Cuando empecé a estudiar formalmente música en el año 2003 empecé a entender la enorme cantidad de posibilidades que te regala esta hermosa disciplina.
Un año después empecé a llevar clases de teoría clásica o teoría de música académica: contrapunto, armonía tradicional, conducción de voces y un largo etcétera.
Esto me empezó a abrir la mente a un mundo inmenso, variado y complejo. La música clásica, culta o académica es aquella que se refiere a las composiciones de grandes compositores que a lo largo de los siglos han venido desarrollando una tradición musical que implican estructuras, armonías y teorías que a simple vista nos pueden parecer complejas, pero que a medida que nos vamos familiarizando a través de nuestra sensibilidad musical, estudio y la propia curiosidad empezamos a apreciar un mundo de infinita belleza. Cualquier músico necesitaría muchas vidas para dominar la enorme cantidad de música que surgió a lo largo de los siglos. Desde la edad media y los cantos gregorianos, pasando por renacimiento, barroco y el romanticismo, la música clásica (el término aunque inexacto se usa ampliamente), nos ofrece una enorme cantidad de recursos estéticos con el que cualquier persona puede sentirse identificado.
Continuamente he escuchado a jóvenes expuestos a este tipo de música que no la entienden, no les gusta o que les aburre, y en parte es comprensible porque la música clásica refleja las condiciones materiales y el contexto histórico y social en el que se desarrolló. A un joven de 16 años poco le va a interesar cómo vivían las sociedades del siglo XVI, si en ello no ve un reflejo de su propia identidad y contexto. Esta es una de las razones en la que porque muchos músicos jóvenes no reflejan interés por este tipo de música, pero una regla de oro es que el “conocimiento maximiza el disfrute.” A medida que nos vayamos informando un poco más de este maravilloso universo, nuestro interés y disfrute va a ser mayor hasta apasionarnos por completo.
Es muy importante tomar en cuenta las diferentes etapas de la música con respecto a la etapa de la música y siglo que se desarrolló: Antigüedad, Edad Media, Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Romanticismo, Siglo XX. Todas son muy diferentes entre sí, y sin una no hubiera existido la otra. A medida que nos sumergimos más en cada una de ellas nos damos cuenta que nada de lo que escuchamos hoy en día hubiera sido posible sin el desarrollo que tuvo a lo largo de los siglos. Cada una es un mundo inmenso, lleno de cimas que escalar y mares enteros que navegar.
Tampoco es del todo cierto que es música completamente europea; ciertamente sus orígenes están en el viejo continente, pero de la misma forma que la danza, la pintura y demás artes se desarrollaron y globalizaron, la música no se concentró exclusivamente en Europa. En Latinoamérica hay grandes tradiciones musicales en México, Argentina, Venezuela, Cuba y Estados Unidos, donde varias generaciones de músicos han generado movimientos sólidos en sus propios países. En Nicaragua varias generaciones de músicos han traído su experiencia de estudios en Europa y América para preparar a jóvenes entusiastas que han servido de relevo generacional. Actualmente el Teatro Nacional Rubén Darío tiene programación constante de conciertos de orquestas de músicos nacionales, centroamericanos, cubanos e europeos en gran parte del año.
Cuanto más se sabe acerca de la música clásica, más la amas. Si te das cuenta de un concierto de orquesta en tu ciudad, no dudes en ir y te recomiendo que investigues un poco antes la obra (compositor, siglo, contexto histórico). Si realmente eres un apasionado de la música lo vas a saber apreciar. Acá les dejo una lista con la que se puede lograr un nuevo nivel de penetración en tanto los compositores y las composiciones que han hecho de la música clásica en uno de los grandes logros de la humanidad.