Después de varios meses de ensayos, la banda tributo a Pink Floyd ya está lista, con un homenaje a la trayectoria de la legendaria banda.
«La idea surge por la diversión de querer tocar la música de esta gran banda que ha sido clave en la historia del rock y que ha influenciado a tantas generaciones. Desde los 13 años escuche Pink Floyd con atención y fue una gran experiencia», comenta Bruno Cortina.
Los músicos participantes han mantenido los arreglos originales al igual que han logrado reunir el equipo necesario de artistas talentosos y colaboradores que han hecho el homenaje posible.
Por otro lado, el repertorio tendrá de todo un poco de la discografía de la banda, sin embargo habrá una inclinación especial por el Dark Side of the Moon.
«Mi relación con Pink Floyd es de hace años, crecí con ellos, maduré con ellos y a la fecha sigo asimilando su sabiduría, tremendo trabajo que ha trascendido el tiempo. Como músico me deja descubrir la belleza de la sencillez y la importancia de conectarse con la canción y sentir», agrega Noel Portocarrero.
Por su parte las coristas Sheyla, María y Mia han sentido que la experiencia fue todo un reto vocalmente y aunque divertida en momentos, a veces un poco frustrante.
«Al final la meta en conjunto era que las voces se unieran, individualmente estamos cómodas cantando, pero con las prácticas te das cuenta que no funciona que una o dos lo hagan si las cosas son en conjunto. Y eso era algo que ninguna había hecho en un buen tiempo», explica Sheyla Martinica.
«Como músico descubro cuánta influencia ha tenido esta banda en mi forma de tocar y en sonidos que en la actualidad me han ayudado a encontrar MI SONIDO con los sintetizadores. Es una genial experiencia», expresa el tecladista Cristian “Sosó” Jiménez.