Constantemente exigimos libertad, que nos acepten a como somos y nos apoyen en nuestras decisiones, pero… ¿qué pasa cuando nos toca comprender y apoyar decisiones que no están alineadas a nuestras creencias?
La libertad no solo llega hasta donde inicia la de otra persona, sino que también es aceptar mis decisiones pero apoyar la de otros por el bienestar común. Al final eso es lo que nos hace verdaderos ciudadanos, el poder desligarnos de esa individualidad y egoísmo que traemos con nosotros/as por naturaleza.
Si no somos capaces de partir desde la empatía para luchar por lo que a mí y a vos nos parece justo, entonces no tenemos el derecho moral de exigir lo que no estamos dispuestos/as a dar. De manera personal entender lo que significa esa necesidad de libertad para la comunidad LGBTQ ha sido un poco complejo, sin embargo, eso no me da el derecho de criticar y ofender al respecto, un principio básico de vida que aprendí de Erick Cerda, un joven de 17 años amante de la lectura.
A Erick lo conocí tras un desfile de modas que organicé para el proyecto Máscaras Fuera, cuando le pregunté en entrevista para este artículo por su orientación sexual me dijo: «No tengás pena en preguntarme, yo soy bisexual». De ello me impactó la seguridad de su respuesta, que se vio reflejada en la pasarela del día anterior, donde portó con mucho orgullo y felicidad la bandera de la comunidad LGBTQ, iluminada por el glitter en su párpados y su personalidad.
Antes de desfilar curioso me preguntó: “María, ¿puedo usar mi bandera y maquillarme?» Automáticamente dije que sí sin ser consciente de la gran influencia que esa respuesta tendría en él. Después de verlo modelar mostrándose justo como es sin temor a ser juzgado, realmente comprendí cómo la aceptación puede hacer feliz a una persona.
Erick fue en ese momento la representación de libertad que necesita cada ser humano para crecer y desarrollarse de forma saludable sin importar su orientación sexual. Para él «ser libre va desde el hecho de poder tomar una decisión, hasta demostrarle al mundo quién sos, porque gracias a la libertad es que existe la diversidad de ser persona».
Erick también expresó la influencia que tiene la libertad en la autoestima, «alguien reprimido no va a tener una buena autoestima y su aceptación estará lejos de ser lo suficiente como para comenzar a amarse».
La libertad es una de las facultades más criticadas y debemos seguir en la lucha de que nuestras preferencias sean aceptadas, pero nada cambia por fuera si no comenzamos por aceptarnos a nosotros mismos, a pesar de que el mismo mundo que clama libertad te exige cumplir con estándares y estereotipos.
Termino, diciendo que la libertad misma merece ser libre de manifestarse a como debe, y eso solo será posible en la medida en que tengamos la disposición de romper con nuestros propios paradigmas.
“Es normal ser diferente” – Erick Cerda.