Si has escuchado hablar de Adolfo Arostegui Olivas probablemente fue por su cuenta en Twitter, donde es conocido por la forma irónica y un tanto neurótica en que se expresa sobre su entorno. Además de tuitear, @Fitografico gusta de la pintura como un medio para profundizar en el ser y su vulnerabilidad, concepto bajo el que ahora presenta su cuarta exposición.
Con “La vulnerabilidad del ser”, una serie de diez cuadros, debuta en Managua después de haber participado en tres exposiciones colectivas en León, ciudad donde aprendió pintura con el paisajista Fernando Fernández. Tras una breve experimentación paisajística, nos cuenta, empezó a profundizar en el ser humano, tratando de retratarlo como algo frágil, regido y a veces preso de sus emociones. Esta línea marca su más reciente exposición y otra que prepara actualmente, en la que aborda la interdependencia juventud-tecnología.
Entre los pintores que lo inspiran destaca a la pintora estadounidense There Eliot. Me me gusta su técnica. Pero [en lo que respecta a mi obra] el realismo no me caracteriza, meto otros elementos, como telas y me gusta experimentar. También le gusta la fantasía del pintor japonés Shintaro Ohata, que construye un juego de pintura-esculturas a través de una técnica muy particular, cuyos matices y efectos de luces han cautivado los ojos de Adolfo.
Aunque considera que la pintura es un medio perfecto para canalizar sus emociones, explica que no toda su obra es vivencial. A veces la gente me pregunta si tiene que ver conmigo o si estoy bien y yo les digo que no es algo que necesariamente me está pasando a mí, cuenta.
«Siento que muchas veces la gente esconde lo emocional, por eso para mí es importante dar a conocer que eso es real, que está pasando y que no toda la gente está bien».
Algunas personas le han dicho que no tendrían sus cuadros en su casa, “porque son demasiado tristes”. De eso él concluye que la mayoría de las personas prefieren ver lo bueno, por lo que busca a través de sus cuadros visibilizar las “cosas tristes” que nos pasan con el fin de aceptarlas y convertirlas en aprendizajes.
“Les incomoda porque se sienten identificados o simplemente no lo pueden entender. La pintura es un concepto que es abstracto y depende de la forma de pensar y el conocimiento de cada quien”.
Ciertamente, más allá de la crítica o la falta de valoración de su obra, Adolfo considera que el cierre de los espacios es el principal obstáculo con el que ha tenido que lidiar durante sus años como pintor. Para lograr montar la exposición tuvo que golpear muchas puertas y tragarse frases como: «aquí no exponemos ese tipo de arte». Sin embargo, después de tantas vicisitudes, la exposición abrió sus puertas al público este mes de noviembre.
Cuando se le pregunta cuál es su opinión sobre la creación artística en Nicaragua, Adolfo lamenta que esté condicionada por olas como el feminismo o la política y considera que eso los hace seguir un camino que no es propio ni auténtico.
Por su parte, él seguirá pintando y apostando a la pintura. Reconoce que vivir de su arte no es algo que va a pasar de la noche a la mañana, pero sabe que con sus exposiciones se va abriendo paso en la escena artística nacional. Por ahora no hay de otra que tocar puertas y no dejará de hacerlo, sin embargo, Adolfo Arostegui Olivas espera que un día haya más espacios accesibles y reconocimiento para los pintores jóvenes como él.
La exposición estará disponibles hasta el 17 de diciembre en la sala de exposiciones del Centro Cultural Nicaragüense Norteamericano. Si querés seguir la obra de Adolfo Arostegui Olivas, podés darle like a su página en Facebook.