Cuando hablamos de danza contemporánea en Nicaragua, nuestros labios pronuncian el nombre de Gloria Bacon y en la memoria evocamos su cadencia, su ritmo interno y su entrega por el movimiento narrado del cuerpo.
Bluefields la vio nacer pero su trabajo artístico es del mundo. Espigada y ligera, Gloria recuerda que en los 80 quiso descubrir algo nuevo en su vida cuando decidió meterse a clases de danza en la Escuela Nacional de Danza donde 4 años después se graduó, pues no se demoró mucho en darse cuenta que la danza la cautivaba. Luego realizó cursos en distintos países como Estados Unidos, Finlandia y Cuba.
Gloria es la presidenta de la Asociación Danza Contemporánea, que está integrada por varios bailarines que son miembro la Compañía de Danza Contemporánea de Cámara, la cual fue la primera compañía de danza contemporánea en el país. La Asociación a su vez crea la escuela Espacio Abierto, donde Bacon es la directora. Este lugar tiene por objetivo principal la investigación y la difusión de la danza contemporánea. “En los 90 vimos la necesidad de crear un espacio para formar bailarines, porque no se estaba haciendo, entonces formamos la asociación y la escuela. De aquí surge el festival, los concursos y las clases”, explica.
A través de su labor como pilar y referencia, Bacon organiza el Festival Internacional de Danza Contemporánea, este año cumple más de 2 décadas de realizarse y se planea que ocurra en octubre, del 16 al 23. También está formando un nuevo grupo llamado Artempo con 6 jóvenes mujeres quienes bajo su dirección hacen una propuesta nueva. “Incursionamos en otros género como el belly dance y lo afro, estamos tratando de mezclar más cosas, no solo quedarnos en la línea pura, queremos presentarnos en julio”, expresa.
Para ella, el escenario actual brinda esperanzadoras señales y eso la motiva aun más a seguir entregada a la danza. “Veo un gran despunte la verdad que hay muchos grupos, he visto una cantidad de bailarines que vienen desde los departamentos. Claro, todavía hace falta más difusión, más apoyo y más espacios para trabajar. Pero me alegra ver que hay muchos jóvenes queriendo aprender e incursionando. Hay un movimiento grande más que cuando comencé, pues en ese tiempo éramos los únicos. Por eso les digo a los jóvenes que hay que acercarse y experimentar, la danza es más abstracta que el teatro, pero eso no debe inspirar temor, al contrario, no tengan miedo a probar”, afirma.
Escrito por Malva Izquierdo
Fotos por Malva Izquierdo
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