Aunque hablamos de anticonceptivos y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) cuando estábamos en el colegio, muchas veces pareciera que solo las mujeres deberían saber de las ETS y de cómo cuidarse para no quedar embarazadas, cuando es evidente que el tema no es solo «de ellas».
Hasta ahora se conoce de dos métodos anticonceptivos dirigidos a los hombres: el condón y la vasectomía.
Mientras uno solo se usa una vez y durante las relaciones sexuales, el otro es una opción de por vida, por lo que no hay un punto medio entre ambos.
Por ende, muchas personas consideran que hay algo de desigualdad de género en la investigación y posible lanzamiento de un anticonceptivo masculino.
Según el estudio avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se realizó en diez centros de siete países— Australia, Chile, Alemania, India, Indonesia, Italia y el Reino Unido— la inyección anticonceptiva para varones existe y tiene un 96% de eficacia para prevenir embarazos.
Sin embargo, el estudio se suspendió porque los participantes manifestaron efectos secundarios como cambios de humor y alteración en el deseo sexual.
Opiniones diversas
La polémica comenzó al instante, pues estos efectos son similares a los que millones de mujeres —en quienes recae normalmente el peso de la prevención del embarazo— se han acostumbrado a vivir si toman anticonceptivos con hormonas.
No obstante, alrededor de este estudio se dieron otros acontecimientos —un intento de suicidio y una depresión grave— que les hizo detenerse por prudencia.
El médico Mario Philip Festin, de la OMS, autor principal del estudio, escribió:
«Aunque las inyecciones fueron efectivas para reducir la tasa de embarazo, hay que estudiar más la combinación de hormonas para considerar un buen equilibrio entre eficacia y seguridad».
Por otro lado, en algunos casos los efectos secundarios indeseables se presentaron en tasas más altas que en las mujeres: el acné, por ejemplo, afectó a casi la mitad de los hombres, mientras que con un DIU hormonal afecta al 6,8% de las mujeres y con pastillas, al contrario, se reduce en las consumidoras.
La responsabilidad sexual
El desconocimiento que existe entre los hombres sobre planificación familiar representa una barrera importante para tomar decisiones eficaces en este aspecto, apoyar a su pareja y adoptar conductas de autoprecaución. Luego nos sorprendemos cuando ni la sexualidad ni mucho menos la paternidad es responsable.
Desde acompañar a tu pareja a sus chequeos médicos, hasta buscar orientación o ser proactivo en el uso de anticonceptivo, todas estas son maneras en que los hombres pueden ser parte de la protección contra las ETS y apoyar a su pareja mientras eligen el método anticonceptivo que más les beneficia.
La soltería o los encuentros casuales tampoco son excusa, en cada relación sexual que tengás hay que evitar esa mentalidad patriarcal de «el clavo será de ella», sobre todo porque las ETS no distinguen género y porque un embarazo no deseado es sin duda algo que es mejor prevenir antes que lamentar.