- No sos una princesa y no lo serás nunca, salvo que tu mamá o tu papá sean reyes o conozcas a un príncipe y te cases con él. Sos una niña común y corriente. Si vas a identificarte con algo, tanto da que sea con princesas como con amazonas, guerreras, artistas o jugadoras de fútbol.
- Los príncipes azules no existen. Pertenecen a los cuentos de hadas que te cuentan para que asumas que tu rol en el mundo es el de aguardar al hombre ideal que te alivie de las cargas de ser una mujer responsable y autónoma, que te salve de las fatigas de la sociedad y te convierta en madre de niños que deberían completarte como ser humano.
- Todos los juguetes del mundo son para vos. No es verdad que haya cosas de varones y cosas de mujeres. Te van a regalar cocinitas, bebés de juguete y kits de belleza para que te acostumbres a esas actividades cuando crezcas, incluso si estudias una carrera y te apasionas por una profesión. Si queres tener más autitos que muñecas está todo bien. No dejes que nadie te diga lo contrario.
- No hay límites para tus ganas de ser libre. Lo mejor que te puede pasar en la vida es elegir más allá de tu género, sin condiciones, y que tus elecciones varíen tanto como lo desees.
- No aceptes que te digan «las mujeres no hacen eso». Los que te hablen así (incluso si son tus padres), quieren cortarte las alas y marcarte un camino que creen que deberías seguir. Defende tus decisiones, crece sabiendo que los que sostienen divisiones según el sexo tienen cerebros chiquitos y mentes de villanos.
- Subite a todos los árboles que podas. Eso no es ser varonil o marimacha, es estar viva y saber jugar. Recorda que para eso vas a necesitar ropa cómoda.
- Incluso ahora, cuando la mujer recorrió gran parte de su largo camino hacia la liberación, vas a encontrar discriminación en los que te rodean. Recorda que lo hacen porque tienen miedo y son ignorantes. Si podes, explicales que están equivocados. Si no, seguí en lo tuyo: que tu vida sea la mejor prueba de que no saben lo que dicen porque no lo han pensado bien.
- El mundo está lleno de colores bellísimos, el rosa es uno más. Que tu existencia sea un arcoiris, no un merengue o una novela de la tarde.
- Buscate juegos que vayan más allá de cambiar pañales, dar mamaderas de mentira y usar ollas de plástico.
- Los chicos tienen pene y vos vagina y vulva. No te falta nada, lo de la envidia del pene es un invento para que penses que ellos son mejores.
- Evita las publicidades. Evita las modas. Evita todo lo que te quieran imponer desde la televisión, hasta que podas discernir qué te sirve de todo eso.
- Que una persona tenga más cosas que vos, no significa que sea más feliz.
- Nunca jamás dejes de preguntar por qué las cosas son como son. Nunca te conformes con la primera respuesta. Nunca te quedes con dudas si podes sacártelas. El conocimiento es luminoso y te abre puertas.
- Huí de la violencia. No porque sea patrimonio de los hombres, sino porque es la herramienta de los imbéciles.
- Nadie va a quererte más porque seas muy flaca ni porque tengas tetas grandes. Al menos nadie que valga la pena conocer.
- Mirar dibujitos está bien, pero también lee. Lee mucho. Lee hasta que te duelan los ojos. Lee cuentos, novelas, historias de piratas, extraterrestres y ballenas blancas. Incluso si al principio no entendes lo que estás leyendo, algo de eso queda en tu cabeza y la abre.
- No descartes leer Cenicienta, pero acordate que ella y todas las demás se cansaron de comer perdices, en la parte que viene después del «y vivieron felices para siempre».
- Lo mismo vale para la música, el mundo no se termina con Shakira y Selena Gómez. Si podes, aprende a tocar algún instrumento, el que sea.
- Casarte y ser mamá es uno de tus destinos posibles, no es obligatorio. Tu futuro no está escrito en piedra, es como la arcilla y podes moldearlo.
- Nunca sos muy chiquita para entender, lo que pasa es que a veces los grandes no saben cómo explicarte.
- No siempre hubo mujeres presidentas. Son el producto de siglos de lucha y esfuerzo. No olvides a las que te precedieron, les debes mucho de tu libertad.
- Las chicas que aparecen desnudas en las tapas de las revistas y en la tele lo hacen porque creen que no tienen otra cosa que mostrar. Y no está mal, no hay por qué juzgar la forma de ganar de dinero de las personas. Pero yo te recomendaría mostrar tu cerebro, que al contrario que el trasero, se te va a poner más firme con los años.
Extraído de No entiendo nada.
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