Selene Yang es una de las coordinadoras de Geochicas, la iniciativa latinoamericana de mujeres que son parte de la comunidad Open Street Map (OSM).
La idea nació al ver que solo un 3% de personas de los 4.3 millones de colaboradores en OSM son mujeres. Por lo que se creó este grupo de trabajo dentro de la comunidad para cerrar la brecha de género.
«Open Street Map es la iniciativa de base de datos espaciales abiertos más grande del mundo y es cómo generamos más cantidad de puntos geográficos abiertos y de libre uso. Sin embargo, estamos tratando de crear el mapa más completo del mundo hecho desde una visión masculinizada del espacio», comenta Selene Yang, investigadora acádemica.
Un mapa es un reflejo de los mapeadores, no es neutro, tiene una carga política y subjetiva súper fuerte».
Según Yang, esto luego se refleja en que de ahí se derivan planes de estructura urbana que no refleja las necesidades de las mujeres en aspectos esenciales como la seguridad o movilidad para la mujer urbana cotidiana.
La diversidad entre etiquetas y atributos
Selene entró a la comunidad OSM en el 2016, pues necesitaba datos espaciales para su proyecto doctoral, ahí se dio cuenta que era un grupo muy masculino con un código de conducta que no era apropiado para todas las personas, sino más bien dirigido a un grupo de hombres.
«Quise hablar de mi experiencia junto con otras chicas en un evento regional de la comunidad mapera, el tema principal era la diversidad en estos espacios, pues si bien es grandioso en cuanto a la cantidad de gente involucrada, no lo es en cuanto a diversidad», explica.
Luego de ese encuentro ella y 3 chicas más quedaron de agruparse y organizar algo más grande, así se convirtieron en 8 maperas de 4 países y actualmente son casi 80 de 12 países.
Uno de los ejemplos que comenta Selene en pro de la iniciativa es que en México se está haciendo un mapeo de los espacios hostiles públicos para las mujeres, como los árboles que son muy grandes en la calle y que dan inseguridad porque no se sabe qué hay detrás de él.
«Entonces se está mapeando el diámetro de los arboles, cuál es la ruta que toman las mujeres, cuáles son los lugares que evitan, etc.», explica.
Para Selene la manera en que vemos y percibimos el espacio tiene que tiene que ver con la vida cotidiana y la idea es que a partir de Geochicas se determinen espacios, sus usos y formas de entenderlo en una realidad armada por hombres.
«Es super importante que hayan mujeres presentes en la comunidad porque históricamente nos han negado el acceso al conocimiento y todavía encima de eso, a la producción del mismo».
https://vimeo.com/227349230
Logros y motivaciones
Poco a poco se ha logrado abrir un diálogo que no se estaba dando antes en la comunidad. El año pasado Yang dio una charla en Japón sobre Geochicas, luego de recibir el Improving the Latin America Award.
La movilidad de las mujeres es riesgosa. Hay ideas buenas como poner gps y cámara en el bus, pero ¿de dónde sacamos eso? Entonces hay que pensar en otras propuestas adaptadas a nuestro contexto».
Asimismo, ganaron el premio a maperas del mes en diciembre y piensan no solo seguir generando datos, sino también expandirse más ya que ha dejado de ser un proyecto latinoamericano a algo más global, por que también hay que comenzar a pensar en proyectos de articulación.
Por otro lado, Geochicas tiene 3 ejes esenciales en los cuales trabaja: el rol de las mujeres en espacios de toma de decisión en este tipo de comunidades, la participación en si misma de las mujeres en eventos y conferencias donde tengan la posibilidad de hablar sobre sus intereses y la representación de los intereses de las mujeres en estas actividades.
Es por eso que actualmente trabajan en una encuesta internacional sobre diversidad, creada en 6 idiomas y que se ha compartido en la OSM para determinar índices de inclusión de género, experiencias hostiles, participación de las mujeres, etc.
Datos a la obra
De igual manera, Yang considera que la articulación del estado es necesario para trabajar de la mano con iniciativas y aterrizar las soluciones, como capacitar a la gente y fortalecer las capacidades humanas para atender situaciones de violencia y acoso en su entorno diario.
«No es que voy a poner un poste donde hay un botón de pánico para que las mujeres lo usen, porque igual la gente no está entrenada para lidiar con eso, más bien lo que hacen es que te van a revictimizar, te van a poner en dime que te diré con quien te acosó, mi palabra contra la del otro y las cosas no se hacen así», argumenta.
Para Selenees es horrible pensar que las mujeres tienen que buscar formas para estar seguros como una manera de justificar la violencia y perpetuarla, pero es necesario para seguir con vida.
«Eso de pensar en no dejar el vaso en el bar porque nos van a violar, cuando lo que tienen que hacer es no violarnos y punto. Pasa lo mismo con las apps: o prevenimos o nos va a pasar algo, no es justificar, pero sí es saber que tenemos herramientas a mano», puntualiza.