En esta entrevista para FURIACA, Grace nos cuenta sobre los aprendizajes, retos y oportunidades que ha vivido desde su experiencia en la gestión cultural de la Casa Rosada, con enfoque LGBTIQ+ en El Salvador.
FURIACA: ¿Cómo describirías quién eres y lo que haces?
Grace: Pues me describo como Grace, ahora amo mi nombre, es el que no olvida mi abuela. Actualmente me reconozco como una persona no binaria, feminista, pansexual, maestra, amigo. Como un humano de contradicciones, en plena construcción, no sé, estoy en constante conflicto con mi identidad y los títulos o etiquetas que me acuño, pero esos son los que podría decir hoy.
Ahorita podría describir a La Casa Rosada, como un proyecto de convivencia, de ternura, de resistencia y diversión, de arte y construcción comunitaria de y para juventudes LGBT y cuir de El Salvador.
FURIACA: ¿Qué te motiva de trabajar en gestión cultural para personas de la comunidad LGBTIQ+?
Grace: Mi propia historia, mi propia búsqueda de comunidades más sanas, más honestas, menos sectarias. La historia de mis amigues, la de las personas que nos comparten en el ratito que les tenemos en casa. Y que reconocemos cómo nuestro desarrollo individual ha sido muchas veces forjado a través de la violencia, el temor y la resistencia o el silencio.
Sé lo importante que hubiera sido para mi contar con un espacio como la Casa Rosada cuando era más joven, donde pudiera explorar y divertirme para crecer y expandirme.
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He visto como les chiques que llegan encuentran un descanso y una oportunidad para confrontar pensamientos heredados y encuentran nuevas formas de ver esa herencia.
Justo eso es lo complicado de la Casa Rosada y de espacios que se denominan como seguros. Esta confrontación entre lo que muchas veces tenemos tan certero, es intimidante y muchas veces doloroso, pero necesario para tener un panorama más amplio y asi hilar nuevas formas de reconocernos como personas y comunidad.
FURIACA: ¿Qué lecciones has aprendido de la gestión cultural para promover espacios dirigidos a la comunidad LGBTIQ+? ¿Cuáles han sido los retos y las oportunidades?
Grace: Mmm, tengo varias, aquí van algunas:
- La comunidad no existe por asociación o agrupación, la comunidad se construye y requiere trabajo.
- Usaré la frase de Criss, “estar herido, no te excusa de sangrar en los demás”.
- Lo que yo conozco es muy poco, aprendo mucho de vivencias de otres. Agradezco mucho poder escuchar.
- Ante tanta represión y violencia, sostener con cuidado y ternura es urgente.
- Los “espacios seguros” no son sacrosantos, no son impolutos. Son espacios complejos y con dolor.
De entre los retos más grandes de la Casa Rosada estos son algunos de los clásicos de cualquier proyecto autogestionado en Centroamérica:
- El sostén económico: ¿cómo balancear, cómo mantener, cómo cuidar, cómo seguir cuando estás siempre con retos económicos?
- El contexto bukeliano y conservador, el régimen de excepción, la falta de garantías gubernamentales, saber que no hay una instancia estatal no manchada por el cyan a donde acudir.
- La polarización social, aquel discurso entre “aquellos y nosotros”, “los buenos y los malos” que criminalizan el pensamiento crítico, el progreso, la educacion honesta, hasta las mismísimas siglas LGBT.
- El pensamiento heteropatriarcal, transodiante, enebefóbico y eurocentrista en la misma población LGBTIQ+, aquella misma invisibilización y discriminación de “las mismas hermanas” con quienes marchamos. Ni hablar de las organizaciones que se lucran de esa resistencia de la que no participan.
FURIACA: ¿En qué actividades te encuentras trabajando actualmente que te gustaría destacar en este contenido?
Grace: Estamos muy emocionades de estar gestionando nuestro primer proyecto, con el FCAM. Justo para compartir aprendizajes y estrategias que la Casa Rosada aplica para generar espacios y diálogos sobre diversidad e inclusión, fuera de San Salvador.
El regreso de nuestro podcast, La taza rosada, con el cual encontramos una herramienta muy buena para dialogar y escuchar sobre temas complicados de tocar en el país y que se pueden salir más fácilmente de las paredes de la Casa Rosada. Tenemos algunos episodios disponibles en Youtube y estamos ahí viendo cómo volver a movilizarlo.
FURIACA: ¿Qué creés que es necesario hacer o integrar en el trabajo de gestión cultural para que sea sostenible?
Grace: La comunidad. Es algo que mencionamos mucho cuando nos preguntan sobre cómo funciona la Casa Rosada, y es que tenemos el privilegio y responsabilidad del sostén del espacio físico, pero en la casa tenemos nuestro microecosistema con Yerbera, las abogangters, y geckoseco, que nos ayudamos en todo prácticamente y aportamos para sostener la Casa Rosada y a la gatherine.
Buscar múltiples alternativas para el flujo de ingresos, tratar de ver la gestión de un proyecto con amor, sí. Pero también darle el espacio que tiene como un trabajo y reconocerlo como tal.
En el caso de la Casa Rosada, también aprender a confiar en nuestras capacidades, nadie en el equipo ha estudiado algo en relación a gestión cultural o administración de empresas o ¿qué sé yo?, pero ahí vamos aprendiendo a medida que nos vamos moreteando.
FURIACA: ¿Qué le recomendarías a otras personas que deseen generar espacios independientes en Centroamérica?
Grace: Que busquen compañía, realmente este proyecto fuera muy poco y muy diferente si no fuéramos varias personas sosteniéndolo. Y eso es tanto algo bello de reconocer, como difícil de gestionar.
Las conversaciones incómodas y difíciles son constantes, los acuerdos van cambiando todo el tiempo, y vamos ahí aprendiendo mientras vamos.
Realmente la casa y nosotres hemos cambiado muchísimo desde que iniciamos, y aprender a caminar con el miedo de no saber que estás haciendo y el caos constante, es un espacio cotidiano ahora.
FURIACA: ¿Qué ha sido lo más gratificante de tu trabajo de gestión cultural desde la Casa Rosada?
Grace: Aprender a conversar, a escuchar, a desaprender. Siempre que hablo de la Casa Rosada, menciono lo ricas y abundantes que son las conversaciones alrededor de la mesa.
Es bien peculiar estar rodeade de desconocides que llegan ahí a mostrar sus dolores y sus heridas, sus momentos felices y su mirada de (inserte aquí un tema de conversación) jajaja.
Es tan gratificante poder abrir las puertas de la casa, y saber que ese día será algo nuevo, aun si la actividad repite nombre o descripción, siempre son diferentes, siempre se viven como nuevos y eso es algo bien peculiar de poder presenciar y ser partícipe.