Luego del exitoso festival que como siempre realiza la Sala de Teatro Justo Rufino Garay, se viene el momento de volver a disfrutar La Ciudad Vacía, obra con la que el grupo de teatro inauguró el festival y nos caló por completo.
La capacidad que tiene Lucero Millán como dramaturga no tiene límites y en esta incursión, sobre y detrás de las tablas, vemos cómo logra atraparnos entre los 3 personajes que desmenuzan la acción y que son personificados por Millán, René Medina y Jhosay Peralta. Sofía, internacionalista de los años 80 regresando a buscar su revolución, Pedro Pablo quien perdió a su amada en el terremoto del 72 y quedó atrapado en la miseria mientras busca a sus muertos. Y por último y no menos importante, Ricardo quien se encuentra buscando a su padre, que no sabe que él existe siquiera mientras representa sin duda alguna los sueños de fuga que tiene la juventud nicaragüense.
A lo largo de las escenas y sonidos que despiertan cierta angustia sensorial, vemos cómo la obra va metiéndose bajo la piel del espectador. Y esa capacidad de generar reacciones en un mundo lleno de tecnologías y apatía urbana es algo digno de aplaudir y de experimentar las veces que sea necesario.
«Nunca voy a olvidar la primera impresión que tuve al llegar a Managua en el 79. Era una ‘ciudad no ciudad‘. Que estaba habitada por fantasmas, por caídos, por héroes, por ruinas ubicadas en los grandes predios vacíos», expresa Millán, casi como si estuviera abriendo el telón de la primera escena con sus palabras.
Este 28 y 29 de agosto a las 7:30 pm en el TJRG podremos volver a caminar por esa ciudad vacía con el nudo en la garganta que siempre generan las verdades incómodas pero acompañados de estos poderosos actores que siempre logran su objetivo: mantener vivo el teatro en Nicaragua.