En el Día Internacional de la Niña nos unimos a la campaña #NiñasNoMadres porque en Nicaragua 8 de cada 10 víctimas de violencia sexual son niñas menores de 13 años.
En promedio, cada año 1600 niñas de entre 9 y 14 años de edad tiene un embarazo producto de violencia sexual, de acuerdo con cifras del Ministerio de Salud y OPS. (Fuente: Asociación de Mujeres Axayacatl, 2016)
Entre marzo de 2014 y mayo del 2015, el Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) realizó una investigación en la que dio seguimiento a 20 niñas embarazadas entre las edades de 10 a 14 años de diferentes departamentos del país, con el objetivo de identificar el impacto del embarazo en su salud física, mental y social.
Físicamente frágiles
El embarazo en niñas entre 10 y 14 años tiene repercusiones en la salud integral (física, psicológica y social) que pueden ocasionar la muerte.
El 50% de las niñas presentaban una estatura por debajo de 1.50 metros, y en el 60% de estos casos, un peso pregestacional menor a 45 kgs, factores considerados como de riesgo para tener un recien nacido de bajo peso.
El 25% de los casos, los recién nacidos presentaron bajo peso al nacer, el cual conlleva a un riesgo de fallecer durante el primer año de vida hasta 14 veces más que los recién nacidos con peso normal.
Depresión rondando las esquinas
El 14% de las niñas que quedan embarazadas en Nicaragua tienen ideas suicidas. (Fuente:Asociación de Mujeres Axayacat, 2016)
La violencia sexual y el embarazo generan cuadros de depresión, temor, tristeza, enojo, culpa, pensamientos recurrentes sobre la situación vivida, intranquilidad, miedo y vergüenza.
Después del embarazo, el 100% de las niñas es víctima de violencia principalmente psicológica. A ello se suma la violencia física, sexual y económica.
25% de las niñas manifestaron como antecedentes amenazas de sus padres de abusar sexualmente de ellas o fueron abusadas anteriormente por otros hombres.
Impacto en la sociedad
La deserción escolar es el resultado de esta problemática, lo que a su vez reduce las oportunidades de inserción laboral y deja como único camino, presente y futuro, la función tradicional de madre y ama de casa y mantiene el ciclo de pobreza.
Del total de las niñas que estaban estudiando, 88% abandonaron la escuela después del embarazo. 15% de las niñas nunca fue a la escuela y el 90% de las niñas tiene como ocupación actual el trabajo doméstico.
Sumado a esto la niña embarazada es forzada -por la familia, la comunidad, las instituciones estatales y la falta de otras alternativas- a asumir la maternidad, sin importar su edad, los riesgos a su salud y la violación a sus derechos.
Y estas maternidades forzadas a su vez agravan y perpetúan los ciclos de violencia y exclusión (por género, edad, etnia, condición socioeconómica) a los que las niñas ya se enfrentan.
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Uno de cada cuatro recién nacidos tiene una madre adolescente. La cifra se desprende de los últimos informes del Ministerio de Salud (Minsa), publicados en 2012, ya que ahora “las estadísticas oficiales se mantienen como Secreto de Estado. No se les comparte a las organizaciones de la sociedad civil”, lamenta Marvin García, investigador del Observatorio sobre derechos de la niñez y adolescencia de la Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que trabajan con la Niñez y la Adolescencia (Codeni).
Lee más al respecto en este artículo colaboración de Noelia Celina Gutiérrez: Escondida entre números y sobreviviendo entre partos.
La herida que no sana
Las niñas en nuestro país deberían estar jugando, viendo películas, estudiando, haciendo nuevas amistades o incluso planeando su fiesta de quince años, pero no preparándose para dar a luz.
Y es que aunque las niñas no están listas en ningún aspecto de sus vidas para la maternidad, deben asumir este rol como prioridad mientras que el delito de violación se queda en «ahí más tarde», persiguiéndola como un fantasma por años sin dejarla sanar y superarlo.
Leer más sobre cómo silenciar el abuso sexual infantil deja traumas psicólogos severos en las mujeres del mañana: Aguas Bravas: una iniciativa por y para mujeres.