Por las calles de Managua se pasea Yasik Smirnoff, a sus 22 años el mundo es su hogar y su viaje por 110 países lo confirman, en Managua Furiosa nos enteramos de la increíble aventura que emprendió hace 4 años.
«¿Límites? Solo existen en tu cabeza. ¿Dinero? Es solo una herramienta». Lo que al inicio comenzó como un reto, se convirtió en el incentivo ideal para encontrarse a sí mismo y darse cuenta que no quería ser parte de un molde específico, o de «lo que la sociedad quiere que sea». Por eso la gente lo llama «el ruso loco» porque hace las cosas diferentes, porque no sigue parámetros y porque sus aventuras son las más inimaginables.
Desde perderse en un desierto y beber sangre animal con una tribu, hasta encontrarse con cocodrilos, camellos, volcanes y cenotes. Yasik no dice que no a una oportunidad de experimentar situaciones nuevas que le permitan confirmar para qué estamos en este mundo: para ser felices individualmente y en colectivo.
«Yo vivía en Hong Kong, estaba casado, tenía un trabajo, había comenzado mi propio negocio, era un lugar agradable pero me aburrí, me di cuenta que necesitaba algo más en la vida, muchas preguntas vinieron a mi cabeza y me di cuenta que las cosas que perseguimos es solo un engaño que nosotros mismos nos inventamos. Me di cuenta que venimos aquí a tener nuestra propia experiencia y deberíamos disfrutar la vida», afirma.
Yasik quiere vivir a su manera, recorre el mundo sin tocar una sola moneda, ni traer muchas pertenencias consigo. «Quise hacer algo imposible, algo que en ese tiempo estaba fuera de mi concepción de una vida exitosa». Y lo ha logrado, se ha encontrado con gente agradable en todo el mundo y ha trabajado en los puestos más inverosímiles como ser torero en México.
Originario de Siberia, Rusia, este joven viajero conserva en su mente el mundo entero y aun le falta ir bajando hasta Sudamérica y llegar a la Antártida donde piensa quedarse 6 meses trabajando en un proyecto ecológico.
Aunque tiene planes, no tiene horarios y eso le hace disfrutar de los momentos sin las tecnologías agobiantes ni el tictac de un reloj. Justamente por eso, ha decidido quedarse un poco más en Nicaragua luego de venir de Honduras hace más de una semana.»Me he quedado más tiempo porque es un país interesante, veo gran futuro y muchas posibilidades de desarrollo humano, económico. Es un hermoso lugar, volcanes activos, mujeres preciosas, playas para surfear. Es bueno siempre conocer un país con mucha más pureza que en el resto del mundo y que por eso puede ser un lugar aun más hermoso en el futuro».
Desde el 2014 ha estado en América y aunque se ha enamorado del continente, Yasik se imagina a sí mismo en cualquier parte del globo terráqueo, como si todo fuera un gran hogar para él, donde los cuartos y el patio pueden estar en Europa o Asia y tal vez la cocina y la sala en América, África y Oceanía.
«Quiero verme desde distintas perspectivas y situaciones hacer un mosaico de la vida a través de este viaje, uno usualmente solo ve un aspecto de la vida, pero cuando te retás o te ponés una meta, entonces se vuelve más grande el panorama. Por eso uno de mis planes futuros es crear un modo práctico para que el egoísmo (o individualismo) contribuya a la continuidad de ideas altruistas. Creo que es posible, conseguís beneficio propio, pero a la vez contribuís a construís ideas positivas para el bien común».