Cuando Ana Patricia Castillo, preparaba la tesis de su doctorado en Ciencias Sociales, descubrió que muchas jóvenes no se sentían cómodas autodenominándose feministas porque «estaba muy alta la vara» y no tenían acceso a conversaciones sobre los distintos feminismos ni eran participantes activas en movimientos sociales.
«Muchas decían que las que nos formamos en otras generaciones tuvimos muchas más oportunidades de formación, pero hoy en día se habla menos de feminismo que en los años en los que mi generación estuvo participando», cuenta Ana Patricia.
En alguna ocasión había visitado las Librerías de las Mujeres en Madrid y Argentina o La Cosecha en San Cristóbal de las Casas y pensó que podía hacer algo similar. Junto a dos colegas, empezaron a conversar con editoriales en México, Chile y Argentina que publican libros sobre feminismo.
Un espacio de encuentro
Así, lograron un fondo de 130 títulos de diferentes géneros que son vendidos casi al costo, pues, el interés no es ser un negocio, sino «acercar los libros a los compañeros y compañeras de Guatemala y tener un espacio donde platicar sobre los autores».
El local donde están ubicados desde inicios de agosto cuenta con dos plantas y en el entrepiso se ha instalado una biblioteca donde cualquiera puede consultar los libros e incluso pedir asesoría sobre qué leer.
«Las librerías pueden ser un espacio de articulación de muchas personas, de gente diversa donde no solo es una venta de libros. La librería es un montón de libros, para encontrarnos con quienes los escriben, para encontrarnos con quienes los leen», expresa Ana Patricia.
En la Filgua
Antes de contar con un local, Librefem se presentó como la primera librería feminista en la Feria del Libro de Guatemala (FILGUA).
«Irrumpir en la Filgua como librería feminista era importante porque actualmente puede haber un ambiente hostil sobre los temas de las mujeres, sus derechos y la perspectiva feminista y estar ahí abre la puerta para hablar del feminismo», explica Ana Patricia quien considera que en los últimos meses en Guatemala se habló de forma muy agresiva contra el aborto, la agenda LGTBI y la agenda 2030.
«No planteamos que todas las mujeres tengan que ser feministas por ser mujeres, creemos que el feminismo igual que otros movimientos y perspectivas, es una propuesta para la sociedad. A quien le gusta, la comprende, la toma y la desarrolla incluso. Nuestro objetivo es acercar el debate, o los debates sobre estos y muchos otros temas», concluye.
Librefem está ubicada en Ciudad de Guatemala y cuenta con una oferta de libros para niños, adolescentes y público general sobre temáticas como la menstruación, la sexualidad, la violencia de género, historias de mujeres destacadas, los derechos de la mujer, entre otros.