Lengualerta mezcla su lírica inspirada en el rap con el reggae y otros géneros para hacer conciencia sobre su entorno político, social, ecológico y más.
«Somos un ejercito de soñadores y por eso somos invencibles (…) respeto para la gente y para sus derechos
un mundo donde quepan muchos mundos pedimos
ya no queremos otros cinco siglos más de olvido
no es demasiado tarde para entender
que en la unión está la clave para vencer».
Oriundo de México, Lengualerta ha venido construyendo con mucho esfuerzo y por más de 20 años un proyecto con el que expresa lo que siente sobre diversos temas.
Desde siempre le gustó la música y con el tiempo fue entrando cada vez más a este mundo con las ganas de poder conectar con la gente, transmitir, sensibilizar y conmover.
«Lo más bello de poder hacer música es crear una comunicación con las personas, es una comunión entre ambas partes y me gusta poder contribuir con algo así, para que las letras puedan sanar de alguna forma, puedan reconectar, dar consuelo o esperanza«.
A lo largo de su desarrollo como artista Lengualerta considera que utiliza la palabra rimada como eje fundamental de su propuesta, pues en su juventud escuchó varias propuestas que le devolvieron el amor por el rap.
«De muy niño conocí lo más comercial, sin mucho mensaje y después de mucho tiempo regresé al rap escuchando proyectos como Makiza, de donde salió Anita Tijoux, Tiro de Gracia y otros proyectos».
Entonces comenzó a hacer rap, pero se encontró con mucha gente que hacía reggae y al colaborar con ellos la fusión se dio. Es por eso que sus letras son pensadas para hacer rap pero su estilo oscila entre ambos géneros.
«Ha sido un proceso de muchos años, la lírica que utilizo no es tan comercial, no suena en la radio masivamente, lo mismo pasa con los videos, no a todo el mundo le gusta que las canciones lleven un mensaje«.
Las canciones usualmente tratan sobre temas que le preocupan y que siente que debe expresar a través de su lírica, muchas veces tienen que ver con lo social, político, ecológico y espiritual.
Por ende, el proceso creativo nunca se detiene y de hecho Lengualerta está por sacar un EP de 4 canciones, coproducido con un equipo de Praga, también está preparando un EP con un rapero mexicano que se llama Choco y la vez trabaja en un 3er disco como solista.
La música anima a la protesta social, le da fuerza a los movimientos cuando los acompaña. Es una manera bastante liberadora de sacar el enojo y transformarlo en algo creativo».
Lo más importante para este artista es arriesgarse y seguir un sueño, pues ni siquiera un trabajo de 8 am a 5 pm es totalmente seguro y lo ideal es no darse por vencido sin antes intentar dedicarse a lo que realmente queremos hacer.
«Existe ese miedo impuesto desde afuera de que no se puede vivir del arte y que el fracaso es inevitable, pero si nos dedicamos a lo que nos apasiona inevitablemente acabaremos siendo buenos en lo que amamos y de eso surgirán buenas oportunidades de trabajo».
La música como protesta
Resonante y Aurora, son los dos discos de Lengualerta, mientras el primero vino con toda la energia y la vibra que un primogenito puede dar, es Aurora el que lo define más como artista.
«Encontré la manera en que quería decir las cosas, con una protesta que fuera desde la luz, desde el amor como propuesta. El nombre es porque deja de ser noche y comienza a ser día, termina la oscuridad y comienzan los colores, la luz».
Sin embargo, es en Resonante donde él encuentra Somos, una canción relevante para su trayectoria artística.
«Es inspirada en la lucha zapatista, es un homenaje a este movimiento y ha conectado mucho con la gente que es afín al mensaje y la ideología. El coro es una frase del Subcomandante Marcos que conecta con la gente: somos un ejercito de soñadores y por eso somos invencibles«.
Justamente por la lucha zapatista es que nacieron esas ganas de hacer música con consciencia, pues durante su adolescencia se creó un movimiento que apoyaba a difundir el arte y las movilizaciones para pedir el cese de la guerra en las comunidades zapatistas.
«Todo era para pedirle al gobierno que parara, en esos conciertos gratuitos no solo tocaban también difundían lo que pasaba en Chiapas cuando no había Internet. Para mí fue un detonante y un antes y un después en cómo percibía la música».
De igual manera en que para él la música cambió la manera en que veía su entorno sociopolítico, así también quiso que fueran sus canciones.
«Yo miraba la música antes como un entretenimiento, pero ahí la vi como una herramienta de transformación social, como un medio de comunicación, eso me marcó muchísimo y creó en mi un cambio de conciencia».
Para Lengualerta no es suficiente hacer algo bonito estéticamente sin criticar o buscar transformar, pues entonces el ejercicio se queda a la mitad y es un objeto más.
«El arte debería ser algo que incomode, cuestione o busque una comunicación entre la gente que lo hace y la gente que lo recibe«, afirma.