El pasado jueves 11 de septiembre salimos de una pequeña comunidad llamada Villa Bonita. Por la mañana comenzamos como cada día, pedaleando con una buena sonrisa y con una buena razón para hacerlo, ya que esa mañana terminábamos Costa Rica y comenzábamos con Panamá. Esa era la idea en nuestra cabeza y no sabíamos lo que se nos venía encima: una gran pared en Panamá.
Un montón de camiones en fila nos hacía saber que ya habíamos recorrido 80 km y que estábamos en la frontera entre Costa Rica y Panamá. Era casi medio día y las miradas de las personas siempre se volcaron hacia nosotros y las bicis. Descansamos un rato, hicimos los trámites de salida y de paso conocimos a una pareja de costarricenses que viajaban en una moto BMW y que estaban admirados de vernos en las bicicletas y que veníamos de Nicaragua. Hasta ese momento todo marchaba bien.
Luego de la agradable charla con la pareja y de despedirnos de ellos, pasamos a las ventanillas de entrada a Panamá. Una vez ahí, Ernesto comenzó a hacer sus trámites mientras yo (Ariel) cuidaba las dos bicicletas. Ernesto se encontró con algunas dificultades, nos pedían los papeles de la bicicleta, y que hiciéramos una declaración sobre las mismas. Sin embargo en otra oficina le dijeron que no teníamos que hacer eso, que para las bicicletas no era requerimiento. Después de ponerle un poco más de trabas y mostrar la solvencia económica, Ernesto tenía el sello de entrada a Panamá en su pasaporte.
Una vez que tocaba mi turno, me acerqué a la ventanilla y me atendió un señor, quien vio mis papeles (pasaporte, boleto aéreo de Copa airlines para Ecuador desde Panamá, solvencia económica), luego de terminar de verlos y confirmar que todo estaba bien, dijo: “Espéreme un minuto”, se levantó y caminó hacia otra oficina, regresó y me dijo: “espere que regrese mi superior”. Yo le pregunté que si había algún problema, él me dijo que esperara.
Después de un par de minutos apareció un hombre como de 35 años, con una placa con la inicial de su nombre seguido de su apellido “R.MENDOZA”. Revisó mis papeles y en un tonó fuerte me dijo: “Usted no puede entrar a Panamá”, para mí fue una gran sorpresa y de momento un poco de shock. Yo de manera educada le pregunté cuál era la razón, entonces se dirigió a mí con estas palabras: “vos sos nica, ustedes necesitan presentarme un boleto de ida y vuelta vía terrestre hasta Managua, y aparte de eso vos no tenés doble visa para Costa Rica”; me quedé un tanto perplejo por cómo me había hablado, yo le respondí educadamente que tenía mi boleto de salida de Panamá -él lo tenía en sus manos impreso- y que en el Consulado de Costa Rica me había hecho saber que yo no necesitaba doble visa, ya que yo volaba de Panamá a Ecuador y como mi vuelo de regreso no era por Panamá no era necesario. Luego de platicar con él y de explicarle como era nuestro viaje, él me interrumpió y me dijo siempre en un tono fuerte y despectivo: “mira,… tu boleto aéreo aquí no sirve, tenés que ir a buscarte un boleto de ida y vuelta hasta Nicaragua por Ticabus, y aquí no te dejo entrar sin la doble visa de Costa Rica, rechazado….”
Después de que me dijo rechazado, se puso a escribir unas cosas y puso un sello en mi pasaporte de rechazado y me envió con un oficial de migración de regreso a las oficinas costarricenses para que me anularan el sello de salida de Costa Rica. En ese momento yo me partí en mil pedazos.
Luego de pensar un poco comenzamos a hacer llamadas a la línea aérea Copa, a amigos en San José para que nos ayudaran a investigar y con la misma oficina de Protección al Migrante pero no funcionó nada, todo esto paso como en hora y media. Luego tenía que decidir qué hacer, así que tomé un bus desde la frontera de Panamá, de regreso a Nicaragua en un viaje que duró más de 24 horas. Mi bicicleta quedó en la frontera con Ernesto y comencé a hacer nuevos trámites. En Estelí pagué la nueva visa (doble ingreso) y cuando fui a ticabus, no había ningún boleto de ida y regreso para las fechas que necesitaba. Nuevamente estaba en otra situación para explotar. No era posible que no hubiera -me decía a mí mismo-. En ese momento los costos de todos los trámites y la situación estaban en su clímax y poco a poco me quedaba prácticamente sin dinero, yo sentía que me desmoronaba por dentro.
Para resumir un poco y de alguna manera más tranquilo, si Dios quiere, tengo un vuelo nuevo desde Costa Rica, nueva visa, boleto de bus ida y vuelta hasta Costa Rica, la bicicleta está en San José gracias a Ernesto que se fue en un tráiler con ella, mis fondos para el viaje prácticamente desaparecieron con esta situación, y ahora vamos por el 4to ó 5to round, para salir de Centro América.
En conclusión creo que ciertas autoridades migratorias y gobiernos centroamericanos no tienen los pies sobre la tierra, existe mucho racismo, discriminación, injusticia y muchas veces hay personas que se quieren aprovechar de vos para sacarte dinero. Oficiales de migración aliados con transportistas, requisitos ilógicos, la formas de comunicación por el suelo, etc.
Este ejemplo de situación no es algo nuevo, lo viven muchos nicaragüenses, muchos hondureños, salvadoreños cada día. Esta es nuestra experiencia escrita y a la vez me pregunto cuantas más de éstas pueden haber y los sentimientos que afloran de las personas que lo vive, pero que no están escritos.
Es claro que necesitamos cambiar, que las fronteras y diferencias o estereotipos están en un grupo pequeño de personas que se hacen llamar autoridades y/o gobiernos, pero que esta situación o forma de pensar no representa la voz de la mayoría del pueblo.
Solo quiero agradecer a las personas que me dieron ánimos y palabras de aliento, agradecer a mis padres que están ahí siempre, a mi novia, a mi amigo Ernesto, a Fernando, a mis otros amigos, a mi familia, vecinos y hasta a las personas que fueron compañeros de bus cuando venía para Nicaragua. Ahora solo es tener fe y la confianza en Dios, de que todo saldrá bien con el resto de cosas que faltan para alcanzar este sueño y cumplir las metas de este proyecto.
Algunos tips en la frontera:
- En el lado de Costa Rica el Banco donde pagas los impuestos (7 USD) solo se trabaja en horario de oficina, tenes que pagar 1 USD más a otros vendedores de impuesto de salida cuando el banco esta cerrado.
- Deben presentar solvencia económica, pueden hablar con alguien de confianza y usar el mismo boucher del ATM o bien mostrar el mismo efectivo en diferentes momentos.
- Si no los dejan pasar pueden esperar a que cambien de turno.
- La estación de bomberos del lado de Panamá esta a menos de 500 mts de la frontera y son muy buena onda
- La bicicleta no necesita papeles así que no se preocupen si viajan en bici por esto (aunque es recomendado siempre tenerlos!)
- Muchas veces mostrar el boleto de avión no cuenta (solo en algunas nacionalidades como Nicaragua)