Uno de los argumentos más comunes utilizados por los grupos «pro-vida» al momento de debatir sobre el aborto terapéutico es que «desde el momento de la concepción los embriones son seres humanos y estos tienen ‘derecho a la vida’, por lo tanto cualquier procedimiento para interrumpir el embarazo es un asesinato».
Sin embargo, este entendimiento de la reproducción humana es rebatible desde el punto de vista científico y legal. Y, siendo Nicaragua un estado laico, son estos los argumentos que deberían prevalecer a la hora de legislar, en lugar de las suposiciones religiosas.
La politización del cuerpo de las mujeres
En Nicaragua, el derecho al aborto terapéutico se prohibió en 2006, como resultado de la presión que hicieron la Iglesia católica y los/as evangélicos/as. La prohibición del aborto terapéutico también ha sido duramente criticada por organismos de derechos de las mujeres, por tratarse, según ellos, de una movida política de parte del FSLN para ganarse el amparo público de la Iglesia católica. Jugada que les ayudaría a ganar las elecciones del 2006.
Ni la política sucia ni la religión deberían interferir en el derecho que todas las personas tenemos —las mujeres, en este caso— tenemos a decidir sobre nuestros cuerpos. El argumento de las iglesias: «El feto/embrión como ciudadano merecedor de derechos». Esta frase, más que aportar a la postura de la Iglesia, deja en evidencia el profundo desconocimiento que los/as cristianos/as tienen en matera de reproducción y sexualidad. Analicemos este discurso:
¿Es lo mismo cigoto, embrión, feto y bebé?
NO. ¿Y por qué es importante manejar estos conceptos? Pues porque el aborto terapéutico en Nicaragua antes del 2006 solamente contemplaba la interrupción del embarazo cuando se trataba de embriones o de fetos en las primeras 20 semanas de gestación. Incluso cuando la Organización Mundial de la Salud, OMS, define «aborto» como la interrupción del embarazo durante las primeras 22 semanas, cuando el feto todavía no es viable.
Un cigoto es el resultado de la unión del óvulo y un espermatozoide. Se trata del primer estado del embarazo y este solamente dura 24 horas aproximadamente. Transcurridas estas 24 horas la célula —cigoto— empieza a dividirse y esto marca de la segunda etapa: el periodo embrionario. Hablamos de «embrión» durante las primeras 8 semanas de embarazo. Es aquí cuando empieza la etapa fetal, sin embargo, es importante aclarar que los fetos reflejan las primeras conexiones neuronales hasta la semana 11 y no es sino hasta la semana 32 en la que tiene actividad electroencefalográfica compleja y permanente.
Decir entonces que el aborto es un asesinato carece de fundamento, porque el embrión/feto es una forma de vida y no una persona. El asesinato —y el homicidio— son crímenes que se cometen contra unx ciudadanx que posee derechos, no contra organismos ni formas de vida.
El punto de vista jurídico: ¿»derechos del no nacido»?
La Convención sobre Derechos del Niño (CDN) no reconoce el derecho a la vida antes del nacimiento, ni tampoco se refiere al momento en el cual debe comenzar la protección de la vida. Por tanto, es una falacia afirmar que el embrión tiene “derecho a nacer”, porque en el marco jurídico de Nicaragua esto no se sustenta, el embrión no es titular del derecho a la vida.
La vida se protege de modo gradual e incremental. Por otro lado, la ciudadana que lleva el embarazo sí es titular de derechos, y es ella quien tiene derecho legítimo a decidir sobre su cuerpo.
Por último, es importante señalar que los argumentos religiosos no son válidos en esta discusión que es de carácter jurídica, el Estado de Nicaragua es laico y debe regirse únicamente a la ley, no a suposiciones religiosas abstractas y fundamentalistas.
Centro de Estudios Legales y Sociales. Aborto Legal: Argumentos, legislación y jurisprudencia Le//www.cels.org.ar/web/wp-content/uploads/2018/05/AbortoLegal.pdf
Sosa, M (2018). Mitos y falacias de los argumentos contra la legalización del aborto. Tiempo Argentino, recuperado de: https://www.tiempoar.com.ar/nota/mitos-y-falacias-de-los-argumentos-contra-la-legalizacion-del-aborto
Ninguna discusión jurídica puede comenzar hasta que a la gente que hace las leyes se le quite la maña de poner sus creencias religiosas por encima de la ley. Podés tener la mejor justificación del mundo (en mi caso, creo que el mejor argumento es la autonomía corporal), pero el debate ni siquiera puede comenzar porque ya existen muchas presuposiciones religiosas, entre ellas la existencia del alma (la cual es hecha sin evidencia, al igual que todas las afirmaciones religiosas), y como el embrión tiene alma, por tanto es asesinato. Éste es un punto que no se puede evitar en la conversación, y es un punto que vamos a tener que refutar. Entiendo que las discusiones religiosas incomodan a muchos (lo sé por experiencia), pero son necesarias cuando van en contra del progreso.