La improvisación ha jugado un papel esencial en el desarrollo de muchas de las innovaciones a lo largo de la historia de la música y es parte central de estudio en innumerables músicos de todo el mundo.
Es el arte de crear y ejecutar música que previamente no ha sido escrita y que surge de manera espontánea dentro de una estructura previamente acordada o libre.
En Managua hace más de un año, de la mano de Edgard Fonseca y Michael Cortina se crearon los Jam Sessions, que no es más que unirte con otros músicos a improvisar, algo que una ciudad como esta necesitaba hace muchos años.
Cada miércoles de jam se genera una atmósfera creativa donde los músicos con o sin experiencia, dan rienda suelta a su imaginación para tratar de establecer una conexión con todos los instrumentos.
La improvisación es de las actividades artísticas más puras en cuestión de expresión, pero también de las más difíciles e intimidantes.
Dentro de la música, es componer en el momento, sacando a tiempo real una amalgama de todas las cosas que has vivido, estudiado y escuchado en tu vida.
En un documental del año 2009 titulado “The Musical Brain”, se le aplicó un encefalograma a un músico clásico tocando una pieza de memoria y a un jazzista mientras improvisaba, y lo más curioso es que en el jazzista, las regiones en el cerebro que estaban con más actividad eran las partes del cerebro que se activan cuando estamos platicando o contando una historia.
Improvisar es contar historias, desarrollar ideas, y comunicarse de una forma mucho más abstracta de lo que puede llegar a decir el lenguaje escrito y oral.
Es como ir a platicar con tus amigos y desarrollar un tema que puede surgir al momento o que previamente está acordado que se tocará.
Es por eso que es un error considerar que los músicos de jazz tocan covers, un cover es una versión tuya de la rola que arreglaste a tu manera, una pieza de jazz todas las noches es diferente, es algo que dependiendo de tus habilidades para contar sobre un tema en específico va mutando y se convierte en algo que a veces puede ser lo opuesto a lo que hiciste la noche anterior. Es algo que solamente surgió esa noche y después desaparece, y eso es lo que lo hace mágico.
Para mí una de las formas más orgánicas de composición es improvisar, obviamente luego ordenás coherentemente tus ideas, pero si improvisas con una dirección para componer una canción o trabajar ideas musicales, el ejercicio que conlleva crear canciones, melodías, progresiones y ritmos, será más desarrollado que si tocas lo mismo siempre.
Acá unos tips que pueden ayudarte a crecer en esa dirección:
- Confiá en que podés hacerlo. La música tiene mucha psicología envuelta y es importante en que confiés vos como músico que podés ir desarrollando al suave estas habilidades. La habilidad de improvisar en el escenario o en le estudio no es brujería, ni estar ungido por algo mágico, es, como casi todo en la música, una habilidad que se aprende y desarrolla.
- Toca encima de tus discos favoritos. Si sos un guitarrista de metal o de blues esto va ayudar a construir confianza y ganar algo de experiencia. Tocá encima de tus rolas favoritas, cosas que te gustan y te llaman la atención y sacá el compositor que tenés dentro para jugar con todos los elementos que tu oído identifica en el momento.
- Jugá con la melodía: Es lo que siempre he hecho desde que tengo uso de razón. Yo como cantante cambio la melodía, la letra, el ritmo, el tiempo. Y esto aplica para todos los músicos, canten o no. Un bajista por ejemplo que se aprenda la melodía principal de la rola en su instrumento y pueda hacer variaciones de esta no verá jamás su instrumento solamente como una base de tocar fundamentales, sino le dará mucho más visión de su propio alcance.
- Jugá con el ritmo: Esto aplica no solo a baterista, sino absolutamente a todo tipo de músico. El ritmo es una de las cosas más complejas en la música porque requiere años de entrenamiento. Comenzar a cambiar cosas sencillas y luego seguir con cosas un poco más elaboradas puede ser un buen camino a seguir.
- Aprendé teoría musical: Si no tenés idea lo que hacés cuando improvisás o no querés pasar dando vueltas en círculo por años, esta puede ser la clave. Aprender teoría puede expandir tus horizontes y adquirir conocimientos que otros músicos descubrieron a lo largo de la historia. Recordá que como músico nadie inventa el agua helada, es un lenguaje que lleva siglos de desarrollo y siempre habrá cientos de instrumentistas y cantantes mejores que vos.
Habrán muchas otras cosas, claro está, siempre es bueno encontrar músicos con más experiencia porque te inspiran y te guían dependiendo tu nivel y hacia donde querés dirigirte. El Centro de Estudios Musicales, este 28 de octubre abrirá un taller de Improvisación Musical. Para más información puedes escribir a su página de Facebook.
Con la colaboración de Edgard Fonseca G.