En esta entrevista para FURIACA, Marilyn Boror nos cuenta sobre su arte, las temáticas que aborda, su labor de resistencia y rescate del legado cultural maya-kaqchikel y sus planes a futuro.
FURIACA: ¿Cómo te describes a ti misma y lo que haces?
Marilyn Boror: Soy una artista maya-kaqchikel originaria de San Juan Sacatepéquez, Tierra de las flores, comprometida con cuestionar las narrativas impuestas sobre los pueblos indígenas.
A través de mi trabajo, intento visibilizar historias y memorias que históricamente, han sido invisibilizadas y narradas por los “otros”. Utilizo el arte como una herramienta para confrontar las ideas impuestas por el poder, reivindicar nuestras propias perspectivas y realidades y reconocer la resistencia que habita en nuestra memoria colectiva.
FURIACA: ¿Cuáles son esas temáticas que más te gusta plasmar en tu práctica artística y qué mensajes deseas transmitir con ellas?
Marilyn Boror: Mis obras abordan temas como la identidad, el territorio, la memoria histórica y el impacto de las industrias extractivas en nuestras comunidades.
A través de estas temáticas, busco cuestionar y desafiar las representaciones folclorizantes y exotizantes que han sido impuestas sobre los pueblos indígenas. Mi objetivo es mostrar la resistencia y la fuerza de nuestras culturas, que no solo sobreviven, sino que también se adaptan y evolucionan a pesar de las adversidades.
FURIACA: Vimos que recientemente participaste en Las Aulas de LA ESCUELA. Cuéntanos un poco sobre tu experiencia con «Escultura del Alma», ¿cómo se desarrolló el espacio? ¿qué significó para ti?
Marilyn Boror: «Escultura del Alma» fue una propuesta basada en mis investigaciones y procesos personales de creación en torno al k’u’x (alma, corazón o espíritu de los objetos), un concepto indígena compartido no solo en Guatemala, sino también en muchas otras regiones indígenas hermanas de América Latina.
La idea era abrir un espacio de intercambio con los estudiantes de la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador gestionado por el artista y catedratico José Macas (PUCE) y Comunidad de artistas Indigenas Kichwas de Otavalo-Imbabura gestionada por la artista Manai Cowii para explorar juntos nuestra relación con el entorno y los objetos con los que convivimos.
En la vida urbana, esta sensibilidad hacia el entorno se ha debilitado, mientras que en los pueblos originarios sigue viva desde el nacimiento, en una práctica que respalda la defensa del territorio y la conexión con la naturaleza.
FURIACA: Hemos visto que practicas distintas ramas del arte, desde dibujo, pintura y fotografía, hasta performance e instalaciones ¿cómo se interceptan en tus obras? ¿qué aprendizajes has obtenido de permitirte explorar diferentes expresiones artísticas?
Marilyn Boror: Para mí, cada medio representa una voz diferente de la misma historia. Al combinar técnicas, como el dibujo y la fotografía o la pintura y la instalación, consigo tejer múltiples dimensiones en una sola pieza, que comunica algo mucho más profundo que cada medio individualmente.
Esta exploración me ha enseñado a ser flexible y a permitirme descubrir nuevas formas de expresar ideas complejas, adaptándome a lo que cada proyecto necesita y reconociendo que nuestras experiencias y voces también tienen múltiples capas.
FURIACA: ¿Cuáles han sido los retos y las oportunidades que has encontrado al crear arte con una perspectiva anticolonial, antiracista y anticlasista?
Marilyn Boror: Uno de los mayores retos ha sido enfrentarme a una región estructuralmente racista que sigue reproduciendo estereotipos coloniales. En Guatemala, muchos espacios se me han cerrado, ya que las agendas artísticas suelen responder a intereses de ciertas familias de poder.
Sin embargo, esta misma lucha me ha brindado la oportunidad de cuestionar estas estructuras desde dentro y de colaborar con otros artistas y agentes culturales que comparten esta visión. He aprendido que cada obra posee un poder transformador y que mi rol como artista es, además, cuestionar, incomodar y abrir caminos hacia nuevas narrativas.
FURIACA: ¿Por qué para ti es importante preservar y recuperar los idiomas de los pueblos indígenas u originarios y su pensamiento desde tu práctica artística?
Marilyn Boror: El idioma es una de las formas más profundas de identidad y resistencia. Al preservar y recuperar nuestras lenguas, también estamos preservando una forma de entender y estar en el mundo que ha sido vital para nuestros ancestros.
Mi arte busca honrar esa conexión, y reflejar cómo nuestras cosmovisiones y lenguas aún son un pilar en nuestra resistencia cultural. Cada palabra, cada símbolo que uso, lleva en sí una historia que nos recuerda quiénes somos y nos fortalece para seguir adelante.
FURIACA: ¿En qué proyectos trabajas actualmente que te gustaría destacar en este contenido?
Marilyn Boror: Actualmente, trabajo en varias investigaciones. Una de ellas se centra en el peso de la historia, inspirada en un poema de Humberto Akabal que dice: “Para nosotros los indios, el cielo empieza donde termina el mecapal” (una faja con cuerdas en los extremos, usada para cargar objetos, apoyándola en la frente y sosteniendo la carga con las cuerdas). Esta metáfora abarca la historia de los pueblos originarios en la región y contiene, a su vez, una retórica de amor y resiliencia.
También estoy curando una muestra que explora cómo se ha resistido en Guatemala a la invasión, la conquista, el despojo, el racismo y el conflicto armado. Las preguntas clave —¿de qué maneras se ha buscado la sanación ante el proyecto colonial en nuestra historia?— adquieren un significado especial en el marco de los 500 años de la conquista de este territorio.
El proyecto parte de la necesidad de generar un diálogo común en torno a la realidad de Guatemala y sus estrategias de resistencia a violencias históricas e imposiciones estructurales.
Con este propósito, y a través de una propuesta expandida, hemos invitado a colectivos de disciplinas diversas como el teatro, el performance, los proyectos culinarios, la defensa del territorio, y guías espirituales para dialogar con artistas sobre procesos de sanación y resistencia frente al proyecto colonial.
A partir de estos intercambios, se proyecta la creación de un archivo visual expandido que documente y visibilice el trabajo de estos colectivos en sus territorios.
Además, colaboro en proyectos expositivos para la Trienal de Aichi, el Museo Textil de Toronto, la Bienal de Leida en Barcelona y el Museo Habitado en Barcelona. También formo parte de UNFES (Unión Feminista Cuestionando Nuevos Sistemas), un colectivo centroamericano que desafía los sistemas hegemónicos y patriarcales.»
FURIACA: Si pudieras darle un tip o consejo creativo a otras mujeres que desean abrirse camino en el mundo de las artes, ¿qué les dirías?
Marilyn Boror: Les diría que confíen en sus propias historias y experiencias como fuente de inspiración y fuerza. Cada una de nosotras tiene una visión única que merece ser compartida, y el camino en el arte no se trata solo de técnica, sino de autenticidad y valentía.
A veces es difícil abrirse paso, pero debemos recordar que estamos aquí para cambiar el panorama y que nuestras voces pueden transformar cómo nos vemos y nos entendemos a nosotras mismas y a nuestras comunidades.