¿En tu cuadra cuántas familias hay por casa? ¿Cuántos hijos tiene cada familia nuclear?
El tamaño de los hogares, ya sean numerosos o no, está estrechamente relacionado con los derechos reproductivos, y estos, a su vez, con el acceso a la educación y muchos otros derechos —como el derecho a la salud—, con la libertad de decidir y con la no discriminación. Cuando las personas ejercen todos sus derechos, tienden a prosperar.
Cuando no lo hacen, en cambio, no pueden desarrollar su potencial y las tasas de fecundidad tienden a ser más altas…
La medida en que las parejas y las personas disfrutan del poder de decidir por ellas mismas si desean o no tener hijos, y cuándo y cuántos tener, repercute directamente en los niveles de calidad de vida. Cuando tienen la posibilidad real de tomar decisiones, tienden a elegir familias más pequeñas.
Según el reciente informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Nicaragua ha realizado notables avances en materia de Salud Sexual y Reproductiva. El documento indica que la tasa de uso de anticonceptivos modernos se elevó de 69.8% en 2006-2007 a 77.3% en el 2012.
Desde la celebración de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en 1994, en muchas regiones del mundo se ha avanzado de forma constante en materia de salud reproductiva y derechos reproductivos. La población conoce mejor sus derechos y opciones, y tiene más capacidad para reclamarlos. Sin embargo, en este momento ningún país puede afirmar que se garantiza el ejercicio de los derechos reproductivos de todas las personas.
Según el informe Estado de la Población Mundial 2018, actualmente, la mayoría de los países y territorios se clasifican en cuatro amplias categorías en función de sus tasas de fecundidad. Y en todas ellas hay personas que, debido a que sus derechos se han visto comprometidos de alguna manera y en cierta medida, no están plenamente empoderadas para decidir de forma libre y responsable cuántos hijos desean tener.
Garantizar los derechos y las opciones para todxs
Varios factores institucionales, económicos y sociales pueden ayudar a que las parejas y las personas hagan realidad sus objetivos y deseos en el ámbito reproductivo, pero también pueden influir en sentido contrario. Existen medidas específicas que los países pueden adoptar en función de su tasa de fecundidad con el fin de garantizar el ejercicio de los derechos reproductivos de todas las personas:
Definir la combinación de servicios y recursos oportuna para defender los derechos reproductivos de todas las personas, de modo que nadie se quede atrás.
Eliminar los obstáculos sociales, económicos, institucionales y geográficos que impiden que las parejas y las personas decidan libre y responsablemente el número de hijos y el momento de su nacimiento.
Revisar las políticas demográficas con vistas a que fomenten el ejercicio de los derechos reproductivos y empoderen a las personas para alcanzar sus propios objetivos de fecundidad.
Considerar la posibilidad de llevar a cabo «revisiones» periódicas de los derechos reproductivos en el plano nacional con miras a evaluar la armonización de las leyes, las políticas, los presupuestos, los servicios, las campañas de sensibilización y otras actividades con los derechos reproductivos, de conformidad con la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo.
Elaborar programas de planificación familiar que tengan por objetivo satisfacer todas las necesidades insatisfechas de servicios de planificación familiar de aquí a 2030, e invertir en ellos, con miras a propiciar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Velar por que los servicios de salud reproductiva se consideren parte integrante de la atención primaria de salud, igual que la vacunación y otros servicios esenciales que garantizan una buena salud.
En principio, la igualdad de género debería estar recogida en todas las políticas y prácticas nacionales, y debería ser un principio operacional central de todos los sistemas de atención de la salud.
Asegurando derechos y opciones para todxs.