Hace unos días terminó un espacio de reflexión con hombres jóvenes en el que estuve participando, era uno de esos encuentros donde a partir de propuestas teóricas y vivenciales los jóvenes revisan su historia personal y reflexionan para lograr cambios significativos en sus vidas con influencias del feminismo como una corriente política que lucha por la igualdad de hombres y mujeres.
Una de las características del grupo fue que hubo presencia de muchos jóvenes asumidos homosexuales, lo cual fue positivo porque a partir de la presencia de esos cuerpos, se logró contribuir al debate que se genera a partir de las disidencias sexuales, puesto que las experiencias de los chicos gays en comparación con los heterosexuales es distinta en más de algún matiz.
Sin embargo, como la mayoría de las personas saben, los homosexuales tienen ciertos códigos de comunicación que para las demás personas pueden ser rudos o vulgares, y se debe tener cierto nivel de confianza para que fluyan. Hay unos que son del dominio de la “comunidad”, pero hay otros que son exclusivos de la intimidad, es decir en las relaciones de amigos gays.
El punto al que quiero llegar es que no puede seguir sucediendo que los homosexuales se discriminen, se insulten, se peleen y se menosprecien en femenino. Lo que se evidencia a través de esta práctica es que muchos, a pesar de ser sujetos de discriminación constante por la violencia machista, consideran que el ser mujer es un estatus social inferior.
¿Qué gracia tiene que reflexionemos y tengamos conciencia de que somos víctimas de discriminación si a costa de la misma inferiorizamos en nuestros códigos de comunicación a las mujeres? Es posible que muchas personas y los mismos homosexuales piensen, que por el hecho de sostener prácticas sexuales no legitimadas socialmente no podemos ser misóginos y machistas en relación a nuestras compañeras. Error en la jugada, sí hay hombres gays que explícitamente muestran un desprecio desmedido hacia lo femenino. Resulta que no estamos desligados de la vena patriarcal y violenta por el simple hecho de reconocernos como homosexuales.
Creo que se vuelve cada día más necesaria la reflexión sobre el poder que ejerce cada hombre desde su experiencia, sea homosexual o no. Sobre todo creo que es necesaria la reflexión de los jóvenes gays porque al igual que nuestras compañeras mujeres, algunos más que otros viven constantemente violencia machista, que reciben por el simple hecho de ser femeninos.
El mundo no está configurado para que las mujeres y las personas que no cumplimos con ciertas reglas gocemos de libertades en los diferentes espacios de socialización. Es un atentado ser mujer y ser diferente en esta sociedad que promueve la impunidad frente a las agresiones de los hombres reproductores de la violencia, hijos predilectos del patriarcado.
La próxima vez que piensen que zorra, perra, sucia, puta y otros insultos misóginos y machistas que denigran la dignidad de las mujeres son términos “risibles” para ofenderse entre homosexuales, tomen conciencia de que son esas las palabras que los femicidas, los acosadores sexuales y lo más desdeñable del género masculino utiliza para aplastar y rasguñar la dignidad de todas las compañeras cercanas y lejanas a nosotros.
¿Acaso ser mujer no es ser humana? ¿Acaso lo femenino es un insulto?
Escrito por Elvis G. Salvatierra
Muy interesante el punto de vista de Elvis, todavia darnos cuenta que estamos inmersos en puntos de vistas totalmente equivocados y continuando con la falta de respeto a las mujeres, tenemos que cuidarnos entre todos y educarnos, gracias por enseñarnos lo que tenemos a la vista.
Muy importante tu propuesta de reflexionar sobre las expresiones machistas en nuestros espacios. Ojalà tengamos la oportunidad de charlar en grupos, debatir para quitarnos esos comportamientos del «micromachismo»…. un abrazo por pone el tema en el debate. Saludos cordiales, Marvin Mayorga