«La conectividad puede cambiar las reglas del juego para la niñez más marginada del mundo», expresa Iván Yerovi, Representante de Unicef en Nicaragua, sobre todo porque el tema de acceso a Internet también presenta brechas y diferencias en el mundo.
Las TIC están intensificando los riesgos tradicionales de la niñez y adolescencia. Están en total desprotección ante los depredadores sexuales que pueden comunicarse más fácilmente de manera anónima a través de sus perfiles en las redes sociales, foros de juego, etc.
Asimismo, el 92% de todas las URL del mundo sobre abuso sexual infantil identificadas están alojadas en solo cinco países: Estados Unidos, Federación de Rusia, Francia y los Países Bajos.
Más allá de un simple acceso
Mientras que por otro lado, el acceso digital se está convirtiendo en una nueva línea divisoria entre los conectados y los no conectados.
El 29% de la juventud en el mundo no está conectada (346 millones). En África el 60% de la juventud no está conectada, mientras que en Europa es solo el 4%.
Cabe destacar que las brechas digitales van más allá de un simple acceso, pues comprende un sinnúmero de carencias que a la larga afectan el desempeño individual y colectivo de un país, como la falta de aptitudes digitales, manejo de idiomas, tendencias, etc.
Esta información se ha encontrado a través del análisis en 26 países y pretende compartir seis ámbitos de acción, actividades que idealmente cada país involucrado tome en cuenta.
«El tema no solamente pasa por alertar sobre los riesgos que existen, el tema pasa también por cerrar la brecha digital, es decir que cada vez mas niños y niñas puedan acceder al Internet y puedan estar conectados en linea por los beneficios que eso conlleva», afirma Yerobi.
La cultura de dormitorio
Jóvenes de entre 15 a 24 años son los mas conectados en el mundo, con un 71% del total. Las niñas y niños menores de 18, uno de cada 3 está conectado y a su vez niños menores de 15 años tienen las mismas posibilidades de conectare al mundo digital que alguien de 25.
«Esto nos da una idea de la magnitud del tema», agrega. Además que la «cultura de dormitorio» es la razón por la cual la privacidad que un niño o una niña tiene y que limita la supervisión familiar, abre la puerta a extraños.
«El celular o tablet es como su dormitorio, es su mundo aparte, en el cual debes pedir permiso para entrar, golpear la puerta para acceder. El acceso en línea es cada vez mas personal», puntualiza Yerobi.