué hablar. Su nombre es Loudwing Aldair, de 21 años y originario de Managua.
Su sonido construido con herramientas tecnológicas al muy estilo de Radiohead o Jon Hopkins ha dado a luz dos álbumes de estudio: Mirages y el más reciente Totem.
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El avance tecnológico en materia de audio y producción ha permitido que una nueva generación de músicos puedan autoproducirse sin necesitar grandes inversiones en equipo.
Cosa imposible a principios de siglo donde para grabar un disco necesitabas grandes presupuestos para poder lograr un sonido decente. Ahora lo que más cuenta es la creatividad y que sepas lo que estás haciendo.
Sus inicios
Loudwing empezó en la música por influencia de sus padres, que le inculcaron su amor por esta forma de arte. Comenzó a tocar la guitarra a los 7 años.
Estudió el bajo siendo adolescente y aprendió de forma empírica los teclados y la batería, este último instrumento es con el que acompaña a su banda de rock Souvenir, su otro proyecto musical.
Su primer acercamiento con la producción fue a los doce años, cuando influenciado por el auge de los conciertos de música electrónica que en ese entonces había en Managua, armaba sus propios sets y practicaba con el FL Studio 11, programa que sigue utilizando para producir en la actualidad.
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“La idea nace a partir de querer explorar y desarrollar mis influencias personales. Mi música tiene un enfoque y estilo distinto al de Souvenir, entonces eso me abrió la puerta a crear un EP solista, que empezó con un single, pero al gustarme la experiencia, decidí crear más. Los sonidos los escogí a base de pruebas y paciencia, tenía referencia de artistas que me gustan y quise emular ciertos sonidos a mi manera”, expresa Loudwing Aldair.
Su música es atmosférica, con muchas texturas armadas en capas al igual que mucha de la música contemporánea, influenciada por la creación musical basada en sintetizadores, secuenciadores y patrones rítmicos que cambian con cada giro en la composición y una que otra melodía y frase cantada por el mismo compositor.
“Llegué de una forma inconsciente. No me gusta poseer una estructura lineal, por el momento, es algo que no va conmigo. Me gusta contar una historia a través de la música y que todo vaya fluyendo sin un orden como tal”, explica Loudwing Aldair.
Su forma de trabajo es dejar que todo fluya, que todo surja de forma improvisada y espontánea sin necesidad de ser demasiado perfeccionista ni saber a ciencia cierta a dónde llegará la canción. De una idea desarrolla todo el concepto, estructura y arreglos. De esa forma, a su juicio, llega a un sonido natural, sin exceso de edición.
En un futuro no muy lejano Loudwing Aldair quiere consolidarse como productor, conectar con todo tipo de personas y países y tener la mayor colaboración con diferentes músicos de todos los géneros posibles.
Podés escuchar su música en Spotify y seguirlo en Instagram.
Donaldo Sevilla, conocido por su columna como El Melómano, es fundador del Centro de Estudios Musicales, para más información de los cursos que ofrecen seguilos en sus redes sociales.